“Apenas para el pan”, realidad del periodismo
Jorge Luis Galicia Palacios lunes 6, May 2019Como veo, doy
Jorge Luis Galicia Palacios
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Asesinatos, amenazas, despidos y mal pagados, fue el escenario que este año en México recordó la existencia de un derecho fundamental del hombre: La libertad de expresión. El 3 de mayo fue el Día de la Libertad de Prensa y aquí en México los profesionales de la comunicación poco o nada tuvieron como para celebrar, porque para nadie es un secreto que el ejercicio periodístico no atraviesa por su mejor momento.
Sólo para darnos una idea de las vicisitudes que juegan en contra de quienes ejercen tan noble profesión, con tristeza ese día la prensa dio cuenta de una noticia, de las llamadas notas rojas: El periodista indígena Telésforo Santiago Enríquez, fundador de la Radio Comunitaria “El Cafetal”, en la frecuencia 98.7 FM de San Agustín Loxicha de la sierra sur de Oaxaca, fue emboscado y asesinado.
Según datos de la Federación de Asociaciones de Periodistas Mexicanos (FAPERMEX), con el asesinato de Telésforo Santiago Enríquez suman ya 6 en lo que va del año, aunque otras asociaciones, como Campaña Emblema de Prensa (PEC), tienen contabilizados 20 asesinatos de periodistas entre el 1 de enero y el 30 de abril del presente año, y según el monitoreo de la FAPERMEX de 1983 a la fecha suman 311 homicidios: 273 periodistas; 3 locutores; 10 trabajadores de prensa; 13 familiares y 10 amigos de comunicadores y 2 civiles; además de 28 desapariciones forzadas pendientes de aclaración.
El panorama no puede ser más ensombrecedor para el gremio periodístico, si a la fatalidad de la pérdida de un ser humano agregamos cifras que hablan de despidos laborales en diversos medios de comunicación, donde los recortes de personal se justifican con aparentes actualizaciones en sus equipos de trabajo o bien por la transición a esquemas digitales, aunque también se dice que esto obedece a los recortes presupuestales que el gobierno federal ha destinado a su plan de publicidad para difundir sus programas sociales y donde al parecer tienen más peso el número de usuarios que las notas y el contenido de los espacios que buscan allegarse recursos para continuar con la labor social de informar.
Las amenazas a la actividad periodística se ven acompañadas por miles de fake news que circulan por las redes sociales, donde incluso esas mentiras, por la profusa difusión y rapidez con que circulan, adquieren mayor relevancia que un buen reportaje, una nota de ocho columnas, una crónica o un buen análisis. Por si fuera poco, desde el poder aparecen mensajes que, aquí y en China, son interpretados como amenazas: “Si se pasan, ya saben lo que les pasa”.
La periodista argentina, Leila Guerriero, quien este fin de semana participó en la Fiesta del Libro y la Rosa, que se llevó a cabo en el Centro Cultural Universitario de la UNAM, al referirse al género de la crónica, señala que no se debe ver este oficio como una forma de ganarse el pan, pues eso dice, pero en México la realidad del periodismo es otra y si ya de por si es una actividad considerada de alto riego, pues habrá que añadir dificultades que tienen que ver con el sueldo de los comunicadores ya que, parafraseando a la argentina, el caso de los comunicadores nacionales en su mayoría apenas les alcanza para el pan.
Esa es una dolorosa realidad de los profesionistas de la pluma y el micrófono, y lo más lamentable es que miles de estudiantes ingresan a las universidades o escuelas de periodismo con el deseo de incorporarse a la vida laboral como periodistas y no es para menos que en el mero Día de la Libertad de Expresión, por la redes sociales haya circulado una imagen que de manera irónica ilustra muy bien el incierto futuro de quienes ya estudian o pretenden incursionar en alguna carrera relacionada con las Ciencias de la Comunicación. Una mamá le dice a su vástago “hijo, tengo hipo dame un susto” y el joven contesta “voy a estudiar periodismo”. Obvio el meme en cuestión nos causa risa, pero si analizamos con mayor detenimiento el tema sin duda nos lleva a una reflexión, donde la mayoría de los comunicadores estarán en su derecho de cuestionar ¿Dónde está la gracia?
En ese marco del Día Mundial de la Libertad de Prensa, estudiantes de universidades y egresados que cursaron alguna carrera relacionada con el ejercicio periodístico seguramente se habrán interesado en las noticias que se refirieron al tema, ojalá que estas no sean motivo para desistir en su intento porque a fin de cuentas siempre habrá quien quiera contar historias sustentadas en la verdad, lo cual es sano para cualquier sociedad, y en esa tarea el papel del periodismo puede hacer la diferencia.
VA MI RESTO.- A propósito de la UNAM, es una pena que en la Máxima Casa de Estudios sean las notas rojas y no la academia las que hablen de ella. La semana pasada una estudiante del CCH Oriente fue impactada con una bala perdida y ésta le causó la muerte.
No es la primera vez que al interior del campus universitario se habla de disputas entre narcomenudistas, de asaltos, violaciones, asesinatos, agresiones y otros delitos del fuero penal, pero lo lamentable es que estos ilícitos son cada vez más frecuentes y eso habla de una autoridad omisa, negligente o cómplice.
Casi cuatro años desde que el actual rector se comprometió hacer frente a la ola de violencia generada por grupos delictivos que han puesto en jaque a alumnos, maestros y trabajadores administrativos. Casi cuatro años y Enrique Graue ya piensa en la reelección en noviembre próximo, pero los problemas no solamente siguen, sino que han aumentado y con esas cartas pensar en continuidad es más que un absurdo, y hasta aquí porque como veo doy.