Distractor, el discurso que divide a los mexicanos
Jorge Luis Galicia Palacios lunes 1, Abr 2019Como veo, doy
Jorge Luis Galicia Palacios
- Cortinas de humo evaden la realidad social
- Participación ciudadana, un pendiente en la CDMX.
Resulta ocioso a estas alturas de la historia de México estar hablando de hechos que sucedieron hace 500 años, pero el tema fue puesto en la agenda nacional por el presidente Andrés Manuel López Obrador y, como era de esperarse, el asunto dividió más a la ya de por si dividida sociedad mexicana.
Creyente, como la mayoría de los connacionales, de que los problemas de México tienen solución y esto se puede lograr en unidad, en este espacio recogemos algunas ideas que en estos momentos hacen presa de la vox populi que, por cierto, nada tiene que ver con el “pueblo sabio” al que se alude hoy en día para tomar decisiones de gobierno mientras que en la realidad las cosas siguen igual o peor.
La gente dice que eso de pedir al gobierno español que éste ofrezca disculpas por los atropellos cometidos por sus antepasados durante la conquista española en tierras aztecas es un mero distractor, porque la reconciliación de estas naciones ha quedado en el registro histórico desde hace muchos años e incluso hoy se habla de cooperación, de ayuda, de intercambio y de hermandad.
¿Por qué discurso de distracción?, porque la narrativa gubernamental dista mucho de querer cerrar cicatrices del pasado, ya que si en verdad existiera ese interés la lógica dice que hay que comenzar con el pasado inmediato y no al revés.
Entonces si en verdad se quiere enmendar errores del pasado, la vox populi sugiere que haya respuestas aquí en México a recientes atropellos cometidos por el crimen organizado; a los feminicidios; a la rampante corrupción; a la creciente pobreza, y muchos problemas que se prolongarían con los etcéteras.
Ante el discurso oficial, que surge con aparente facilidad y altos grados de ocurrencia, la vox populi cuestiona y se interroga ¿Qué no hay nadie que asesore al presidente?, y otras voces dan respuesta casi de inmediato.
¡Claro que hay asesoría!, concluyen al tiempo que agregan “aquí lo que parece importante es posicionarse en la opinión pública”, y así con conjeturas, intrigas y más de una verdad, México está envuelto, como en los tiempos de campaña, en un discurso de división, de fobias, de afrentas, de agravios y todo tipo de confrontaciones, eso mientras que lo importante sigue en el olvido.
Lo de España es un ejemplo de ese discurso que busca confrontar y distraer, pero no es el único, a quienes no piensan igual al discurso oficial se les llama “fifís” en tanto que a los fans de AMLO o de la actual administración se les dice “chairos” o “pejezombies”, y si de distraer se trata nada como decir que los programas sociales que otorga el gobierno, destinados a personas en situación de pobreza, es como atender a una mascota, y otra vez el reflector mediático, pero también el desencuentro y la evasión de la realidad.
Ya basta, nos son tiempos de entrar en discusiones que a nada nos llevan, son tiempos de reconciliación sí, pero antes que pedir a España ofrezca a México una disculpa, primero hay que buscar la reconciliación de México con la atención de los problemas inmediatos, eso es lo que la mayoría anhela para salir adelante ante la inseguridad, ante la pobreza, ante la corrupción, ante el desempleo y muchos otros temas que como bien los señala el gobierno del presidente López Obrador, no serán fácil de erradicar en el corto plazo, pero si seguimos distrayéndonos la vox populi seguirá pensando que todo se trata de cortinas de humo para eludir la realidad.
Por cierto, en el asunto de la inseguridad, se sigue festejando la creación de una guardia nacional y en lugar de salir a las calles a implementar las nuevas estrategias en la materia, seguimos distraídos en la presentación de los uniformes como si se estuviera en un desfile de modas. Ver para creer.
VA MI RESTO.- El grupo parlamentario de abrumadora mayoría en el Congreso de la Ciudad de México anunció el pasado fin de semana la cancelación de la renovación de los comités ciudadanos, los cuales concluirán sus funciones el último día del año en curso.
En las argumentaciones se dice que es para reforzar los mecanismos de democracia directa y que se pretende construir una nueva Ley de Participación Ciudadana para empoderar a la sociedad y dotarla de las herramientas legales para dar cauce a sus demandas, pues será el sereno, pero este aplazamiento también habla de la incompetencia del legislativo local para ponerse de acuerdo entre las diferentes fuerzas políticas representadas en la Ciudad de México.
En noviembre pasado se anunció la convocatoria al Foro de análisis y reflexión por la nueva Ley de Participación Ciudadana para la CDMX, y hoy vemos que las opiniones, sugerencias e inquietudes de expertos, representantes de la sociedad civil y ciudadanía de nada sirvieron para lograr sustituir la ley que data de 2004 para ponerla acorde con los mandatos con la naciente Constitución de 2017, donde la finalidad era la participación vecinal en las decisiones de gobierno y convocar a elecciones a los habitantes de la capital para renovar los mil 815 comités ciudadanos.
Quienes están a favor de una nueva ley argumentan que la actual es letra muerta y con ese pensamiento todo indica que prefieren un gobierno capitalino sin participación ciudadana en la planeación, ejecución y seguimiento de sus decisiones, eso parece, y hasta ahí porque como veo doy.