Negocios de los Mouriño arrasaron con Calakmul
Francisco Rodríguez jueves 21, Mar 2019Índice político
Francisco Rodríguez
Cuando existe un gobernante manipulado y débil, siempre ha estado detrás de él, más cerca de lo que se imagina, un Rasputin o Monje Loco, un Joseph Marie Córdoba Montoya, un Luis Videgaray, manipulador del cerebro y de las pulsiones del que todos creen que es quien manda. Es casi una sentencia de la condición humana, un fardo que se carga sobre los hombros del pueblo, como una especie de sombra macabra.
El aparatoso avionazo ocurrido hace diez años en los linderos de Lomas de Chapultepec, en el que perdieron la vida el secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño, delfín de Felipe Calderón Hinojosa, y nueve acompañantes, entre los que se encontraba Santiago Vasconcelos —que pudo ser de consecuencias trágicas si hubiera habido más muertes colaterales— no ha sido suficientemente investigado. Y aún así, los panistas de hoy se quejan de que las indagatorias del helicopterazo poblano del 24 de diciembre anterior no ofrece resultados.
Pero volviendo al 4 de noviembre de 2008, la única explicación que entonces dio el gobierno panista es que el percance, ocurrido a las seis de la tarde en la esquina de Monte Pelvoux y Pedregal, a unos metros de la confluencia del Anillo Periférico y Paseo de la Reforma, se debió a las aficiones de piloto que tenía Mouriño, quien acababa de tomar el control del timón en pleno vuelo y que con esa insensatez provocó la tragedia, un argumento ñoño y chusco.
Lo que sí fue público y notorio es que a partir de ese desaguisado, Genaro García Luna se convirtió en el más poderoso fruncionario del criminal calderonato. Fue el invencible. Se encargaba de repartir sus presupuestos sobrantes entre los mendicantes secretarios de la Defensa Nacional, Marina y de todas las policías del país, aparte de repartir favores a diestra y siniestra a compañías complicitadas en sus “bisnes”.
García Luna fue el indudable padrino de todas las grandes compañías constructoras que sin licitación alguna recibieron todos los contratos, favores y concesiones del calderonato, aparte de que se convirtió, a partir del percance en el interlocutor non del borrachín de Los Pinos con los cárteles del trasiego y el asesinato.
La caja negra no reveló dato alguno sobre esa coartada oficiosa. Es más, ningún deudo exigió indemnización alguna por tal despanzurre que dejó regada una cedacería humana impresionante en el selecto barrio de Ciudad de México. Por más que Genaro García Luna se esforzó en culpar a los narcos de este aquelarre, fue imposible confirmarlo. Los capos iban ganando y no les convenía calentar ninguna plaza.
Los compromisos con ellos estaban tan satisfechos que hasta hace un año muchos de sus re$ultados fueron aplicados por el (mal) llamado Policía de Titanio en el desarrollo de la fantasmal campaña presidencial de Margarita Zavala, la dama del rebozo mordido. Millones de publicidad y difusión que nadie se explica de dónde salían, repartidos por Genaro García Luna.
Así como no han salido a la luz los verdaderos motivos de ese zafarrancho, tampoco se han conocido suficientemente los fantásticos negocios de la familia campechana del entonces favorito, encabezada por un padre ambicioso, Carlos Manuel Mouriño Atanes, quien hoy vive en Galicia por el temor a pagar los desaguisados que provocó su codicia en ese paraíso mexicano puesto a su disposición por las influencias del vástago.
Carlos Manuel Mouriño Atanes se convirtió de la noche a la mañana en el gran distribuidor de combustibles del sureste, gracias a los regalos y concesiones logrados por su vástago quien no en balde fue alto funcionario de la Secretaría de Energía, encabezada por Calderón en el foxiato. Apadrinó la carrera de Carlos Morales Gil, poderoso jefe de la exploración y explotación petroleras, que acabó vendiendo en Houston, junto con Alberto Baillères los mapas de la exploración petrolera en la Sonda de Campeche.
Desde su posición de presidente del Grupo GES, Mouriño Atanes fue el beneficiario de todas las inversiones de Pemex en los astilleros de Vigo, España, así como, en base a las influencias del júnior pretendió vender su equipo de futbol, el Atlético de Vigo, en cien millones de dólares, oferta que nadie se tragó.
La empresa de seguridad privada Eulen, en donde él aparecía como socio principal, fue favorecida recién llegada a México con la concesión del aeropuerto capitalino, donde sólo sus chicharrones aún truenan pues, usted sabe, manejan aspectos demasiado sensibles para ser conocidos: desde trasiego, hasta seguridad oficial.
Asimismo, fue el culpable directo del arrase de uno de los sitios emblemáticos del paisaje mundial: la reserva de la biosfera de Calakmul, la selva media tropical por excelencia, una joya ecológica que estuvo a punto de ser extinguida por la ambición desenfrenada de este gallego insensato y depredador, un peligro del trópico húmedo mexicano.
