AMLO, Torruco y el turismo
¬ José Antonio López Sosa lunes 25, Feb 2019Detrás del Poder
José Antonio López Sosa
Se presentaron ayer en Chetumal, las cinco estrategias del gobierno federal para impulsar al turismo; se confirmó que en 40 días la Secretaría de Turismo estará despachando en la capital de Quintana Roo, en el elefante blanco que sería el Museo del Mestizaje, ahí sobre la Bahía de Chetumal.
Como primera estrategia se planteó el Tren Maya, una obra de infraestructura sin precedente, controvertida y muy criticada por los opositores a López Obrador.
La duda persistente de la obra, es por qué no se construirá con presupuesto de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (cartera a la que correspondería por sentido común) y, sí se hará con presupuesto de Fonatur, cuando este sistema de transporte en sí mismo no es un destino ni un producto turístico, sino un medio de transporte que sí, será en parte turístico toda vez que se desarrollen productos fuera de la región de Quintana Roo donde ya existen.
La segunda estrategia radicará en fortalecer destinos, es decir, equilibrar la actividad turística que está concentrada en cinco regiones: Tijuana, Los Cabos, Puerto Vallarta-Riviera Nayarit, Cancún-Riviera Maya y la Ciudad de México.
¿Cómo?, dice el secretario, a través de atractivos “ancla”, puso como ejemplos el Museo de Armando Manzanero en Mérida, nuevas rutas de Turibús, el Museo Dolores del Río en Durango y la creación del ‘China Town’ en Mexicali.
La cuestión es saber cómo esos atractivos ancla, integrarán un producto turístico, que va más allá de un museo o una ruta de autobús turístico; se requiere inversión (pública y privada) para poder competir con esos destinos emergentes (o descentralizados), frente al escenario turístico mundial, no solo para atraer al turismo internacional, sino para ofrecer calidad al mercado nacional.
La tercera estrategia dijo, es el fortalecimiento del mercado interno, esto a través de dos programas: “Disfruta México”, que me parece una extensión del olvidado programa “Viajemos todos por México” y, “Sonrisas por México”, donde se procurará que personas de bajos recursos viajen gratis por el país para fomentar el turismo como derecho universal.
Como programa asistencialista “sonrisas por México” me parece útil e incluso necesario, pero en una administración hiper austera como se han mostrado, ¿cuánto costará eso y de dónde se obtendrá el dinero para eso?.
Ahora bien, los términos del programa “Disfruta México” deben quedar claros para que resulte atractivo no solo como eslogan, sino como negocio para el sector y desarrollador de productos turísticos en el país.
La cuarta estrategia es la diversificación, con ello -asegura el secretario- se pretende con un programa denominado toca-puertas, posicionar a México como destino referente ante nichos de poder adquisitivo alto como el Reino Unido y los Emiratos Árabes Unidos.
Suena muy bien, la pregunta es ¿cómo?, ante el cierre del Consejo de Promoción Turística de México y la intención de no invertir en promoción (en ferias o campañas), cuál será el mecanismo para llegar a esos operadores turísticos que dirijan a sus clientes a México.
Además, ¿qué productos de alto nivel tenemos listos para esos mercados?, fuera de Cancún-Riviera Maya y Los Cabos. En ese tenor se habló de un programa llamado “reencuentro con mis raíces”, para fomentar que los migrantes mexicanos radicados en los Estados Unidos, incrementen sus viajes y nivel de gasto a México.
De nuevo me pregunto, ¿qué productos se les ofrecerá cuando sus viajes son principalmente de visitas familiares?, ¿cómo se ofertarán sin el Consejo de Promoción Turística de México?.
Para estos efectos, me hubiera gustado escuchar al canciller Ebrard, para saber si el personal de embajadas y consulados está capacitado y dispuesto a asumir esas funciones.
El quinto eje es la vinculación multisectorial, enfocándose en el restablecimiento de zonas turísticas urbanas y rurales que requieren de modernización y rescate.
Aquí planteo la misma pregunta, ¿qué producto turístico se ofrecerá para que más allá de la intención y del discurso, resulte rentable a la industria?.
Son buenas intenciones, aunque queda poco claro cómo se efectuarán y sobre todo, qué productos turísticos exitosos tenemos y cuantos más (y cuáles) buscamos tener para cumplir esos cometidos.