Mi cuchara en el caso AMLO-Ramos
¬ Arturo Ríos Ruiz martes 16, Abr 2019Centro..!
Arturo Ríos Ruiz
- Con respeto a ambos, fue guerra de protagonistas
Mucha tinta audios y videos produjeron el encuentro del Presidente y el siempre polémico periodista Jorge Ramos, todos sabemos que, al ser entrevistado por él, buscará incomodarlo. Lo hace siempre.
Recuerdo su entrevista a Evo Morales en Bolivia; el mandatario sureño no soportó la actitud, decidida de Jorge, preguntas incisivas con lógicas merecedoras de respuestas al alto nivel de un mandatario.
Evo, de inmediato, a la primera se puso de pie y comenzó a desconectarse los micrófonos y dio por terminada la sesión ante las palabras de calma de Jorge sabedor que ya había logrado su propósito. El boliviano lo mando al diablo.
Enrique Peña Nieto, soportó todo, con su clásica sonrisa nerviosa sabedor que estaba perdido, acostumbrado a las continuas pifias de todo tipo que lo exhibieron siempre como un descuidado, inexperto e impreparado. Le valió.
Maduro en Venezuela, hizo gala de su fama, respondió con la violencia de su régimen, detuvo al comunicador y según su denuncia, Jorge Ramos fue despojado de su celular y cámaras. Así quedó el asunto.
Donald Trump, que no da concesiones, fue brusco, no lo soportó y lo corrió de la sala de conferencias, otro logro para Ramos obtuvo el escándalo en torno a él, que le ha dado la fama de la cual goza. Ése es su sello y todo mandatario a quien entrevistará, ya lo sabe de antemano.
El caso de AMLO, con datos le hizo saber el número de asesinatos con violencia en el país obtenido del mismo gobierno, y le agregó que, si seguía esa espiral, su régimen rebasaría a todos los pasados en la materia. Obtuvo respuesta con otros datos del Presidente y se presentó la disparidad; cada uno con distinto método.
El acto fue el notable de esa “Mañanera”, los demás compañeros quedaron borrados, Jorge fue invitado por el Presidente a corroborar sus cifras en el inmenso pizarrón electrónico y chocaban los criterios. Eso fue todo.
El Mandatario no perdió la cordura, contestó tranquilo, fue insistente en su verdad, Jorge también con su actitud de “Yo tengo la razón”. De ahí no pasó.
El escándalo lo han hecho los seguidores, cuestionar a AMLO, el periodista, se gana el mote de “Chayotero”, maldiciones, mentadas de madre y todo lo que ofenda en contra de quien no concuerde con el presidente.
No hay gobierno en el mundo que no esté sujeto a la crítica, en todos hay disidencia y opinión en contra, el halago envanece y la opinión discrepante enseña. Nadie debe ofender y que prevalezca el criterio.