“México no responderá a bravatas”
Miguel Ángel Rivera jueves 11, Abr 2019Clase Política
Miguel Ángel Rivera
Mientras el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, continúa con sus bravatas, algunas de las cuales cumple, como la de aumentar la presencia militar en la frontera común, con México, el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, intenta convencer al rubio multimillonario de que la interrupción de la actividad comercial tiene efectos negativos para las dos naciones.
“Frenar el flujo de personas y mercancías en la frontera norte es muy mala idea: está creando costos para los circuitos de valor tanto de México como de Estados Unidos. Hoy mismo estableceremos comunicación con las nuevas autoridades del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) en ese país para hacérselos saber”, escribió Ebrard en sus redes sociales.
El titular de Relaciones Exteriores está en la zona directamente afectada por los bloqueos en los pasos fronterizos, en Baja California, donde se celebra la Asamblea General Ordinaria y Reunión Trimestral del Consejo Nacional de la Industria Maquiladora y Manufacturera de Exportación (INDEX) para revisar la situación en la frontera norte y buscar soluciones que faciliten normalizar el flujo económico y de movilidad en Tijuana, Ciudad Juárez, Laredo y otros puntos.
Poco antes, apareció una entrevista del funcionario mexicano con el diario español El País, en la cual ratifica la decisión del gobierno mexicano de no entrar en polémica con el presidente de los Estados Unidos, ni de replicar cada uno de los mensajes que el mandatario de la Unión Americana distribuye también por las llamadas redes sociales.
Lo más novedoso es que el secretario de Relaciones Exteriores aseguró que el actual gobierno federal no invitará a Trump a nuestro país.
“El gobierno de Peña Nieto lo invitó en campaña, nosotros no hemos hecho eso ni lo haremos nunca. Nosotros estamos defendiendo los intereses de México de la manera que mejor creemos”, dijo Ebrard, al recodar esa visita en plena campaña presidencial de los Estados Unidos que provocó disgusto entre los partidarios de la contendiente de Trump, Hillary Clinton y en México provocó la caída del entonces secretario de Hacienda, Luis Videgaray, aunque luego del triunfo del multimillonario logró recuperarse y volver a los primeros planos de la política nacional como titular precisamente de Relaciones Exteriores.
En la entrevista, el canciller mexicano sostuvo que el no responder a cada tuwit de Trump no es callar, “es no seguir la misma estrategia que te quiere imponer el presidente de Estados Unidos”.
“Voy a tener que llamar a más militares”, dijo el mandatario de los Estados Unidos en un encuentro con simpatizantes en San Antonio (Texas), durante el cual se escucharon testimonios acerca de indocumentados que mueren durante la caminata una vez que cruzan la frontera.
Trump no dio más detalles acerca de sus planes, pero al mismo tiempo recordó que los militares estadounidenses “no pueden actuar” en la frontera porque una ley nacional prohíbe que se involucren en tareas de orden público.
La cosecha
Por segunda ocasión, a unas cuantas horas de diferencia, el presidente Andrés Manuel López Obrador contradijo a uno de los más destacados miembros de su gabinete, esta vez el secretario de Comunicaciones y Transportes, Javier Jiménez Espriú, quien previamente había comentado que no hubo corrupción en la construcción del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México (NAIM).
En reunión con senadores, el martes pasado, el titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) afirmó ante senadores que para la cancelación del NAIM no se tomó como consideración un hecho probable de corrupción o de mal uso de los recursos, sino por temas de carácter técnico y por el excesivo costo económico y ambiental de la obra.
“Sí hubo corrupción en la decisión de construir el aeropuerto de la Ciudad de México en el Lago de Texcoco”, replicó el primer mandatario durante su conferencia de prensa matutina, en la cual sostuvo también que “se engañó a la gente con un dictamen diciendo que no se podía operar al mismo tiempo el Aeropuerto de la Ciudad de México y el de Santa Lucía”.