Calakmul es conocido en el mundo por sus 700 mil kilómetros cuadrados de selva media, flora y fauna en extinción que hacen de ese paradisíaco lugar, tan grande como los valles de México y Cuernavaca, un regalo de la naturaleza, que linda con Sian Ka’an, el ensueño quintanarroense del turismo mundial.
Dueño de vidas y haciendas, Carlos Manuel Mouriño Atanes, despojó a ejidatarios y comuneros campechanos de su patrimonio histórico, atenido al inconmensurable poder de su hijo, muerto violentamente en un avionazo, cuyas líneas pasionales de investigación dejan mucho qué desear. Por sus pistolas, mandó masacrar al pueblo de Xpujil, cabecera comarcal de la selva media de Calakmul.
Arrebató sus inmensas superficies de tierras y las mercó con los menonitas chihuahuenses que habían llegado a Campeche huyendo de acusaciones e investigaciones en Delicias y Ciudad Cuauhtémoc sobre sus conexiones en los negocios del narcotráfico. Cuando esto se hizo público, no faltaron los desmentidos de los textoservidores de rigor.
Cientos de hombres, mujeres y niños de origen maya, dueños ancestrales de los emporios productivos de esa región fueron masacrados por los sicarios, privados y oficiales del infame gallego. Un crimen de lesa humanidad que tampoco ha sido suficientemente esclarecido.
El hecho es que los menonitas, para hacer esas tierras productivas en su provecho, acabaron en Campeche con los fabricantes regionales de miel de abeja, pues el arrase alcanzó a extinguir la presencia de estos insectos que además son los que polinizan todas las plantas, frutas y flores, causando así un gran destrozo ecológico.
Así como fue descubierta la relación entre el gallego y Javier Duarte de Ochoa, pues este felón, a través de prestanombres adquirió muchos de los terrenos robados a los ejidatarios y comuneros de Calakmul, con dinero proveniente de todas las actividades ilícitas que usted pueda imaginarse.
Casi al mismo tiempo, las actividades de la familia de Ernesto Cordero, el prócer prófugo del panismo que recomendó a José Antonio Meade Kuribreña con Videgaray, se expandían sobre la geografía chiapaneca y campechana, a través del negocio de talar los bosques de maderas preciosas de esas selvas insondables.
Las persecuciones entre bandas de depredadores de maderas finas, sus encontronazos y balaceras a plena luz del día, noche y madrugada, a medio camino, habían provocado fatales incendios de las rodadas para tapar las huellas, que desataron feroces quemazones sobre flora y fauna de esos sitios emblemáticos: desde Calakmul hasta Sian Ka’an, tragedias ecológicas recurrentes.
Un episodio más de los que producen los rasputines mexicanos, empoderados por gobernantes débiles y descerebrados, que trasladan al presupuesto sus frustraciones y maltratos infantiles. Que no paran mientes en provocar desolación, hambre y muerte.
¿Cuántos más de este género tendríamos ahora, si los ya apaleados priístas hubiesen convencido al respetable de que podían repetir su numerito?
Como si no se supiera que Videgaray echó entonces al ruedo a todos los insensatos, creyendo que él sería el palomeado de sus patrones de Washington y que éstos no dejarán pasar a nadie que no fuera precisamente él.
Lo mejor de todo es que no pasaron. Que los detuvimos el anterior primer día de julio. Ahora sólo falta juzgarlos… ¿No cree usted?
Índice Flamígero: Escribe don Fernando Salinas: “Las palabras y actitudes del señor Marko Cortés no hacen sino ponerlo en evidencia de pertenecer al Ku Klux PAN de ultraderecha, con la descarada intención de inventar y maquinar delitos, en especial con las reiteradas acusaciones en contra del presidente Andrés Manuel López Obrador, tal como de que él quiere reelegirse, cuando olvida que con Vicente Fox y Marta Sahagún se habló de la “pareja presidencial”, entendiendo que ambos o más bien ella era quien gobernaba, cuando la elección presidencial fue por Vicente Fox, no por ella y que con la posterior intención de elección de Marta Sahagún buscaron la reelección presidencial de ambos; que con la elección de Margarita Zavala buscaron la reelección amañada de Felipe Calderón; o que con la elección de Erika Alonso, esposa de Rafael Moreno Valle, lograron lo que no se había podido antes: la reelección fraudulenta de Rafael Moreno Valle para el mismo puesto: la gubernatura del estado de Puebla, porque en realidad él mismo era quien iba a gobernar con la pantalla de su esposa, recordando que él dejó endeudada a la población del estado por más de 20 años, que ellos han sido de los peores huachicoleros – ladrones del país y de quienes muchísimos no creemos que estén muertos sino mas bien escondidos.”
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