La tumba priísta
Freddy Sánchez jueves 7, Mar 2019Precios y desprecios
Freddy Sánchez
“El milagro” del PRI al haber recuperado la Presidencia tras dos sexenios de su funesto descalabro con el triunfo de Vicente Fox, en el año 2000, cosa que en aquel momento difícilmente alguien en su sano juicio podría haber vaticinado con la plena certeza de “adivinar”, alienta en la actualidad nuevas esperanzas para el priísmo.
Del mismo modo en el Partido Acción Nacional, (tomando en cuenta sus dos recientes periodos en la presidencia), no se pierde la fe de que esta historia se puede repetir, lo que plantea un panorama promisorio para ambas organizaciones partidistas.
Aunque, a decir verdad, con pocas posibilidades de hacerse realidad.
Sobre todo para el Partido Revolucionario Institucional, (metido en el fondo de un agujero), si consideramos que el resultado de la pasada elección presidencial, prácticamente lo puso en plena disputa por el último lugar en la preferencias electorales a futuro en este país.
En lo que tanto el Partido Acción Nacional como el Partido de la Revolución Democrática, “no cantan mal las rancheras”.
Igual que los priístas, ambas organizaciones “vieron caer al suelo” sus bonos de aprobación entre el electorado nacional.
Y para que eso cambie en el corto plazo se antoja más que complicado.
En especial si consideramos lo que sucede actualmente, tras el cambio geopolítico nacional con las contundentes derrotas habidas en las elecciones presidenciales.
Al interior de las filas de tres institutos políticos, (PRI, PAN y PRD), la falta de acuerdos para reunificarse con nuevas políticas programáticas que logren incitar a la ciudadanía a volver a confiar en sus representantes, es algo tan notorio como la falta de propuestas que hagan creer en una refundación de criterios y voluntades con la predominancia de una infatigable defensa de los intereses sociales por parte de estos partidos.
De ahí que difícilmente alguien apostaría por un futuro inmediato de resurrección electoral de cualquiera de estas tres instancias partidistas.
De tal suerte, que el panorama pinta más que a favor del partido en el gobierno, actualmente en poder de la mayoría de las posiciones electorales a lo largo y ancho del territorio nacional, independientemente del mando presidencial que pone actualmente a “Morena”, en una posición de superioridad casi imposible de alcanzar, por parte de sus opositores partidistas.
Los tres grandes derrotados en las elecciones presidenciales, PRI, PAN y PRD, virtualmente quedaron “aniquilados” y sin ninguna opción de reposicionarse en el ánimo electoral, en el corto plazo.
Un partido político nuevo, con personajes de la sociedad civil, lo menos relacionados con los políticos partidistas de viejo cuño e incluso neo políticos desprestigiados por sus deplorables desempeños recientes, seguramente, podría contar con mayores posibilidades de ir a la disputa de los cargos de elección popular, en los procesos electorales por realizarse durante el presente sexenio.
En ese contexto, inequívocamente, la elección de mitad del periodo sexenal, se convertirán en el factor determinante para catalogar el buen o mal desempeño del gobierno de Andrés Manuel.
Lo que por ahora, para infortunio de las aspiraciones de sus adversarios partidistas, sigue estando a favor del nuevo gobierno federal.
Así que solamente si ocurriera algo no deseado socialmente en detrimento de la imagen del régimen actual como podría ser un repentino y sonoro fracaso en cuestiones de seguridad y economía familiar, los apoyos electorales para “Morena” podrían empezar a caer.
Aunque, quizá ni siquiera tal eventualidad serviría mucho a sus oponentes de antaño. Si acaso a los panistas, porque lo que francamente se vislumbra más inviable es el desentierro de la tumba priista.