“La ignorancia genocida de Masiosare”
¬ Fausto Alzati Araiza miércoles 3, Abr 2019Faro
Fausto Alzati Araiza
¡Ay nanita! Otra vez se nos apareció el mismísimo Masiosare y ahora no sólo nos amenaza con construir sin más demora su dichoso muro, sino además con “militarizar” nuestra frontera norte. Me explico: por la fonética de la música del Himno Nacional Mexicano pareciera como si las tres palabras (más si osare, es decir si se atreviera) fueran una sola palabra que se lee “masiosare” este juego de palabras ha sido motivo de confusión chistes y parodias entre los mexicanos, pues en este contexto pareciera como si el Himno Nacional estuviera haciendo referencia a un “extraño enemigo” de nombre Masiosare. Pues ahora, resulta que ese extraño enemigo sobre el que nos advierte nuestro Himno Nacional usa peluquín rubio y grandes dientes postizos. Dice llamarse Donald Trump. Y ahora despacha alternativamente en la Casa Blanca de la Avenida Pennsilvania en Washington D.C. y en su mansión con campo de golf en Mar-a-Lago, en la Florida. Lo alarmante, es que entre sus periplos en el Air Force One, nuestro Masiosare se da tiempo para cultivar un odio tan intenso como infantil y mal informado contra los migrantes mexicanos, legales o ilegales, que en su estrecha visión son los culpables de la subocupación y el abierto desempleo que, según él, sufren los trabajadores de su país que son, por cierto, los mejor remunerados del planeta.
¿Habrá tenido nuestro Masiosare, en su opulenta infancia neoyorquina, alguna nana migrante v mexicana que lo nalgueaba por insolente? ¿El deforme inconsciente del atribulado dueño temporal del botón nuclear atribuirá a esa hipotética infeliz nodriza el horror de la figura obesa, calva y desdentada que cada mañana le recuerda desde el espejo del baño de su recámara la insignificancia de su persona, ignorante y racista? Si alguna deidad aria le hiciera el milagro de aprender a escuchar, quizá algún asesor de mayores luces que las suyas y mejor corazón, quizá incluso su propio yerno, Harold Kushner, pudiera explicarle que no son los mexicanos sino las máquinas industriales avanzadas y el software quienes reemplazan a sus imaginarios gringos de overall en ocupaciones industriales, que ya hace tiempo desaparecieron, para siempre y jamás volverán. ¿O será acaso que sus amigos republicanos, los que financian sus campañas, accionistas importantes de empresas del llamado “complejo militar-industrial-financiero” le están pidiendo una gran movilización de tropas que permita justificar sus inmensos presupuestos a los ojos de un Congreso dominado por los demócratas? Imposible saberlo.
Masiosare Trump, además de ser racista, ignorante y desalmado, padece de una cínica amnesia selectiva, pues pretende olvidar que Mary Anne Macleod llegó como inmigrante ilegal a los Estados Unidos en 1929. Ella es la madre de Donald John Trump, cuyos ancestros alemanes cambiaron su apellido original Drumbf por el Trump, que ahora ostenta el millonario especulador inmobiliario que ocupa la Oficina Oval de la Casa Blanca en la Avenida Pennsylvania de Washington, D.C. Todo eso parece haberlo olvidado Masiosare Trump en su insana locura racista.
El recuento de sus atrocidades indigna y aterra. Veamos: niños inmigrantes de hasta 14 años alojados en un centro de detención de menores en Virginia, dijeron que fueron golpeados mientras llevaban grilletes y estuvieron encerrados en aislamiento durante largos períodos, abandonados desnudos y tiritando de frío en celdas de concreto. Las denuncias de los presuntos abusos en el Centro Juvenil Shenandoah Valley, cerca de Staunton, Virginia, aparecen detallados en documentos judiciales federales, que incluyen media docena de declaraciones juradas de adolescentes latinos que estuvieron recluidos allí durante meses o años. Varios detenidos dijeron que los guardas les quitaron la ropa y los amarraron a sillas con bolsas tapándoles la cabeza. Una antigua especialista en desarrollo infantil que trabajó en el centro contó a The Associated Press que vio a menores con magulladuras y huesos rotos. Habló bajo condición de anonimato, porque no estaba autorizada a discutir el asunto en público. Sin embargo, los abogados del centro niegan todas las acusaciones de abuso.
Sin embargo, lo más importante es apelar a la sensatez y la prudencia de los actores políticos relevantes del lado mexicano de la dichosa frontera, como ya lo ha hecho el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), quien de seguro está muy bien asesorado por su sagaz y brillante canciller Marcelo Ebrard Casaubón; por el senador Héctor Vasconcelos Cruz, y la embajadora Marta Bárcena, reveló en una reciente conferencia mañanera, tras las amenazas de su homólogo estadounidense sobre cerrar la frontera, que actuará con prudencia.
AMLO dio a conocer que no puede hablar de algo que no ha sucedido y que no va a adelantar vísperas ante el posible cierre de la frontera de Estados Unidos con México. Es deseable que continúe así y que en medio del fragor electoral se eviten expresiones y actitudes que puedan contribuir a justificar los excesos retóricos de Masiosare. Y ruego a la Guadalupana y a ese Dios que con su dedo escribió en el cielo “el eterno destino” de nuestra atribulada Patria, que sólo sean eso: excesos retóricos. Más nos vale.