En aumento, impacto económico de la violencia
Mauricio Conde Olivares sábado 13, Abr 2019“Hora 14”
Mauricio Conde Olivares
El impacto económico de la violencia en México ascendió a 5.16 billones de pesos (US$268 mil millones) en 2018, 10% más que en 2017 y equivalente a 24% del PIB del país.
El indicador que más contribuyó al impacto económico de la violencia fue el de homicidio, con 51% del total o 2.63 billones de pesos en 2018 con un aumento de 15% en comparación con 2017.
México gasta 0.81% de su PIB en seguridad interna y en su sistema judicial. Esta cifra equivale a la mitad del promedio de la OCDE y coloca a México en el nivel más bajo de los 33 países miembros de la organización.
En términos per cápita, el impacto económico de la violencia fue de 41 mil 181 pesos, más de cinco veces el salario mensual promedio de un trabajador mexicano.
El impacto económico per cápita varía mucho de un estado a otro, va desde 10 mil 808 pesos en Yucatán hasta 83 mil 167 pesos en Colima.
Si la violencia y su respectivo impacto económico se redujeran al nivel registrado en los cinco estados más pacíficos de México, el dividendo de paz resultante ascendería a 10 billones de pesos durante un periodo de cuatro años.
Los estados menos pacíficos, esto es, los que experimentan los niveles más altos de violencia según mediciones del Índice de Paz México, no necesariamente reciben más financiamiento per cápita destinado a seguridad interna.
De acuerdo con la sexta edición del Índice de Paz México 2019 (IPM), que publica el Instituto para la Economía y la Paz (IEP), el nivel de paz en el país se deterioró 4.9% en 2018, registrando un retroceso en 22 estados y mejorando sólo en 10.
La inversión de México en su sistema de justicia penal aún es insuficiente, lo que deriva en que 97% de los delitos no se castiguen. Es el país de los 33 miembros de la OCDE que dedica menos presupuesto a su fuerza policial y sistema judicial, como porcentaje del PIB, y menos de la mitad que otros países de América Latina.
El informe revela que México es débil en varios pilares clave como: índices de corrupción, funcionamiento del gobierno y libertad de los medios. La debilidad en estos pilares se manifiesta entre otras cosas con los ataques a políticos y periodistas, y los altos niveles de impunidad.
En 2017, los estados mexicanos registraron una mediana de 110 elementos de seguridad pública por cada 100,000 habitantes, lo que muestra la falta de recursos humanos suficientes. De acuerdo con los datos más recientes, México tiene tan sólo 3.5 jueces y magistrados por cada 100,000 habitantes, muy por debajo del promedio global de 16. El déficit de jueces se traduce en que menos casos vayan a los tribunales y contribuye a que haya bajas tasas de condenas.
El impacto económico de la violencia se elevó 10% en 2018, alcanzando los 5.16 billones de pesos (US$268 mil millones), lo que equivale a 24% del PIB del país. Los costos relacionados con los homicidios representan 51% del impacto económico.
Si México redujera su índice de violencia general al nivel de sus cinco estados más pacíficos, generaría un dividendo de paz de 2.5 billones de pesos al año. Esto equivale a más de 11 veces el gasto actual del gobierno federal en seguridad interna y justicia.
En los tres estados con mayores mejoras en el IPM 2019 —Baja California Sur, Sinaloa y Sonora— los gobiernos pusieron en marcha programas específicamente creados para atender los retos locales. Dichos programas incorporaron mecanismos intergubernamentales, con la participación de empresas y la sociedad civil.
La corrupción sigue siendo una gran preocupación para muchos mexicanos: en 2018 casi 70% de ellos creían que los jueces eran corruptos y más de 65% tenían la misma percepción del Ministerio Público.
La violencia afecta de diferente forma a hombres y mujeres. Es más probable que los hombres sean víctimas de homicidio, ya que fueron hombres las víctimas en nueve de cada diez homicidios, mientras que 44% de las mujeres informaron haber sufrido violencia por parte de su pareja en algún momento de su vida. La violencia afecta más a los jóvenes que a los adultos, ya que la tasa de homicidios de jóvenes de entre 15 y 29 años fue 42% más alta que la de la población en general. Durante 2018, por lo menos una de cuatro víctimas de trata de personas fueron niños, niñas o adolescentes.
En 2018, el nivel de paz en México se deterioró 4.9%, en gran medida debido al aumento de 14% en la tasa de homicidios, que pasó de 24 a 27 por cada 100,000 habitantes. Fue el peor año para la paz en México. Desde 2015, tres de los cinco indicadores se han deteriorado: homicidio, delitos con violencia y delitos cometidos con armas de fuego.
El indicador de delitos con violencia mejoró en 2018 por primera vez en los últimos cuatro años. La tasa nacional mejoró 0.4% en 2018, con lo que se detuvo el abrupto incremento observado en 2017.
La tasa de asaltos se mantuvo en niveles similares a los de 2017, mientras que la tasa de violencia sexual aumentó 12.4% y la violencia doméstica se incrementó 5.7%.
Desde 2015, el indicador de cárcel sin sentencia ha mejorado año tras año. Este indicador mide el número de personas privadas de la libertad sin una sentencia condenatoria.
En 2018 hubo un aumento de 15.8% en los delitos cometidos con arma de fuego, en comparación con 2017.
La tasa de crímenes de la delincuencia organizada aumentó 11.6% en 2018 con respecto del año anterior.
Resultan alarmantes los 850 actos de violencia ocurridos contra políticos entre el 1 de septiembre de 2017 y el 31 de agosto de 2018, de los cuales el 75% estuvieron dirigidos a políticos de nivel municipal. El 81% de los ataques se dirigieron a integrantes de partidos compitiendo desde la oposición. De los 175 asesinatos registrados, el mayor número sucedió en Guerrero y Oaxaca: 32 y 29 homicidios, respectivamente.
También los periodistas fueron blanco de los crecientes índices de violencia. En 2017 se documentaron 507 casos de agresión contra profesionales de la comunicación. Hacia julio de 2018 ya se habían registrado 389 ataques, un 40% más que en el mismo periodo del año anterior.
Este informe estudia, asimismo, la fortaleza de los factores de Paz Positiva de México. Se trata de los factores comunes que se asocian a las sociedades altamente pacíficas y consisten en ocho pilares: Buen funcionamiento del gobierno, Distribución equitativa de los recursos, Libre flujo de información, Entorno empresarial sólido, Altos niveles de capital humano, Aceptación de los derechos de los demás, Bajos niveles de corrupción y Buenas relaciones con los vecinos; empero, lo anterior será motivo de posterior análisis en otra entrega de Hora 14.
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