El PRI busca doctor que le extirpe todos sus males
Jorge Luis Galicia Palacios lunes 4, Mar 2019Como veo, doy
Jorge Luis Galicia Palacios
- José Narro Robles, entre los favoritos de la militancia priísta
- ¿Autonomía universitaria, a revisión?
Hace dos semanas, en este espacio, comentamos las dificultades por las que atraviesa el Partido Revolucionario Institucional después de las elecciones del año pasado. La otrora locomotora electoral quedó casi hecha chatarra y bajo el estigma de la nefasta corrupción. En ese contexto las dificultades en lugar de disminuir continúan y van en aumento.
Tiene en puerta el cambio de su dirigencia. Con ese proceso han vuelto a renacer esperanzas de cambio entre afiliados y seguidores del partido tricolor, sí, pero ante el inminente relevo también han regresado las luchas intestinas entre algunos liderazgos interesados en retener al partido que consideran de su propiedad y eso, quiéranlo o no, ha dificultado el regreso político de esta organización que con noventa años sigue luchando por sobrevivir y de no encontrar pronto un líder que les dé oxígeno, muy difícil será salir de ese quirófano en el que se encuentra y en el que por momentos da la impresión de que tiene vida artificial.
Entre quienes se mencionan para la dirigencia tricolor, el fin de semana reciente surgió el nombre de José Narro Robles, quien no requiere de mayor presentación pues es un distinguido priísta y como servidor público ha ocupado diversos cargos en el sector salud.
Médico de profesión, con una larga carrera administrativa en la UNAM, donde fue rector, el doctor Narro posiblemente sea el perfil que el priísmo busca para curar sus males, para sacar del insomnio y letargo en que vive ese partido desde hace varios años.
“Durante las últimas semanas, mi nombre se ha mencionado como uno de los que podrían considerarse para participar en el proceso de elección de la dirigencia de mi partido, el Revolucionario Institucional.
A pesar de que todavía no se definen totalmente las formas, condiciones, plazos y procedimientos que se seguirán en el proceso, para actuar con libertad y no afectar en lo absoluto a mi universidad, he tomado la decisión de dar por concluida la más maravillosa etapa de mi vida profesional, de cerrar la que más orgullo me ha proporcionado para emprender con toda determinación otra que da satisfacción a mi vocación de servicio.”, dijo José Narro Robles al dar a conocer su separación de las actividades académicas en la UNAM, y a partir de entonces su nombre se posicionó aún más en la puja por la dirigencia priísta y dicen que cuando el río suena es porque agua lleva.
Más allá de militancias o filias partidistas, los que saben dicen que, si el PRI en verdad quiere reponerse al mortal golpe sufrido en las urnas, lo que le queda es aprovechar el calendario que señalan sus estatutos y encontrar un verdadero líder que haga vibrar a seguidores y militantes, un líder que se identifique con los documentos básicos, que tenga militancia y trayectoria probada como servidor público.
No es mucho pedir, afirman los contrariados priístas ante esta nueva circunstancia que viven, de no ser gobierno. Y tienen razón, lo que piden no es cosa del otro mundo, el asunto es que unos tienen prestigio, pero no militancia, otros tienen experiencia, pero no el carisma suficiente, y muchos otros son del montón, de esos que siempre se apuntan para chantajear o seguir en la nómina.
Hasta hace unos días la tradicional cargada tricolor volteaba su mirada hacia el sureste del país, donde por un lado con anticipación mostró su interés por competir por ese cargo la ex gobernadora de Yucatán, Ivonne Ortega Pacheco, quien ya fue Secretaria General del PRI, y por otro se apuntó el aun gobernador de Campeche, Alejandro Moreno Cárdenas, conocido como “Alito”, quien hasta se dio el lujo de anunciar que como fórmula ha invitado a participar a Carolina Viggiano, quien para mayores señas es esposa del ex gobernador de Coahuila Rubén Moreira.
También está en la puja el oaxaqueño Ulises Ruíz, gobernador de muy mala fama y quien en su trayectoria se ha ganado la fama por sus trabajos como “alquimista electoral”. Se rumora que el dirigente de la CNC, Ismael Hernández Deras, ex gobernador de Durango, también ha mostrado interés en participar en este proceso partidista, pero puros rumores.
Salvo Ivonne Ortega, quien también reúne condiciones amplias para pelear el cargo, el priísmo señala que los otros mencionados carecen no solo de presencia nacional sino de méritos partiditas y trayectoria destacada en el servicio público, así que lo más probable es que sus nombres en este proceso solo sirvan para el anecdotario personal de los interesados.
VA MI RESTO.- Ya que hablamos del PRI, su presidenta actual, Claudia Ruiz Massieu, anunció la semana pasada que en el proceso para renovar liderazgo en dicho instituto político se dará total libertad a la militancia para que elijan, sin consignas y sin imposiciones, a la dirigencia que habrá de suplirla, lo cual en principio suena bien, falta ver cómo se comportan todos esos líderes regionales que se han anquilosado en las entrañas de ese partido y lo defienden al peor de los estilos de caciques regionales.
En lo que respecta al doctor Narro, en caso de resultar elegido en la dirigencia priísta, sin duda su presencia en el escenario político apoyará la defensa de la autonomía universitaria en estos tiempos donde empiezan a surgir voces que quieren hacer “cambios profundos” a la autonomía de las instituciones de educación superior, como lo señaló la semana pasada el diputado Pablo Gómez. ¿A qué se refirió el legislador, solo él lo sabe?, así que en caso de ser ungido como médico de cabecera de los priístas, señor doctor Narro Robles ya se puede ir echando también ese trompo a la uña, y hasta aquí porque como veo doy.