México y el tema de la inseguridad
José Luis Montañez Aguilar sábado 23, Mar 2019La Ley de Herodes
José Luis Montañez
Han pasado 25 años desde el artero asesinato de Luis Donaldo Colosio, candidato del PRI a la presidencia de México y no se sabe aún por parte de la autoridad competente el nombre o los nombres de los autores intelectuales de dicho crimen. Todos los mexicanos saben, o cuando menos suponen, quién ordenó la ejecución pública del político, solo los encargados de aclarar el hecho nunca pudieron llegar al fondo del asunto y aplicar la ley.
Hace mucho que en México se perdió la capacidad de asombro ante las actividades del crimen organizado, la impunidad ha impuesto su mandato a lo largo y ancho del territorio nacional. Las cifras de los delitos que se cometen a diario en el país crecen al grado de mantener a seis de nuestras ciudades en los primeros lugares de violencia a nivel mundial.
Así es, de los trece primeros sitios con más delitos en todo el mundo, México ocupa el primer deshonroso primer lugar con seis poblaciones donde se cometen un alto grado de homicidios, secuestros, robos, asaltos, extorsiones y demás ilícitos. Brasil, Venezuela, Sudáfrica y nuestro país se disputan desde hace décadas las cifras rojas.
Se cumple un año más de la muerte de Colosio y hoy como hace 25 años sobran los discursos y las condenas, sobre todo de la clase política, que parece haberse vuelto cínica ante el panorama que a diario vivimos los 120 millones de mexicanos.
Del caso del candidato presidencial asesinado sólo se procesó judicialmente a Mario Aburto, un joven de 23 años de edad, que en Lomas Taurinas, Tijuana, la tarde de un 23 de marzo de 1994 puso en la cabeza del político un revólver y jaló del gatillo. La víctima recibió un disparo más en el abdomen, pero no se sabe aún si fue uno o dos tiradores los que cometieron el atentado. Hasta se llegó a decir que Mario Aburto no fue realmente el mismo sujeto que cegó la vida del candidato presidencial.
En fin, que como en miles y miles de casos la ineptitud de las autoridades y la corrupción que impera en nuestro poder judicial han propiciado la impunidad en los actos ilícitos que a diario se cometen a lo largo y ancho del territorio mexicano.
Todavía hasta nuestros días no se ha encontrado la corporación policiaca que nos dé seguridad y evite que México siga sumido en un baño de sangre que lastima todos los días a muchos.
La inseguridad es hoy por hoy el tema más importante y urgente que tiene el país por atender y se debe de actuar con celeridad para evitar que este cáncer siga lastimando a las familias.
Se tienen ya cifras alarmantes de cómo la violencia ha provocado que el turismo, por dar un ejemplo, detenga su crecimiento y provoque pérdidas millonarias a los inversionistas de la industria sin chimeneas.
Mientras eso sucede otras naciones del mundo aprovechan nuestro descuido para ofertar lugares para el recreo promoviendo como una garantía la seguridad de las personas y sus bienes.
Urgente es ya que la Guardia Nacional entre en acción en todo el país y resuelva de una vez por todas la ola de violencia que se vive en muchas ciudades y estados de nuestro territorio.
Se sabe que la impunidad y la facilidad para cometer delitos en México ha alentado de alguna forma la llegada de bandas internacionales del crimen organizado que junto con la delincuencia doméstica tienen en jaque a la población entera.
Ya no hay tiempo para que las autoridades correspondientes sigan haciendo experimentos con el tema de la seguridad. Se debe de acabar de una vez por todas con la inseguridad y castigar con todo el peso de la ley a quien delinca tratase de quien se trate.