El camino hacia la reconstrucción del PRI
¬ Mauro Benites G. jueves 11, Abr 2019Municiones
Mauro Benites G.
La pérdida de la Presidende la República significó para el Revolucionario Institucional el reto más grande de su historia: en el mundo, luego de la derrota, pocos de los partidos hegemónicos con más años en el poder han podido recuperarlo bajo condiciones muy particulares.
Por ello, el desafío no era fácil y convocó a los grandes cambios frente al mundo y la sociedad. Desde el 2 de julio del 2000, el Partido vivió una gran incertidumbre para reconformar su rostro y presentar planteamientos sólidos para un proyecto de nación que recuperara la confianza de los ciudadanos en sus instituciones, en la política y en el PRI como factor de cambio constante.
El problema para el Partido emanado de la Revolución no solamente ha tenido que ver con la derrota electoral del 2000 y la del 2018, sino con el desgaste interno que vivieron en el año 2000 diversas fuerzas que pretendían alcanzar la Presidencia del PRI.
Una de estas expresiones nació desde 1995 entre Roberto Madrazo Pintado por una parte y Ernesto Zedillo Ponce de León por otra, con Esteban Moctezuma Barragán, que se extendió en 1999 cuando Francisco Labastida Ochoa participó en el proceso de elección del candidato a la Presidencia de la República. Entonces, las fuerzas del Presidente, su “sana distancia” y su “fuerza moral” estuvieron, a decir de muchos especialistas, del lado de Labastida.
Tras la derrota presidencial del año 2000, los grupos de nueva cuenta se enfrentaron para mantener el liderazgo del Instituto y pronto su disputa pareció ser la única discusión dentro del partido, “El poder por el poder”
Sin embargo, la estructura aún ahora, y la trascendencia del PRI rebasa todos los intereses individuales o de grupo por legítimos que sean.
Perdida en esa discusión queda la tarea ahora después de la derrota del 2018 de definir perfectamente cuál será la orientación ideológica que adopte el instituto; cómo va a transformar su estructura, con qué principios y con qué mecanismos, cómo hará para establecer una nueva relación con los grupos corporativos: obreros, campesinos, organizaciones populares y sociedad civil.
La multiplicación de los roces y las constantes declaraciones de los actores ha impedido hacer un balance más serio sobre el factor que determinó el rumbo del Partido en los últimos años y que lo llevó a perder el Gobierno de la República por segunda vez.
Resulta claro que el instituto tiene figuras para poder asumir su presente y proyectar su futuro, pero requiere del trabajo inmediato para reactivar su discurso y sus acciones a fin de recuperar la confianza que le dé el voto ciudadano.
Uno de los temas que más han enmarcado la discusión en torno al futuro del instituto es sobre el liderazgo, proyecto y perfil, que deberá llevarlo a buen puerto.