Antonet: el constructor del dramatismo en el payaso
Opinión jueves 28, Feb 2019De la carpa a las letras
Arturo Arellano
- Conoce la historia de este artista, considerado uno de los clowns más importantes de la historia
Umberto Antonet Guillaume nació en Brescia, Italia, era el hijo de una famosa familia de payasos italianos, que si bien tenían un estilo definido, él rompe la línea familiar siguiendo la tradición de Footit como un payaso cara blanca, el autoritario. George Speaight incluso acredita a Antonet con la introducción del tradicional vestido suelto, con pantalones largos que definieron al payaso europeo.
Antonet inicialmente se hizo famoso trabajando directamente con su compañero Walter, con quien creó entradas de payaso como ‘El clarinete’, ‘Los toros’, ‘El ruiseñor’, y una parodia de Hamlet, que por su éxito se convirtió en un acto de payaso de circo que más tarde replicaron muchos dúos de payasos. Según John Towsen en su libro “Clowns” (Payasos) de 1976 “Antonet era un excelente payaso que podía sacar el mayor provecho de su compañero en escena y así construir una trama, llevarla a su mayor potencial de hilaridad. En el proceso, más y más de los efectos cómicos parecían ser atribuibles al augusto. No fue una coincidencia que tres de los socios de Antonet (El pequeño Walter, Grock y Beby) fueran considerados más tarde entre los más grandes augustos de la historia”.
El mismo autor describe en su libro que “fue mientras trabajaba con Beby que Antonet realmente perfeccionó el concepto de la entrada de payaso, aplicando altos estándares de construcción dramática al payaso. Había una pureza clásica a su estilo, basada en una exposición cuidadosa del número, parcelas bien concebidas, complicaciones intrigantes, y un desenlace contundente. Aun cuando cada número debe contar con su remate, fue Antonet quien logró que el desarrollo del acto tuviera una carga dramática mayor. Antonet y Beby fueron las estrellas de los circos durante más de una década y en París compitieron de igual a igual con la genialidad y popularidad de los Fratellini. Para algunos incluso representan el modelo perfecto de un dúo de payasos.
Alfonso Domingo, en su libro “El enigma de Tina”, una novela negra, apoya lo anterior diciendo “Umberto tenía esa chispa en los ojos, esa chispa mezcla de ambición por agradar al público y conquistarlo, por hacer cosas diferentes, que asombraran… Olfateadores de los nuevos tiempos, los clowns al principio del siglo XX, desarrollaron las bases definitivas del cara blanca y el augusto, con grandes dúos que potenciaban el contraste entre las dos figuras. Un secreto si acaso necesario para el éxito: La máscara del augusto sintonizaba con su carácter y su variedad rivalizaba con la repetitiva cara del clown cara blanca y su máscara elegante”.
De este modo podemos asegurar que Antonet hizo una de las contribuciones más importantes a la distinción entre augustos y cara blanca, además de a la construcción del payaso en su versión teatral, pues si bien él siempre se presentó en circos, su estilo es más parecido a los inicios de lo que hoy podemos ver en espectáculos de clown, no bajo la carpa, sino en espacios teatrales. A través de su creación de rutinas que se convirtieron en estándares para otros payasos, y su aporte en la elevación del payaso de circo, al alto arte teatral, Antonet fue incluido en el salón de la fama del payaso de 1999.