Sergio Aragonés: Pantomima en papel
Opinión martes 7, May 2019De la carpa a las letras
Arturo Arellano
- El artista ha maravillado a múltiples generaciones a través de diversas publicaciones, quizá la más prolífera e importante de ellas, la revista MAD, donde el artista plasmó su pantomima ilustrada por años
Este fin de semana me dispuse a lograr una entrevista con el extraordinario caricaturista, ilustrador, monero, escritor, comediante y maestro zen del dibujo Sergio Aragonés, sin embargo, esta entrevista se vio frustrada, ya que por motivos de salud el artista no pudo acudir al lugar donde se planeaba nuestro encuentro. Pese a lo anterior no quiero quedarme sin escribir sobre su arte, que ha maravillado a múltiples generaciones a través de diversas publicaciones, quizá la más prolífera e importante de ellas, la revista MAD, donde el artista plasmó su pantomima ilustrada por años.
Sergio Aragonés Domenech nació en San Mateo, Castellón, España, un 6 de septiembre de 1937, actualmente tiene 81 años de edad y una carrera bastante extensa, por lo que difícilmente podríamos hablar de toda ella en apenas unas líneas. Así que trataré de ser muy puntual, cito para arrancar a Patrick McDonell, uno de los más importantes ilustradores de Estados Unidos, quien describe a Aragonés de maravilla. “Sergio es asombroso, su arte te absorbe, es amistoso y chistoso. La mayoría de las caricaturas de Sergio es pantomima, y en caricatura menos es más, él llega a la esencia del chiste”.
Cuando aquí hablamos de pantomima, nos referimos a la expresión del cuerpo sin decir una sola palabra de manera verbal, pero ¿cómo llevar esto al papel?, con dibujos, plantear toda una situación, un ambiente, personajes y rematar chistes, sin siquiera escribir una palabra, pues esa es la virtud de Sergio Aragonés, quien a través de trazos que en su simpleza logran su complejidad, es capaz de hacer reír al espectador, sí, de un trozo de papel, al que este talentoso ilustrador llena de vida y no sólo eso, muchas veces de un mensaje contundente y hasta transgresor según sea el caso.
Recuerdo haberme encontrado por primera vez con una caricatura de Aragonés, ¿Dónde más?, en las páginas de la revista MAD, “MAD echa un vistazo a Batman”, donde se satiriza con genialidad al superhéroe de DC. Sergio es irreverente, inteligente y con sutileza logra crear cuadros divertidos que ingeniosamente ponen a sus personajes en una situación de carcajada. Seguramente no fue el primer “vistazo” que Aragonés hizo para MAD, pero al menos fue el primero que yo vi y que me atrapó para querer buscar más de su arte. Fue entonces que me di a la tarea de buscar toda revista MAD habida y por haber, encontrándome con otras viñetas de Aragonés, como “¿quién conoce las maldades que acechan los corazones de los hombres? Lo sabe la sombra”, donde refleja la doble moral del ser humano, sus deseos profundos, una realidad alterna u oculta en diferentes situaciones, profesiones o circunstancias de la vida, en este caso de sus personajes, pero en los que sin duda cualquiera puede reflejarse.
Aragonés describe la pantomima como “lo más difícil de la comedia, porque tienes que sintetizar todos los elementos del chiste, reducirlos al mínimo, sin texto y con ello lograr hacer reír. Recuerdo que cuando era niño no podía entender las tiras cómicas de revistas estadunidenses, pero fue entonces que generé un gran respeto por los artistas que hacían chistes solo con elementos visuales. ‘El humor silencioso’, no sólo porque superaba las barreras del lenguaje, sino porque para mí revelaba un nivel de artesanía más profundo, como el que tienen Jean-Louis Barrault, el teatro Noh Japonés o Chaplin, Buster Keaton, Marcel Marceau y Tati”. Quizá haya sido ese momento de su infancia el que lo inspiró a convertirse en uno de los exponentes más importantes a nivel mundial de esta vertiente del humor en papel, la pantomima.
Quizá en esta ocasión no se dio esa charla anhelada por su servidor con Sergio Aragonés, pero espero que algún día pueda suceder. Mientras tanto, en estas líneas le enviamos un fraternal saludo de admiración, respeto y deseo de su pronta recuperación.