México padece una inseguridad crónica e histórica: Durazo
Seguridad viernes 26, Abr 2019- Secretario comparece ante el Senado
José Luis Montañez
El secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo Montaño, reconoció ayer que el mayor problema en materia de seguridad está en el corto plazo, ya que “esto no se descompuso de la noche a la mañana, ni se va a componer de la noche a la mañana”.
“Sería irresponsable plantearlo en esos términos. Sin embargo, nos esmeramos diariamente con el presidente Andrés Manuel López Obrador a la cabeza por dejar atrás cuanto antes los días más obscuros de la inseguridad”.
Al comparecer ante el pleno del Senado dentro del proceso de aprobación de la Estrategia Nacional de Seguridad, indicó que el gobierno federal promueve una reforma radical en seguridad dentro de la cual “la paz y la tranquilidad se sentirán en los hogares, escuelas y en la calle en general”.
“Cuando la seguridad realmente llegue, no será necesario citar estadísticas, sólo entonces podremos decir: misión cumplida, mientras tanto seguiremos haciendo un apostolado de nuestra responsabilidad de otorgar una adecuada seguridad a todos los mexicanos”.
Durazo Montaño reconoció que la inseguridad y la violencia han lastimado por décadas a la sociedad mexicana, como no había sucedido en el país desde la época de la Revolución.
Señaló que se trata de una crisis mayor a una responsabilidad sexenal, pues “padecemos una inseguridad crónica e histórica”, estamos frente a una crisis estructural de seguridad que trasciende responsabilidades sexenales e incluye a cada administración que ha precedido al actual gobierno federal.
Dijo que se proponen una reforma radical del sistema de seguridad pública, repensar la seguridad nacional y reorientar parcialmente algunos recursos que ahora están destinados a las Fuerzas Armadas. Comentó que sin abandonar sus misiones constitucionales, las Fuerzas Armadas participarán en la formación, estructuración y capacitación de la Guardia Nacional.
Destacó que la Guardia Nacional iniciará operaciones este año en 150 regiones del país, con 82 mil elementos, llegará a 200 para el siguiente y a 265 en 2021, fecha en la que se estima que contará ya con 120 mil integrantes.
Subrayó que en esta estrategia es prioridad el combate a los delitos que más afectan a la sociedad, como la extorsión, robo, secuestro, homicidio, feminicidio y tráfico de personas, entre otros.
Nos proponemos lograr un punto de inflexión en la tendencia de la criminalidad en los primeros seis meses de su aplicación, lograr niveles razonables de paz y tranquilidad en los primeros tres años y aprovechar los tres años restantes del sexenio para consolidar los resultados y entregar en 2024 un país estable y en paz
En su intervención, Durazo Montaño dijo que la estrategia en la materia se propone erradicar la corrupción y establecer un auténtico Estado de derecho: “En materia de corrupción, nadie se llamará a engaño en los cuerpos de seguridad y acabaremos con la delincuencia uniformada”.
Subrayó que se garantizará empleo, educación, salud y bienestar, porque la idea motriz del programa es que la paz y la seguridad son fruto de la justicia, pues “no habrá una seguridad estable y permanente si no atendemos las causas profundas que generan la violencia”.
Garantizó el pleno respeto y promoción de los derechos humanos, la erradicación de la represión y que nadie será torturado, desaparecido o asesinado por un cuerpo de seguridad del Estado.
Además, dijo que impulsará una “regeneración ética” de la sociedad como un medio y un propósito de la Cuarta Transformación, pues la crisis de valores y convivencia constituye uno de los componentes del estallido de violencia y criminalidad.
Expuso que también se reformulará el combate a las drogas, pues la prohibición de ciertos estupefacientes, particularmente de la marihuana, es ya insostenible desde cualquier punto de vista: “Tal prohibición es ineficaz desde el punto de vista de la salud pública”, anotó.
Comentó que habrá una estrategia para la recuperación y dignificación de las cárceles, puesto que el sistema penal enfrenta grandes distorsiones que lo convierten, con frecuencia, en un mecanismo contraproducente, y se proponen quitar a las mafias el control de los mismos.