Tragedia sin fin
¬ Augusto Corro jueves 3, Feb 2011Punto x Punto
Augusto Corro
En Ciudad Juárez continúa el baño de sangre ante la impotencia de las autoridades municipales, estatales y federales para detenerlo. Y la violencia se extiende a todo Chihuahua que presencia, aterrada, la incontenible mortandad originada por la guerra contra los narcotraficantes, agudizada en los últimos cuatro años.
La pésima fama de Ciudad Juárez empezó hace 17 años, más o menos, cuando el mundo supo de los feminicidios que ahora suman cientos y lo grave es que los crímenes siguen sin aclararse: parece que la justicia ya se olvidó de ellos. Los asesinos andan por las calles sin sobresaltos. Saben que la justicia nunca los alcanzará, porque la corrupción e impunidad los protegen.
Específicamente, hace un año (31 de enero de 2010), en un barrio pobre de la mencionada ciudad 15 jóvenes fueron masacrados. Y en ese mismo barrio, el domingo (30 de enero de 2011) murió una joven de 16 años, Karina Ivette Ibarra, a quien acusaron de ladrona de carros, sin esperar el veredicto del juez. Según se informó, Karina fue alcanzada por las balas que dispararon las armas de policías federales. En el caso anterior, los jóvenes fueron señalados, por el gobierno federal, como pandilleros, cuando en realidad se trataba de estudiantes, ajenos a actividades delictivas.
Desde hace un año, el gobierno federal panista, en coordinación con los otros niveles de autoridades, se hizo cargo de lo ocurrido en Salvárcar y un grupo de funcionarios plantearon la necesidad de rescatar a la sociedad juarense; para ello se implementó un programa con el propósito de promover el desarrollo y acabar con la violencia, denominado “Todos Somos Juárez”.
Dicho programa implicaba acciones relacionadas con la economía, empleo, salud, educación y desarrollo social. Los resultados tendrían que verse en cien días. Sin embargo, todo resultó un fracaso. El tejido social sigue roto. Las inversiones millonarias para rescatar a Ciudad Juárez no rindieron frutos. Además, las masacres contra adolescentes se repitieron en dos ocasiones: una el 23 de octubre del 2010 y otra reciente el 23 de enero de 2011. Esta vez se trató de siete jóvenes deportistas sacrificados.
La sociedad del estado de Chihuahua pensó, en un principio, que el nuevo gobernador César Duarte llevaría algún plan para recuperar la paz en aquella entidad, pero pronto llegó el desconsuelo. El propio mandatario estatal fue víctima de la delincuencia, pues ni sus familiares ni amigos se salvaron de las agresiones. Mario Humberto Medina Vela, sobrino del funcionario, fue asesinado al oponerse a un secuestro; su primo Alberto Porras Duarte, corrió la misma suerte.
Y en estos días, el propio gobernador Duarte ofrece una recompensa de 500 mil pesos a la persona que ayude a localizar a Olegario Guzmán Orquiz, de 44 años, un empresario destacado, que desapareció en la ciudad de Parral, hace cuatro semanas. Guzmán Orquiz es un amigo de la infancia del mandatario chihuahuense. Las autoridades no especificaron si se trataba de un secuestro o simplemente de una persona desaparecida. Otros hechos singulares ya mancharon el gobierno de Duarte, entre ellos el asesinato de la defensora de los derechos humanos, Marisela Escobedo. Ella denunció al asesino de su hija, Rubí Frayre Escobedo. El criminal y los jueces que lo dejaron en libertad no aparecen. A los segundos los buscan para llevarlos a juicio político, pero no se encuentran en sus domicilios. A los pocos días de la muerte de Marisela, otra activista de los derechos humanos, Susana Chávez, de 38 años, fue asesinada. Su cuerpo sin vida fue encontrado mutilado.
Nadie duda de la ineptitud del gobernador, quien anteayer, en el barrio de Salvárcar, fue confrontado por las madres de los jóvenes masacrados en enero del 2010. Para ellas la justicia no ha cumplido. Así se lo hicieron saber al mandatario, quien acompañado del secretario de Educación, Alonso Lujambio, se disponía a inaugurar una cancha deportiva.
Luz María Dávila, una de las mujeres que perdió a sus dos hijos, les dijo a los funcionarios: “Las obras no nos consuelan, la justicia sí”. El titular de la SEP aprovechó el acto para soltar su discurso obsoleto y ramplón: “No nos derrotará el crimen organizado; bajo ninguna circunstancia nos derrotará”. En síntesis, la tragedia sin fin y el baño de sangre siguen en Ciudad Juárez.
PUNTOS SUSPENSIVOS:
Los empleados de Petróleos Mexicanos (Pemex) parece que no le tienen miedo a la justicia. La Secretaría de la Función Pública (SFP) encontró un tercer fraude en esa empresa petrolera en un mes. Esta vez, el fraude consistió en pagar mascarillas a precios elevadísimos. El 26 de enero, la SFP informó que un grupo de servidores públicos de Pemex Refinación manipularon procesos de licitación al contratar con sobreprecio el arrendamiento de cuatro buques. El 24 de enero, la dependencia destituyó a tres empleados y les impuso multas por 3.1 millones de pesos a cada uno. También de Pemex Refinación. A lo anterior hay que agregarle los millones de pesos que pierde la paraestatal con la continúa ordeña a los ductos de combustible. Con lo que ocurre en Pemex se tiene la impresión de que a nadie le interesa que los empleados se empeñen en saquearla… En el Partido de la Revolución Democrática (PRD) se agudizará la lucha para seleccionar a su próximo dirigente nacional. Entre los que más se mencionan están Lázaro Cárdenas Batel, Javier González Garza, Ricardo Monreal y Jesús Zambrano. El actual presidente de esa organización política es el controvertido político, Jesús Ortega, quien dejará el cargo el próximo mes de marzo… Otra vez los priístas buscan bajar impuestos con el fin de captar más contribuyentes. El tema, que aburre hasta el cansancio, es manejado por los tricolores en temporada de elecciones y luego se olvida. En el mismo caso se encuentran las cacareadas reformas fiscal y laboral… Que el gober precioso, Mario Marín, no se va de la política. Descansará unos meses y volverá para ponerse a las órdenes del nuevo líder priísta, Humberto Morerira, para lo que se ofrezca. No olvidar que Marín es experto en manejo de botellas de coñac. •