Érase una vez que ganó el PRI y perdió el PRI
¬ José Antonio López Sosa martes 1, Feb 2011Detrás del Poder
José Antonio López Sosa
Érase una vez un estado de la República que vivía en franca guerrilla criminal, cabezas rodantes aparecían en uno de sus principales puertos, la capital del estado estaba acechada por grupos de maleantes y las partes serranas simplemente eran impenetrables por fuerza pública alguna.
A esta entidad le sobraba el tráfico de influencias, la criminalidad y la corrupción. Su gobernador, un afamado empresario llegó al poder por el partido de la izquierda (¡así como lo oyen, un empresario jugando por la izquierda!), pasó 6 años sin hacer más que responsabilizar al gobierno federal de las recurrentes crisis de inseguridad.
Llegó pues el día que su gobierno tenía que terminar, las elecciones venían y el partido que por décadas mantuvo al estado y al país en el autoritarismo y la corrupción (el PRI) tenía las de ganar, de pronto de los dos contendientes eliminó a uno y ese uno se fue de inmediato al partido de la izquierda (el PRD), es decir, los dos candidatos eran del PRI sólo que en un arranque de histeria uno migró al PRD.
El partido del Presidente (el PAN) vio que nada tenía que hacer en la contienda y decidió de último momento apoyar al priísta recién retirado de su partido, o sea al nuevo perredista, así le echaron montón al PRI y al final de cuentas lo derrotaron.
Al final del día ganó el PRI con sus nuevos amigos, los del PAN y PRD y al mismo tiempo perdió el PRI, el original y autoritario. Los dos candidatos eran priístas y entre ellos fue la lucha, uno ganó y otro perdió, ello conlleva a que el PRI haya ganado y perdido al mismo tiempo.
Lo que veremos ahora es que el futuro gobernador panista-perredista ejercerá el poder con bases priístas y pagando cuotas del poder al PAN y PRD, si hubiese ganado el otro de cualquier forma esas bases priístas hubiesen permanecido, pagándole cuota a otros priístas en lugar de panistas y perredistas.
Suena absurdo y confuso, ¿verdad?, pues así precisamente actúan nuestros políticos, así de vergonzoso fue el proceso electoral en Guerrero y así parece funcionar el sistema político mexicano en la actualidad. Las ideologías y posturas son cosas del pasado, cualquiera puede estar en cualquier partido político siempre y cuando resulte rentable, como si se tratara de franquicias, como si fuesen (h)artistas de televisión, así es el “reality show” de la política nacional.
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