Así, un solo día después, López Obrador invalidó lo expresado por Jiménez Espriú, al revelar que hubo prácticas corruptas para “beneficiar a unos cuántos” con la construcción de la nueva terminal aérea, porque “se iban a cerrar dos aeropuertos para construir el de Texcoco”, y en el que está actualmente en funcionamiento se iba a crear un desarrollo inmobiliario similar a Santa Fe.
Además, López Obrador reiteró que el costo estimado para el nuevo aeropuerto, “con dos pistas nada más”, tenía un costo estimado de 300 mil millones de pesos, que al final la inversión sería de más del doble, debido a la corrupción.
Además, el primer mandatario insistió en señalar que en la zona elegida de Texcoco es donde se producen más hundimientos y no se garantizaba la calidad de la obra.
Con la finalidad de proteger a industriales mexicanos de la competencia desleal, el gobierno de México decidió mantener aranceles de entre el 10 y el 30 por ciento de su valor a las importaciones de calzado, textil y confección.
Mediante dos decretos publicados en el Diario Oficial de la Federación (DOF), la Secretaría de Economía (SE) dio a conocer esas modificaciones a la Tarifa de la Ley de los Impuestos Generales de Importación y de Exportación, así como otras disposiciones generales en materia de importaciones para la región fronteriza y la franja norte, y para el fomento a la industria manufacturera y de servicios.
La mencionada Secretaría de Economía indicó la necesidad de poner en práctica acciones para prevenir y combatir las prácticas de subvaluación en la importación de mercancías de esos sectores y los problemas de aplicación eficiente de precios de las fracciones arancelarias.
Mientras el presidente López Obrador encabezó en Cuernavaca la ceremonia oficial por el centenario del asesinato de Emiliano Zapata, organizaciones campesinas se reunieron en Chinameca, el sitio donde fue sacrificado el revolucionario, por la decisión de su gobierno de continuar el megaproyecto denominado Proyecto Integral Morelos (PIM) que incluye la puesta en operación de una planta generadora de electricidad, para la cual se aprovechará un río cerca de Cuautla.
“¡Zapata vive, la lucha sigue!, ¡Agua sí, termo no!” y “¡Samir no murió, el gobierno lo mató!”, gritaron más de mil integrantes del Frente de Pueblos en Defensa del Agua y la Tierra de Morelos, Puebla y Tlaxcala, así como integrantes del Congreso Nacional Indígena y Concejo Indígena de Gobierno, y se declararon en alerta ante la urgencia que tienen empresas y gobiernos por arrebatarles su territorio a través de megaproyectos.
Primero se realizó un desfile cívico del municipio, encabezado por los habitantes de Amilcingo, entre los que se encontraban compañeros de lucha del activista Samir Flores Soberanes, asesinado el pasado 20 de febrero.
La vocera del Consejo Indígena de Gobierno, María de Jesús Patricio Martínez, calificó como una simulación la Cuarta Transformación, liderada por López Obrador, a quien calificó de parlanchín y pendenciero.
El sacrificio de Zapata también fue recordado en la Cámara de Diputados en la capital del país. Asistieron pocos legisladores y con poco entusiasmo. Pero, eso sí, los oradores de todos los partidos sostuvieron que los ideales del revolucionario siguen vigentes.
La ceremonia sirvió para recordar el danzón que dice que “si Juárez no hubiera muerto, todavía viviría”, pues el diputado de Ciudad Nezahualcóyotl por Morena, Juan Pablo Sánchez, aseguró que “si Zapata viviera, con la Cuarta Transformación estuviera”.
En representación del PRI, Eduardo Zarzoza censuró a la actual mayoría parlamentaria de Morena por presumir que los ideales de Zapata forman parte de su proyecto de gobierno.
“Primero convenzan a los familiares de Zapata de ir a sus actos. Porque sus descendientes han dicho que ustedes los traicionaron” con la continuación del proyecto de la termoeléctrica Huexca en Morelos, aseguró el legislador que tal vez no sabía que en el acto oficial en la capital de Morelos se presentó una bisnieta de Zapata, quien por cierto reclamó que se mantengan las pensiones a las viudas y descendientes de los integrantes del Ejército Libertador del Sur.