Indigentes y museos
¬ Salvador Estrada martes 2, Abr 2019Folclor urbano
Salvador Estrada
Si gustas de caminar por la ciudad y quieres visitar seis museos haz un paseo por la avenida Juárez hasta la calle de Tacuba, y ahí en Juárez te darás cuenta que algo “huele mal” en el templo de Corpus Christi, edificio colonial que albergó el convento de las Capuchinas..
En efecto, en el primer museo que puedes visitar está en los sótanos del Monumento a la Revolución, que tiene el mismo nombre y que cuenta con tres salas de exhibición y después si te vas por avenida Juárez verás en la Plaza de la Solidaridad, antes de llegar a la Alameda Central, el Museo Mural Diego Rivera, donde disfrutaras el mural “Sueño de una Tarde Dominical en la Alameda”, en el cual están pintados muchos personajes de la historia de México.
Luego podrás conocer el “ Museo Memoria y Tolerancia” y cuando cruzas el Eje Lázaro Cárdenas y te desvías hacia la calle de Tacuba encontrarás el Museo Nacional de Arte, conocido como el “Munal” en la Plaza Manuel Tolsa, donde está la escultura de Carlos IV, más popular como “El Caballito” y adelante el Museo Interactivo de Economía, llamado “MIDE”. Y en Filomeno Mata verás el “Museo del Ejército y las Fuerzas Armadas”.
Pero si quieres saber el por qué del mal olor, en el templo de Corpus Christi, ubicado en la Avenida Juárez, hoy Archivo de las Notarías de la Ciudad de México, te lo dicen los policías del lugar.
Un grupo de indigentes, personas muy sucias, que han perdido su dignidad y que son alcohólicos empedernidos, viven a los lados del edificio colonial y su olor ya está penetrando en el recinto del templo. Están tirados en la calle encobijados y durmiendo y “ahí permanecen como si fuera su casa”.
Esos hombres, sucios, alcoholizados, dicen los policías, se robaron las placas de identificación del templo y también las placas de las esculturas que están en Avenida Juárez, para venderlas como fierro viejo y comprar su “chínguere” y si la policía se los llevó, la Comisión de los Derechos Humanos los puso libres.
El olor que despiden esos seres ya huele en las Capuchinas y como nadie los quita del sitio cada día el olor se hace más nauseabundo.
“Los teporochos” no solamente están en ese sitio también se les puede ver a lo largo de la Avenida Juárez , en las columnas del hotel Hilton Ciudad de México, y en las rejas del Museo Memoria y Tolerancia y en algunas bancas de esa vía peatonal.
Los turistas caminan por Avenida Juárez y no los ven, pero hacen gestos cuando cruzan por el templo de Corpus Christi y voltean hacia los lados y siguen su camino.
Las autoridades capitalinas deben actuar y rescatar la zona quitando a esos indigentes que afean y contaminan la Avenida Juárez, una de las calles más importantes y transitadas de la capital de la República.
Es un espectáculo que avergüenza a los capitalinos, quienes demandan que a los indigentes se los lleven a un establecimiento donde puedan ser atendidos y si es posible rescatarlos del vicio y de la mugre.