La industria turística como espectáculo
¬ José Antonio López Sosa viernes 12, Abr 2019Detrás del Poder
José Antonio López Sosa
Acapulco, Guerrero.- Llegamos muy puntuales a las instalaciones del hotel Princess Mundo Imperial la noche del 9 de abril pasado, ahí arrancaría la ceremonia “del pase de estafeta” del Tianguis Turístico, simbólicamente de Acapulco en 2019, al que se llevará a cabo en Mérida en el año 2020.
Dos zonas, como suelen ser las convocatorias políticas mexicanas: hasta adelante políticos e invitados especiales, atrás, los compradores, operadores y personas que verdaderamente hacen de estos foros, un lugar de negocios.
Llegaron en caravana rodeados por un par de decenas de colaboradores, fotógrafos propios y gente, el gobernador de Guerrero, el secretario de turismo de Guerrero, el secretario de turismo federal, el gobernador de Yucatán y la secretaria de turismo de Yucatán.
Como si se tratara de unos juegos olímpicos y tras los discursos triunfalistas de los gobernadores de Guerrero y Yucatán, con la intervención también del secretario de turismo federal, se pasaron una estatuilla con el símbolo del Tianguis Turístico para sellar de una forma excéntrica y subdesarrollada al mismo tiempo, el famoso “pase de estafeta”.
Luego vino la fiesta, Manzanero, Aleks Syntek, las tortas de lechón y cochinita, el tequila, el ron y las cervezas.
En un foro organizado para hacer y cerrar negocios, en México aún no entiende la clase política que su permanente presencia está de más.
Es importante evidentemente en la ceremonia de clausura —por llamarle de algún modo—, la presencia del gobernador que entrega y del que recibe el foro, pero no es necesario insistir en buscar el reflector con un espíritu triunfalista con discursos fuera de toda proporción donde pareciera que en el rubro del turismo, estamos haciendo todo bien.
Sí, en los foros internacionales hay fiestas de clausura, sí, pero sin que los protagonistas sean los políticos.
Alguien el último día del Tianguis hablando de Yucatán me dijo: es que el gobernador es la imagen.
No, es lamentable y lastimero que creamos que la imagen de una entidad federativa es el gobernador o que la imagen del país es el Presidente de la República.
Eso es la herencia del sistema político mexicano del siglo pasado y sigue cobrando vigencia en todos los niveles y en todos los partidos.
Como me comentó otro colega el día de la ceremonia, nos hubiera gustado que el “pase de estafeta” hubiera sido, en lugar de con una estatuilla ceremoniosa, con cifras reales que entrega Guerrero a Yucatán como resultado del Tianguis Turístico, pero no, primero la ceremonia y la excentricidad.
Un penoso apunte a nuestro subdesarrollo.
Tres días en Acapulco
Por lo menos tres días en el Tianguis Turístico de Acapulco estuvo el gobernador de Yucatán, como si en su estado no hubiera asuntos que atender o como si la Secretaría del ramo no pudiera con la responsabilidad.
En la inauguración y en la clausura pudiera justificarse porque el año entrante será en Mérida, pero ¿todo el tiempo?, otro apunte a nuestro subdesarrollo.