Trifulca en el Congreso capitalino
Luis Muñoz miércoles 3, Abr 2019Segunda vuelta
Luis Muñoz
El edificio que alguna vez fue sede de la Cámara de Diputados (hoy Congreso de la Ciudad de México), escenario de grandes acontecimientos, como la aprobación del derecho al voto de la mujer en 1957; la nacionalización de la industria eléctrica en 1969, y la aprobación del decreto que otorgó la ciudadanía y mayoría de edad a los 18 años, ayer lo fue de un hecho bochornoso y grave a la vez.
Afuera del recinto de Allende y Donceles, un grupo no mayor a 200 personas mantenía bloqueado los accesos al edificio sede del Congreso capitalino, donde pedían solución a sus demandas.
Todo parecía “normal”, sin indicios de violencia, pero cerca de las 11:00 horas, la situación se volvió un caos.
Comerciantes de vía pública, en su mayoría de Iztapalapa, y choferes de la agrupación Taxistas Organizados de la Ciudad de México, habían exigido a través de altavoces la presencia de los diputados de los distritos de esa alcaldía, pero nunca salieron.
Molestos por ese desdén, un grupo de inconformes subió las escalinatas del exterior del edificio e intentó ingresar por la fuerza, donde personal de seguridad les impidió el paso y eso detonó la trifulca entre unos cuantos empleados contra un grupo enfurecido de taxistas.
Luego de la primera escaramuza en la entrada principal del recinto, la escena se repitió en una de las puertas laterales de la calle Allende, donde otro empleado de seguridad resultó golpeado a puñetazos y uno que otro garrotazo.
Los lesionados (Rodolfo Montaño Garrido, Enrique Nava y Luis Torres) fueron atendidos por sus compañeros en el lugar y luego canalizados a un hospital del ISSSTE para su valoración y atención médica. Los primeros reportes preliminares indicaron que no es nada grave. Cabe resaltar que la policía nunca hizo acto de presencia.
Condenan agresión y violencia
De manera unánime, legisladores condenaron los hechos de violencia.
El vicecoordinador de la bancada del PRD en el Congreso local, Víctor Hugo Lobo Román, condenó enérgicamente los actos de violencia que se registraron en las puertas del recinto de Donceles y Allende.
Mediante un comunicado de prensa, el representante social indicó que el cuerpo legislativo no puede ser omiso ante las legítimas demandas de los sectores sociales que piden ser escuchados por sus representantes populares.
Sobre esta situación, el legislador hizo un extrañamiento a la mayoría legislativa (que preside la Junta de Coordinación Política y la mesa directiva) por la “extrema pasividad y la falta de sensibilidad política para atender a los comerciantes y taxistas que solicitaban una mesa de diálogo para exponer sus problemas”.
Lobo Román dice que “lejos de abrir el diálogo, la mesa directiva del Congreso pidió la intervención de los cuerpos de seguridad pública para desalojar a los manifestantes que mantenían cerrados los accesos del recinto legislativo”.
Consideró que aun cuando hubo excesos de parte de un grupo de taxistas que agredieron a dos elementos de seguridad, estos hechos pudieron evitarse con la apertura de una mesa de diálogo para atender los problemas de movilidad, comercio en vía pública y transporte público.
Por último, aseveró que no se puede ser gobierno de izquierda sólo de palabra y en los hechos actuar como un gobierno omiso, negligente y autoritario”.
Transparencia, fundamental
En la sesión de ayer martes, el diputado Jorge Triana señaló que los integrantes de la Comisión Dictaminadora del Congreso de la CDMX coincidieron con los razonamientos y la argumentación para fortalecer los principios de transparencia.
Indicó que “la transparencia ha supuesto uno de los cambios más importantes en el funcionamiento de las instituciones públicas en los últimos años mejorando la relación con los ciudadanos, en tanto que han crecido las demandas de mayor conocimiento de la actividad de los poderes públicos como elemento constitutivo de las sociedades democráticas”.
De acuerdo con el dictamen de reforma, desde finales del siglo pasado, y derivado de los cambios tecnológicos, la publicidad se ha convertido en elemento consustancial a los regímenes democráticos donde la rendición de cuentas, la transparencia, el acceso a la información y la construcción de una ciudadanía más informada son activos republicanos y de la buena gobernanza.