La ruta del caos
Freddy Sánchez jueves 14, Feb 2019Precios y desprecios
Freddy Sánchez
Así que del sabotaje a la circulación de trenes en tierras michoacanas tocará el turno al bloqueo vehicular y de negocios y personas en otras ciudades del país. “La chamba” predilecta de los maestros disidentes y “eternos” opositores a las políticas institucionales en materia educativa.
Tal parece que con ellos las protestas jamás se acaban.
¿Cuánto entonces de su tiempo laboral lo dedican realmente estos mentores a dar clases?
Eso, justamente, es lo que año tras año, (desde hace más de tres décadas), se preguntan millones de compatriotas.
Pero, a pesar de los cambios sexenales, con el relevo de siglas partidistas en la presidencia, programas y políticas oficiales distintas, los maestros no cambian sus tácticas de presión. Y se entiende que así sea, por una razón.
Cada que hay clases en el sistema nacional escolar, los que siempre encuentran algo de qué inconformarse hacen los desbarajustes que quieren hasta conseguir lo que piden o al menos una “buena tajada” de sus demandas, regresando después a sus lugares de origen para medio cumplir con los pendientes de la educación a su cargo, justo antes de que termine el ciclo escolar, y por ello, más que gozosos de sus “ grandes logros” sindicales, disponerse a vacacionar una larga temporada.
Una triste realidad en el ejercicio de un sector del magisterio nacional, etiquetado como antagónico e indolente, lo que ningún gobierno ha sido capaz de cambiar.
Y la causa por lo visto siempre es la misma: mediocres e ineficaces acciones para el bien de la educación y de los mentores en general, a falta de tácticas institucionales que en verdad eleven la calidad educativa y el bienestar de los trabajadores y maestros, sin que más bien funcionarios y líderes sindicales sean los que invariablemente se beneficien, mucho más allá de lo que en justicia merecen sus desempeños.
De ahí la urgencia de adoptar los cambios que logren una trasformación educativa verdadera, en la que los maestros que amen lo que hacen, reciban todo el apoyo necesario de las instancias competentes.
Aquellos que creyeron que la reforma educativa en tiempos de Peña Nieto, lograría el cambio largamente anhelado, obviamente, se equivocaron.
Como podrían errar los que auguran una auténtica mejoría en materia de educación en México, conforme avance y se consolide “La Cuarta Trasformación”.
Y es que para que así sea, lo primero será que efectivamente llegue la democratización sindical, eligiendo líderes comprometidos con el crecimiento intelectual y económico de los mentores, que a la vez sean partidarios de que los educandos y las escuelas en general eleven su nivel de calidad para que las futuras generaciones escolares cuenten con los recursos intelectuales apropiados para ocuparse en actividades productivas que les permitan una condición de vida satisfactoria alejándolos por ello de involucramientos en conductas ilícitas.
Los maestros pues deben contar con las debidas herramientas para su permanente capacitación, a cambio de recibir estímulos económicos, acordes a su interés y desempeño laboral.
En tanto los padres de familia y sus hijos, juntos, participar en un esfuerzo conjunto capaz de combatir los malos hábitos con la finalidad de aprovechar las opciones educativas oficiales disponibles, que lógicamente tienen que mejorar y estar a disposición de quienes las necesiten, con el apoyo de líderes sindicales y funcionarios públicos responsables y honestos, porque de no ser así, la educación nacional continuará como desde hace muchos años, lamentablemente por la ruta del caos.