Por eso estamos como estamos…
¬ Sócrates A. Campos Lemus sábado 16, Mar 2019¡Que conste,.. son reflexiones!
Sócrates A. Campos Lemus
EN LA MIXTECA DE Oaxaca, de Puebla, de Guerrero, en la Sierra norte o sur de la entidad, en la selva negra, en el mar o en los límites de las ciudades se ven los pies descalzos y las manos callosas, con esa sonrisa entre de miedo y de espanto, entre el no saber ni conocer de nada, el de espantarse del tráfico que no es común en sus zonas, del ruido, del escándalo de la muchedumbre, de la falta de cortesía y de la poca madre de muchos que en vez de orientar solamente les gritan: ¡Quítate pinche Yope!, sí, el yope es desprecio brutal, agresión y ellos no saben ni agredir ni están acostumbrados a la brutalidad y se quedan solitarios y silenciosos en este mundo desconocido, pero no tienen de otra, la secas o las lluvias, la lejanía, la falta de empleos, la pérdida de valores y de sus jóvenes hacen viejos a sus pueblos, en muchos ya ni niños se ven porque éstos son llevados a otras partes por sus padres que, desesperados, se fueron en busca de algo mejor, de alimento, total no importan las chingas, de todas formas la chinga es mucho mayor ahí donde nada tienen y se van porque tienen hambre y ya no tienen ni fe ni confianza ni esperanza, por eso dicen muchos sacerdotes que se han perdido los valores pero no, se perdieron las esperanzas de algo mejor que ya ni siquiera la iglesia puede ofertar, la seca es dura y la lejanía es brutal…
No pueden mostrarse solamente con sus garras bordadas, con sus blusas que dan colores y muestran los niveles de vida como solteras o casadas o viudas, la imaginación no solamente toma el poder sino que hace creaciones que son robadas por diseñadores extranjeros y los colores son copiados porque muestran la agilidad de la magia y del sentimiento donde no hay nada, ni esperanza y, todo, se reduce a un simple sueño, y por ello se van de sus tierras y las dejan, se pierde el maíz y las gallinas y los cóconos y los chanchos y las calabazas, los quelites, los quintoniles y las hierbas de olor y las que son santas, las que se van a cortar en horas de la madrugada pidiendo perdón a la planta y agradeciéndole a Dios porque hay algo que ayuda a la enfermedad y si conocen esas plantas pues quiere decir que están tocadas por el divino y eso es bueno para todos en una comunidad donde no llegan los médicos ni los medicamentos, no porque no puedan, sino porque no hay, ni les interesa llegar, total, nadie se queja, ya se quejaron de más y la respuesta ha sido el silencio y la promesa y por ello nadie cree en nada y es mejor irse antes de que se termine la posibilidad de tener el valor para hacerlo y así se van despoblando nuestros pueblos alejados y pequeños y enormes en su raíz y en su cariño y magia y color y música y por ello, que toda la música de los pueblos es como de viento, de banda, de nostalgia y de sueños y de llanto y de sentimiento profundo con la lejanía de todo y la promesa de nada. ¿Cuántos jóvenes pierden toda esperanza? ¿Cuántos jóvenes no saben qué van a hacer si se quedan y qué van a hacer si se van y a dónde pueden ir si no es a cualquier parte y dejar sus trapos y tiliches y cambiarse de ropa y de costumbres y de sabores y de sueños y entrar a la comercialización y tener un teléfono como símbolo de modernidad y de que ya no son de allá pero, tampoco, son de acá? ¿Cuántos encontrarán a una familia que les entienda y no quiera abusar de ellos y dejarles tiempo para que puedan estudiar y prepararse para nueva vida? No muchos, ahí están las historias de vida de miles, alguno que otro logra entender lo que les ha sucedido porque tuvieron las agallas para estudiar y dejar las burlas y las hambres y pobrezas para un futuro mientras la sufren y hay historias de jóvenes que dicen que estuvieron, muchas veces, en la disyuntiva de comer un taco o comprar una hoja de estudio y así, entre el hambre real y la nostalgia ya ni siquiera llora, solamente suspiran y todavía tienen que aceptar o cuando menos aguantar a los idiotas que se burlan por su color de piel y sus vestidos bordados y sus sueños, si bien es claro que, la envidia, no solamente ciega sino apendeja y por ellos hay muchos pendejos en la vida.
A lo mejor entiendo algo de ello porque mis padres fueron de la sierra entre la huasteca y la distancia no solamente social sino terrenal, aparentemente cerca pero muy lejos de todo, como si el tiempo se parara y sólo se escuchan las mismas quejas y los mismos llantos y se ven a las mujeres enlutadas, cubriendo la cabeza con sus rebozos porque le tienen miedo a faltarle a Dios y a los hombres porque no están seguras en ningún lado, las violan o las golpean y las tratan como esclavas, solo para el petate o el metate, dicen muchos, es para lo que sirven las mujeres y esto nos muestra con todo lo que deben de luchar, por ello, cuando muchas de ellas sobresalen hay que entender que su voluntad es de oro y su voz de plata y el corazón de diamante y eso, vale mucho, porque es la verdad del origen y la fuerza de la raza. Y por eso lloran cuando escuchan: “Que lejos estoy del suelo donde he nacido, inmensa nostalgia invade mi pensamiento y al verme tan sola y triste como hoja al viento, quisiera llorar quisiera morir de sentimiento” y ahí está la razón de todo, de ese silencio y de esos ojos tristes y del cantar nostálgico, ya no ven los fogones ni cortan la leña ni tortean ni soplan los palos y lloran con el humo ni conocen el sabor del maíz bueno ni del frijol recién cortado ni hay quintoniles ni cebollas de rancho ni huevos de gallina criolla, ni cóconos ni siquiera el llanto, sólo hay nostalgia y recuerdos y ya, ¿para qué?si no van a volver a su pueblo, solamente se regresa cuando se sienten derrotados o triunfaron y llegan con la troca, el teléfono, las botas y los sombreros texanos, con las garras de tianguis que rompen con las suyas y cuentan que van al cine y ven cada fin de semana una película y que hay morros bien plantados que están trabajando duro para tener para el casorio y ya avisarán si no se embarazan antes y se quedan cuidado chilpallates y recibiendo paliza: “porque te quiero y por eso te madreo”, ya saben lo que es todo eso, las nuevas formas, acá, no hay eso de los topiles ni de las quejas en la comunidad, acá, la soledad y el abandono como al principio de todo, cuando salieron expulsados por el hambre, la miseria, el abandono, los sin fe y sin esperanza y así, a pesar de todo, esto sigue igual y no hay mucha esperanza de que cambie porque no han cambiado los que deben, los que gobiernan, los que mandan y sólo se aprovechan por mandar… Por eso, estamos como estamos, jodidos y más…