Dinosaurios azules
¬ Augusto Corro lunes 7, Feb 2011Punto x Punto
Augusto Corro
La imagen deteriorada del Partido Acción Nacional (PAN) obliga a sus dirigentes a reciclar a políticos de la “vieja guardia” verdaderos “cartuchos quemados”, para que participen en las promociones políticas electorales presentes y futuras. Sin mayor rubor, el presidente panista, Gustavo Madero, invitó al ex jefe Diego Fernández de Cevallos a apoyar al candidato azul a la gubernatura de Baja California Sur. Lo mismo hizo con el controvertido ex mandatario Vicente Fox, quien aceptó, sin pensarlo dos veces.
Según palabras del propio Gustavo Madero, su partido buscará reincorporar a ex gobernadores y ex lidererazgos estatales en la lucha panista; sin embargo, esa acción no será suficiente para colocar al PAN en condiciones ideales con miras a la justa electoral del 2012. Quizás hoy como nunca, en la historia del partido, los azules no tienen una caballada fuerte, que les permita escoger, con la seguridad del triunfo, al candidato presidencial.
Acción Nacional, gracias a los gobernantes que llevó al poder (seis de Fox y cuatro de Calderón) su imagen sufrió un deterioro tal, que será muy difícil reponerse y regresar a los primeros planos de las preferencias de los electores. Se ha dicho hasta el cansancio que Fox desaprovechó ese capital político que le entregó la sociedad mexicana cuando sacó al Partido Revolucionario Institucional (PRI) de Los Pinos. Se le hizo bolas el engrudo al guanajuatense y en vez de convertirse en un estadista, decidió continuar como candidato en campaña. Basta revisar los diarios de los últimos meses del guanajuatense, para saber cómo terminaron sus seis años de indolencia e ineptitud en el poder. El cambio que anunció se quedó en más de lo mismo. Es casi seguro que la propia militancia azul no quedó convencida del triste papel que Fox realizó como presidente de México, entre otras cosas, porque le dejó un país con múltiples problemas a su sucesor, Felipe Calderón Hinojosa.
El poder de los cárteles de la droga, por ejemplo, se consolidó durante el gobierno foxista y nada se hizo para combatirlo; Calderón Hinojosa decidió enfrentar a los narcotraficantes. Aunque su inexperiencia y la falta de estrategia provocaron una guerra a la que no se le ve fin y cuyo saldo registra ya 36 mil muertos. En amplias regiones del país, la narcoviolencia actúa permanentemente. La incapacidad del gobierno federal panista para brindar seguridad crece cada día. A pesar de que las autoridades hablan de resultados positivos, el caso es que los delincuentes amplían su radio de acción. Son más las entidades donde ocurren bloqueos en las avenidas principales, al igual que hechos sangrientos.
En otros renglones, tales como el desempleo y la carestía, las autoridades panistas tampoco encontraron las recetas apropiadas para superar esos problemas. A pesar de que Calderón Hinojosa se hacía llamar el “Presidente del Empleo”, en la realidad las cosas fueron diferentes. A la fecha, las fuentes de trabajo escasean y los productos de la canasta básica se encuentran por las nubes. Al rato será un privilegio comer tortillas. La cerrazón del gabinete calderonista le impide ver los sufrimientos de los que menos tienen para conseguir alimentos. Esa locura de aumentar los precios de los combustibles tiene a la economía prendida de alfileres. Cualquier hijo de vecino sabe que si se incrementan los precios de las gasolinas y el diesel, como arte de magia todos los productos de primera, segunda o tercera necesidad, se encarecen. Nadie quiere entenderlo.
El PAN se encuentra en la lona, por eso recurre a la gloria de sus pasados ex dirigentes para buscar un milagro que nunca llegará. Los errores cometidos por los panistas se encuentran a la vista. Solamente aliado con sus enemigos, quién lo creyera, logró alcanzar triunfos en las elecciones estatales, sin importar la forma de conseguir el poder, pues lo importante es minar la fuerza del Partido Revolucionario Institucional (PRI) para que no regrese a Los Pinos. Es la orden.
Y muy obediente, Gustavo Madero no tuvo empacho en rogarle al ex jefe Diego Fernández de Cevallos que se reincorpore a la política activa. Así lo hizo. El recién liberado inmediatamente empezó a promocionar al candidato a gobernador de Acción Nacional en Baja California Sur, Marcos Covarrubias.
Por cierto, el ex senador Fernández de Cevallos ya no tiene el arrastre ni el impacto que tuvo cuando fue candidato panista a la Presidencia de la República. En aquella oportunidad, los azules estuvieron muy cerca de llegar a Los Pinos, sin embargo, la actitud misteriosa del aspirante de barbas largas (desapareció del escenario político un tiempo considerable, en plena campaña) favoreció el triunfo del tricolor. La biografía del controvertido político se conoció a fondo ahora que, según él, estuvo secuestrado. Salieron a la luz pública todos sus milagros, desde su influencia abusiva para ganar juicios millonarios, hasta su animadversión a Calderón Hinojosa.
El PAN llegará al compromiso electoral del 2012 muy maltrecho. Las alianzas políticas poco a poco repercutirán en el ánimo de los electores que, en el caso de los azules, son muy sensibles, tienen la piel muy delicada. Los panistas tradicionales no entienden porque tienen que votar por un candidato de izquierda que actúa y piensa diferente a él. Las élites yunquistas, casi fundamentalistas, son las primeras que se oponen a la corriente aliancista.
El mismo Fernández de Cevallos dijo que rechazaba las alianzas, en franca oposición a la cúpula panista que ve en esas coaliciones la oportunidad de vencer al PRI. El llamado de Gustavo Madero a los ex dirigentes panistas se parece más a un grito de auxilio desesperado de un naufrago a mitad de la noche en una isla, a mitad del océano, que a una convocatoria política para que los dinosaurios azules vuelvan al redil.
Los dirigentes panistas que se pronunciaron por la conformación de las coaliciones con los diferentes partidos, sabían muy bien que jugaban con fuego, pues la militancia panista no iba a dejarse impresionar. Son muchos los panistas que siguen con su ideología, con los principios básicos de su doctrina, que perdió el rumbo en el maridaje con la izquierda. Los daños de esas uniones (algunos las consideran antinaturales) tendrán sus repercusiones, porque van en contra del sentido común, aunque cabe decir que hablamos del menos común de los sentidos.