De Obregón, 1928, a Colosio 1994
¬ Arturo Ríos Ruiz lunes 25, Mar 2019Centro..!
Arturo Ríos Ruiz
- En ambos casos, la verdad quedó volando
El parangón entre Álvaro Obregón y Luis Donaldo Colosio, es el siguiente:
Todo un desplegado se soltó con el recuerdo de artero crimen de Luis Donaldo Colosio aquel 23 de marzo de 1994, en Lomas Taurinas, colonia de Tijuana y sobran relatos de todo tipo en un revivir en el México de hoy, en lo de aquella ocasión. Somos muchos los que lo conocimos de cerca por nuestra profesión.
El historiador mexicano, Rius Facius, redescubrió el testimonio de la revisión del cadáver de Álvaro Obregón, realizado por un médico donde consta que el cuerpo presentaba orificios de bala de diferentes calibres, lo que supone que se utilizó más de un arma para asesinarlo, luego entonces, si José de León Toral disparó en contra del manco de Celaya, no fue el único, hubo otros más.
En los momentos de la confusión, minutos después de la muerte del candidato a la Presidencia, vi y escuché, en la televisión blanco y negro las declaraciones de la doctora tijuanense Patricia Aubanel, en el sentido de que los orificios de las balas que habían matado a Colosio eran diferentes.
Al ser requerida por el Ministerio Público Federal para que ratificara o rectificara esas declaraciones, su versión cambió y dijo que ella no era forense, sino cardióloga, por lo que no podía saber si las heridas eran diferentes o no.
Por el 25 aniversario del crimen de Colosio, Claudia Ruiz Massieu, líder del PRI, expuso a los medios que no le ve cuál sería el motivo de reabrir el caso y agregó que es importante que la justicia agote sus instancias si es que faltara alguna, pero que no lo cree. Tenía 21 años cuando ocurrió.
Con eso tuvo para dejarle ir el colmillo a Alfonso Durazo, en su opinión en el mismo lugar donde ella declaró, que pretende clavarle el último clavo al PRI; él, era el secretario particular de Colosio en el momento del crimen y sabe mucho más del asunto.
Por ejemplo, que reviviera la razón, del porqué corrió sin miramientos a Manuel Camacho Solís, cuando llegó al sepelio de Colosio, que se organizó en la sede nacional del PRI y a su lado, dolida y acabada, Diana Riojas, la esposa, destrozada por dentro y por fuera.
Se sabe, que el hoy jefe policiaco de altos vuelos, actuó de esa manera, a petición de la dolida esposa ¿Cuál fue la razón? ¿Lo sabe Durazo?
Hay un mar de dudas, en el caso que es singular, como todos los crímenes de ese nivel: con el Cisen abierto ¿Habrá alguna luz del espinoso asunto? Ya que se olviden de soltar los de Juan Gabriel, Azcárraga, Chespirito, ya que le entren a sucesos que realmente el pueblo necesita saber.