Llevan a jóvenes obra Don Quijote
Estado de México jueves 28, Feb 2019Arco Norte
José Luis Montañez Aguilar
Más de 700 jóvenes llegaron a la Sala de Conciertos “Felipe Villanueva”, casa de la Orquesta Sinfónica del Estado de México (OSEM), para presenciar un espectáculo escénico-sinfónico que abordó el libro del escritor español Miguel de Cervantes Saavedra, “El ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha”.
Desde el primer momento, en los rostros de las y los jóvenes se veía la emoción y atención ante la presencia del Quijote, interpretado por el actor Rodrigo Carrillo, quien hizo del recinto un espacio mágico, lleno de aventuras y lecciones que brinda la lectura.
Acompañado por la música de la Orquesta Sinfónica del Estado de México (OSEM), dirigida por el subdirector Artístico, Manuel García Peña, el Quijote cuestiona su destino impuesto por la pluma de su autor y comienza un viaje de reflexiones que lo lleva a ubicarse en este siglo y darse cuenta que es el único cuerdo entre locos que abandonan sus sueños.
Esta obra interactiva permitió que algunos asistentes participaran de este proceso de transformación que, por un momento, hizo morir al insigne personaje literario, pero su compañera contemporánea Xóchitl, pidió al auditorio gritar con todas sus fuerzas los anhelos que guardan en su corazón.
Así, la lluvia de voces pedían cuidado al medio ambiente, alimentar a animales callejeros, respetar a las niñas y niños, comer sano, ayudar a la gente, portarse bien, estudiar, leer, cuidar el agua, entre muchos anhelos más que volvieron a la vida al Quijote gustoso de ver que las y los presentes no abandonarían sus sueños para mejorar el mundo.
Juntos, las 700 personas del público y los más de 90 músicos de la OSEM, de la mano del Quijote, renunciaron a la apatía, mal que aqueja a nuestra sociedad, y lo calificaron como el peor de los monstruos que puede descubrir cualquier caballero del siglo XX y XXI.
Dijo el Quiote que en su libro hay más de 23 mil palabras diferentes para poder expresarse y se entristeció al darse cuenta que, actualmente, la sociedad usa menos de 300.
También expresó que si bien la tecnología es una aliada, no se debe ignorar la lectura y los maravillosos mundos que de ella nacen, uno de ellos, el lenguaje, porque como diría aquel teórico del lenguaje de cuyo nombre no quiero acordarme, “los límites de mi lenguaje significan los límites de mi mundo”.