Migrantes, ¿una amenaza?
¬ Augusto Corro martes 30, Abr 2019Punto por punto
Augusto Corro
El tema de la migración parece que pasó a segundo plano. Poco se oye de lo que podría empezar a considerarse como una invasión de extranjeros a México.
En la frontera sur son miles de centroamericanos y de personas de diferentes países que luchan por conseguir un permiso que les permita internarse en México y seguir su ruta a Estados Unidos.
Son miles los que esperan esa especie de salvoconducto que les permita su viaje más tranquilo por territorio mexicano. Sin embargo, son más grupos de migrantes que esperan, impacientes, la autorización para cruzar la frontera sur.
Mientras, en las ciudades de Chiapas, entre otras, ya empezaron a sentir los problemas derivados de la presencia de miles de extranjeros de diferentes condiciones económicas.
Algunos son cubanos que con medios económicos suficientes puede darse lujos de pernoctar en hoteles o en casas de huéspedes. No así los centroamericanos que tienen que dormir en los parques públicos o en las calles.
Las visas humanitarias que promovió el gobierno mexicano fueron suspendidas en marzo. Esto provocó desaliento y los miles de migrantes que confiaban en un ingreso a México esperarán quién sabe cuánto tiempo la solución a su problema.
En tanto, los chiapanecos se preparan para enfrentar las crisis que les llegarán por el sinnúmero de extranjeros que buscan el documento que les abrirá las puertas de México.
La llegada de caravanas de migrantes centroamericanos meterá en problemas difíciles a las autoridades locales que incrementarán sus acciones para salvaguardar la seguridad de los chiapanecos. Cabe señalar que los migrantes no se conforman con buscar el acceso a México por el camino legal. También miles de extranjeros lo hacen fuera de la ley deciden cruzar los obstáculos naturales con el riesgo de perder la vida.
El modo de viajar en caravana les permitió a los extranjeros cruzar México sin las amenazas de quienes viajan solos, pues estos tienen que sortear toda clase de peligros, entre otros caer en manos de la delincuencia organizada, o de la policía.
Si en la frontera México tiene problemas graves por la presencia de los migrantes, en el norte del país también se viven situaciones complejas, difíciles que las autoridades mexicanas manejan con pinzas.
Los conflictos migratorios en esa zona fronteriza norteña se complican porque el presidente Donald Trump no quiere saber nada de migrantes y decidió que no llegarán a su país.
En su política con México, el mandatario estadounidense presiona a México para que se convierta en su policía y evite desde la frontera sur el paso de migrantes. También desea que el territorio mexicano sirva para recibir a los extranjeros rechazados, que son miles representan ya una amenaza a la tranquilidad de las ciudades fronterizas mexicanas.
La problemática social de los migrantes debe atenderse con la rapidez y las exigencias requeridas. Aún es tiempo de buscar fórmulas para detener el flujo de centroamericanos a Estados Unidos.
México, como paso obligado de los centroamericanos que van a EU, sufrirá las consecuencias si se trata de aplicar medidas paliativas o superficiales. ¿Se encuentra nuestro país preparado para atender a miles de centroamericanos que buscan mejores condiciones de vida cuando más de 50 millones de mexicanos viven en la pobreza?
En algunos casos ya aparecieron en la población mexicana destellos de inconformidad de los paisanos por la presencia incontenible de migrantes. Las autoridades mexicanas están obligadas a encontrar soluciones que eviten manifestaciones de xenofobia.
A propósito del conflicto, ¿qué es lo que hacen los gobiernos de los países centroamericanos –salvadoreño, hondureño y guatemalteco- para evitar la salida masiva de personas que ahora no se conforman con viajar solas, sino que se llevan a toda la familia?
Poco se sabe del interés de las autoridades de aquellos países por procurar el bienestar de sus ciudadanos. Estos tienen años de vivir en la pobreza. Las fuentes de trabajo se cancelaron y las inversiones públicas no se ven por ningún lado.
A las carencias y falta de empleo se sumó la violencia. Las pandillas de delincuentes son los amos. Sus jefes se encargan de decidir quien vive o quien muere. México jugará un papel muy importante, debido a su situación geográfica, para evitar el crecimiento del problema social que amenaza con desbordarse.
SOS de transportistas
Erradicar la delincuencia no será fácil. Durante muchos años, se permitió la impunidad que permitió el fortalecimiento de pandillas. Por ejemplo, en el Valle de México, los transportistas solicitan la intervención de las autoridades para terminar con las extorsiones que sufren de supuestos miembros del crimen organizado.
En el Estado de México, los concesionarios del transporte en Ecatepec, Tecámac, Zumpango, Nezahualcóyotl, Chimalhuacán y Los Reyes La Paz amenazan con realizar protestas para que intervengan las autoridades y pongan fin al problema.
Otros transportistas rechazan la idea de las protestas porque las organizaciones delictivas podrían volverse más violentas.