La sombra interior
* Especiales, Cine viernes 4, Feb 2011Vértebras del cine
Luis Diego Hernández Romero
Muchas son las anécdotas que hablan sobre la obsesión del artista por alcanzar la trascendencia. Se cuenta sobre ideal wagneriano en la composición de sus óperas y se narran los tormentos que han acompañado las vidas de los genios creativos desde tiempos inmemoriales. El director de Réquiem por un Sueño y Pi: El Orden Del Caos, Darren Aronofsky presenta su más reciente trabajo: El Cisne Negro, quizá su cinta más oscura pero también la más sublime.
La película toma perspectiva desde la vida de Nina (Natalie Portman), una dedicada bailarina, cuyo máximo es la interpretación de la Reina Cisne en el famoso ballet de Tchaikokvsy, El Lago de los Cisnes, que en síntesis, es la historia de una princesa convertida en un inmaculado cisne, y cuyo maleficio solo puede romperse con un juramento de amor.
Evidentemente, un joven príncipe se enamora de ella, sin embargo, antes de pudiera declarar su amor, aparece en escena el cisne negro, seduciendo al príncipe y tomando el lugar del cisne blanco. Lo interesante en ello, es que tanto el cisne blanco, como el negro, son interpretados por la misma bailarina.
A pesar de que Nina tiene la condición física y técnica para desempeñar una danza excelente, sus cualidades emotivas solo escenifican las propiedades del cisne blanco: ingenuidad, dulzura y fragilidad. Sin embargo, el papel requiere que también demuestre la parte oscura del alma, como la envidia, el orgullo y la sensualidad, solo así será capaz de otorgar al auditorio la mejor representación de ballet.
A lo largo de la cinta, veremos el esfuerzo de Nina por dar lo mejor de sí, lidiando con toda clase de presiones por la posibilidad de ser sustituida, la constante sobreprotección de su madre y la heterodoxa exigencia de su director escénico. La mente de Nina se irá quebrantando hasta la irreverente genial-locura.
Y así como el ballet de El Lago de los Cisnes apunta que el Cisne Negro es también el cisne Blanco, Aronofsky aprovecha esta idea para hacer hincapié en la sombra interior del individuo, ese lado oscuro de la luna que mientras más se oculta, más fuerte estalla.
Natalie Portman hace una estupenda y complicada actuación, cuyo nivel de dificultad radica en una especie de doble interpretación. Es decir, Portman adquiere el rol de una bailarina, que a su vez debe tomar el papel de una princesa encantada. En este juego interpretativo, el espectador cae de súbito dentro del terror generado por la obsesión de Nina por la presentación perfecta, que culmina en la total pérdida de horizonte entre el intérprete y su obra.
Es claro que la crítica tan positiva que ha recibido El Cisne Negro es más que merecida, pues acierta en todos los niveles estilísticos y argumentativos. Además de proveer un suspenso oscuro y demencial que captura al espectador. Pero sobretodo, desarrolla una historia sensible con el afán compartido por los artistas de la obsesiva búsqueda de la máxima estética.
Cuadro por cuadro
Para no pasar de largo el nuevo auge de los vampiros, Timur Bekmambetov (Se Busca) dirigirá una extraña película que llevará por título Abraham Lincoln: Vampire Hunter, y que narrará la ficticia vida secreta de Lincoln, dedicada a cazar vampiros tras la muerte de su madre a causa de estos seres. *** El poeta Robert Graves, quien recopiló y reinterpretó con maestría los mitos griegos y hebreos será interpretado por Orlando Bloom, aunque, aparentemente la trama tendrá como prioridad, mostrar la vida emocional del escritor.