¿Miedo?, recorte a financiamiento de partidos políticos
Jorge Luis Galicia Palacios lunes 11, Mar 2019Como veo, doy
Jorge Luis Galicia Palacios
- Desfondar a opositores, propuesta de Morena
- Ley Kumamoto, para evitar alianzas por conveniencia
En tiempos donde todos los partidos sufren descrédito, más allá de los votos obtenidos en las pasadas elecciones, no es mala la propuesta que ante la Cámara de Diputados presentaron los integrantes del grupo parlamentario del Partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena).
Su iniciativa plantea reducir en 50% el financiamiento a partidos políticos.
En términos de gasto público la idea no es mala, pero en términos de democracia tampoco es buena, ya que pareciera que ahora que los morenos tienen abrumadora mayoría en el Congreso Federal, en los congresos locales, y a nivel nacional son gobierno, lo que plantean es cómo querer desfondar a los partidos que son oposición.
En ese contexto surge una pregunta ¿Esa iniciativa hubiera sido posible si Morena, antes PRD, no hubiera ganado la elección presidencial en julio de 2018?
O bien si el nuevo partido en el poder hubiera aceptado esa propuesta de parte del PRI o del PAN cuando estos eran gobierno.
Al argumentar la referida iniciativa de ley, que presentó junto con el líder de su grupo parlamentario, Mario Delgado, con la idea de reformar el artículo 41 de la Constitución, la diputada Tatiana Clouthier expresó que en ella se recoge una demanda añeja de la sociedad mexicana en el sentido de disminuir el dinero público que se destina a los partidos políticos.
“El veredicto de las urnas el 1 de julio fue claro, el sistema de partidos fundado en la década de 1990 ha caducado”, enfatizó.
Cierto es que hoy la ciudadanía no se siente representada por los partidos y por ello consideran que sigue siendo un pendiente en la vida política la reorientación del gasto público en áreas no prioritarias, para que esos recursos sirvan para dar atención a las necesidades del país como, por ejemplo, una mayor inversión en servicios de seguridad, educación, salud, redes de agua potable y drenaje, transporte público y redes de carreteras, así como mejorar la cobertura de internet, entre otros rubros, todo eso es cierto, pero cuando escuchamos que la administración del gobierno federal hace recortes a diversas partidas presupuestales para costear programas sociales ofrecidos en campaña y que no es otra cosa más que regalar dinero, cuando eso se escucha lo que se observa es que se quieren recortar privilegios a partidos políticos para crear simpatías y privilegios hacia el partido predominante.
Hasta hace unos años la lucha de los partidos de oposición era obtener el reconocimiento en el sistema de partidos para hacerse llegar recursos para poder estar en la competencia partidista en tiempos electorales y darle voz a los sin voz, pero con la propuesta de Morena hay quienes opinan que, en caso de que esa iniciativa prospere, esa acción será como meterse a un túnel del tiempo y de pronto encontrarse en la era de los gobiernos de un solo partido, donde la participación de los partidos de oposición es meramente de carácter testimonial, será como regresar a aquellos tiempos donde las minorías políticas se manifiestan pero no cuentan sus votos a la hora de la toma de decisiones. Eso se dice.
El hartazgo hacia los partidos es evidente y si de reducir recursos a partidos políticos se trata no estaría mal que los legisladores retomaran la idea de Pedro Kumamoto, ex diputado local en el estado de Jalisco, quien en junio de 2017 presentó al congreso estatal una iniciativa que plantea que los dineros que reciben los partidos sean por el número de votos que obtienen.
Dice Tatiana Clouthier que la aprobación de la propuesta de Morena sería “una manera de obligar a los partidos y a sus dirigentes a que volteen de nuevo a ver a la ciudadanía y a la militancia”, lo cual suena bien, pero sí ese fuera el objetivo y no solo quitar al partido opositor de su camino hubiera sido más creíble la propuesta hecha si en ella se hubiese retomado la ley Kumamoto, también conocida como “Sin voto no hay dinero”, porque una propuesta así estaría obligando a los partidos a ganarse el voto y su financiamiento sería acorde a los sufragios obtenidos por partido, lo que evitaría alianzas donde el único interés es conservar el registro y sin importarles si con esa acción se traicionan ideales o militancia. Que conste.
PASO SIN VER.- En 2018 la bolsa total de los partidos a nivel nacional ascendió a más de 6 mil 500 millones de pesos, lo que para un país con muchas necesidades es, a nuestro modo de ver, mucho dinero echado a la basura.
VA MI RESTO. – Hay que recordar que la ley conocida como “Sin voto no hay dinero” establece cambiar la fórmula con la que los partidos políticos reciben prerrogativas de los recursos públicos, ya que en la actualidad se reparten los dineros a partir de la lista nominal de electores (87,557,868 con corte al 31 de julio de 2018) más no por el número de votos obtenidos.
Según ese ordenamiento, vigente ya en Jalisco, si la población decide no votar, los partidos recibirían menos dinero y con ello se lograría un ahorro de por lo menos 60% menos que el presupuesto anual que actualmente se les otorga.
Es preciso señalar que la idea de Kumamoto ya llegó al Congreso Federal, LXIII Legislatura, y fue presentada por el diputado Manuel Clouthier, hermano de Tatiana, por lo que no estaría mal que los diputados de Morena de la actual legislatura rescataran esa iniciativa si en verdad quieren reducir el financiamiento a los partidos, porque eso de reducir la mitad, ahora que tuvieron una votación alta, más bien parece que tienen miedo a aquel dicho que sentencia que lo que no te mata se fortalece. En fin, el debate público sobre este tema apenas comienza y hasta ahí porque como veo doy.