Nunca ver al justiciable como un expediente o una cifra: Rafael Guerra Álvarez
Cd. de México viernes 8, Mar 2019- Se conmemoró el Día del Juzgador Mexicano en el Poder Judicial capitalino
- Ante la presencia de la juez Séptimo Civil del TSJCDMX y presidenta del Colegio de Jueces del Fuero Común de la Ciudad de México AC, María de los Ángeles Rojano Zavalza, el presidente magistrado demandó a jueces, no ver su función como algo mecánico o frío
- El presidente magistrado puntualizó que el TSJCDMX requiere de personas sensibles a las demandas de la sociedad y de los sectores vulnerables
- Se entregaron reconocimientos a impartidores de justicia decanos, así como a magistrados y jueces
Gloria Carpio
“No hay cargos ni títulos ni jerarquías que consumen a una persona justa. La fortaleza, la sabiduría y la templanza se perfeccionan progresivamente. Juzgar es por naturaleza la actividad humana más propensa al error. Es simultáneamente una constante y perpetua voluntad” a la que todos debemos aspirar, sabiendo que nunca será consumada, porque el ser humano es capaz de comprender la justicia, pero no de apropiarla o abarcarla. Se necesitan personas especiales para desempeñar esta función; para vivir esta voluntad. Y hoy estamos reunidos para celebrar esta invaluable vocación”, señaló el presidente del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México, magistrado Rafael Guerra Álvarez, al encabezar la conmemoración del Día del Juzgador Mexicano en el Poder Judicial capitalino, el presidente del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México demandó, asimismo, no ver su función como algo mecánico o frío.
En el acto, en el que se entregaron reconocimientos a juzgadores decanos y a magistrados y jueces del órgano judicial, abundó que el Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México (TSJCDMX) requiere personas sensibles a las demandas de la sociedad y de los sectores vulnerables.
El presidente del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México, magistrado Rafael Guerra Álvarez, pidió a los impartidores de justicia del órgano judicial capitalino nunca ver al justiciable como un expediente más o una cifra, ni tampoco a su función como algo mecánico o frío, sino ser sensibles a sus exigencias y materializar su anhelo de justicia.
Al encabezar la conmemoración del Día de Juzgador Mexicano, en la que se entregaron reconocimientos a impartidores de justicia decanos, así como a magistrados y jueces, Guerra Álvarez puntualizó que el TSJCDMX requiere de personas sensibles a las demandas de la sociedad y de los sectores vulnerables.
En el edificio de Salas Penales del órgano judicial capitalino, planteó que en justicia nunca se alcanza la perfección, pero enfatizó que lo que sí resulta asequible es ser cada día mejores impartidores de justicia, a partir de no desapegarse de los principios que rigen la función judicial: legalidad y honradez, accesibilidad, transparencia y rendición de cuentas.
El también presidente del Consejo de la Judicatura local, subrayó que el justiciable es una persona, un ser humano que siente, que sufre y que requiere que alguien le dé lo que le corresponde cuando así procede según las leyes. “Se trata de alguien que demanda a gritos justicia, y nosotros estamos aquí, en esta gran institución para materializar este anhelo”, puntualizó.
Con la presencia de la presidenta del Colegio de Jueces del Fuero Común de la Ciudad de México AC, María de los Ángeles Rojano Zavalza, y de la directora general del Instituto de Estudios Judiciales, María Elena Ramírez Sánchez, Guerra Álvarez consideró necesario que el impartidor de justicia, de cuando en cuando, reflexione sobre cómo realiza su trabajo, si es lo suficientemente sensible, si estudió a conciencia el expediente o fue lo necesariamente exhaustivo a la hora de resolver.
El magistrado dijo que juzgar es, por naturaleza, la actividad humana más propensa al error y en la que nunca se alcanza la perfección, pero advirtió que nadie tiene derecho a renunciar a su búsqueda.
Nunca, abundó, alcanzaremos la perfección, pero “vayamos tras nuestra ardua jornada laboral a casa con la conciencia tranquila de que fui justo y di a cada quien lo que en derecho corresponde; que mi resolución se apegó a los principios” a que obliga la ley.
Guerra Álvarez también destacó que los jueces nunca deben perder de vista que, en un sentido más amplio, impartir justicia es contribuir a la paz en una sociedad, ya que sus resoluciones, que surgen de las leyes, amortiguan la confrontación y dan el cauce legal necesario para presumir que se vive en un estado de Derecho al cual se debe venerar.
Rememoró que hoy hace 204 años José María Morelos y Pavón consumaba el proyecto constituyente de Apatzingán con el Supremo Tribunal de Justicia de la América Mexicana. Sus palabras, agregó, deben resonar hoy más que nunca: “que todo aquel que se queje con justicia, tenga un tribunal que lo escuche y lo defienda del arbitrario”.
Esa es nuestra obligación, enfatizó el magistrado.
En su oportunidad, la juez Séptimo de lo Civil y presidenta del Colegio de Jueces del Fuero Común de la Ciudad de México AC, María de los Ángeles Rojano Zavalza, expresó al presidente Guerra Álvarez el compromiso de los jueces de acompañarlo en la tarea forjada de “nuestro Tribunal. Dar la mejor imagen, el mejor trato, el mejor esfuerzo, añadió, y “nuestro estudio en nuestra impartición de justicia para que, como lo señala la Constitución, sea pronta y expedita”.
Asimismo, la juez María de los Ángeles Rojano Zavalza, expresó su emoción por la deferencia que ha tenido “al considerarme, no sólo con la representación como presidenta del Colegio de Jueces de la Ciudad de México, sino más, la satisfacción de ser como lo es la primera ocasión que una mujer preside dentro de los 12 años de su constitución, la importancia de enarbolar este día y su reconocimiento general a nivel hoy, en nuestra ciudad y mañana, a nivel nacional”.
Rojano Zavalza destacó que la justicia no sólo es una obligación o compromiso de todos, sino el cumplimiento de un principio innegable de todo ser humano, “tarea que nos permite desarrollar el concepto de la integridad de un buen juzgador. Gracias señor presidente por esta oportunidad, por el reconocimiento a todos nosotros los jueces y va por delante nuestro compromiso de acompañarlo en la tarea forjada en nuestro Tribunal, dar la mejor imagen el mejor trabajo el mejor trato, el mejor esfuerzo y nuestro estudio en nuestra impartición de justicia, que como lo señala nuestra Constitución, sea pronta y expedita, pero nosotros agregamos verdaderamente justicia y derecho al fin.
Llevarlos en un cauce sencillo de estos últimos años que hemos trabajado juntos; con la perspectiva de abogada y mujer, y con el aliciente de que se me permite hablar libremente en este ámbito, donde el ejercicio de la abogacía ha tenido escollos que salvaguardar por cuanto a conceptos o géneros y aún más, deseando tener el don de la palabra para que comunique mis pensamientos, transmita verdades útiles, deseando que se obtenga algo para todos”.