Un amor oscuro
Opinión miércoles 13, Feb 2019Filosofía Millennial
H. R. Aquino Cruz
- No todo a lo que llamamos amor, de hecho lo es y muy pocos casos de los que nos representamos como amistades se fundan en una auténtica simpatía y confianza. Por eso, hoy escribo sobre ‘El mal querer’ de Rosalía que retrata, en palabras de la cantante española, “un amor oscuro”
Mañana es el Día del Amor y la Amistad y vale la pena preguntarnos qué es lo que estamos festejando. No todo a lo que llamamos amor de hecho lo es y muy pocos casos de los que nos representamos como amistades se fundan en una auténtica simpatía y confianza. Por eso, hoy escribo sobre El mal querer de Rosalía que retrata, en palabras de la cantante española, “un amor oscuro”.
Este disco es un trabajo conceptual que se ha construido minuciosamente y que no ha descuidado ninguno de sus cuatro principales ejes: lo musical, lo lírico, lo visual y el show en vivo. Por el momento, no hay mucho que pueda decir de sus presentaciones en vivo, pues será hasta principios de abril que Rosalía visite nuestro país como parte del Ceremonia 2019, sin embargo, ya en los videos disponibles en internet de éstas, es clara la atención a los detalles coreográficos, visuales y sonoros dignos de los más renombrados artistas pop.
La estructura del disco sigue la narrativa de una obra del siglo XIII llamada Flamenca, que fue escrita en el occitano de aquellos tiempos (una lengua derivada del latín que aún hoy se habla en algunas regiones de Francia, Italia y España). Esta obra ejemplifica el amor cortés de la novela medieval; historias que retrataban triángulos amorosos entre una dama, su marido y algún otro miembro de la nobleza, respondía al hecho de que los matrimonios de entonces eran arreglados y, por tanto, el verdadero amor se daba fuera del matrimonio. En el caso de Flamenca se cuenta la historia de una relación abusiva en la que el hombre, movido por sus celos, maltrata y aprisiona a la mujer. En El mal querer, Rosalía adopta esta historia aunque le da un final distinto a la versión original de modo que la protagonista termina superando el maltrato y empoderándose.
La propuesta musical ha sido motivo de diversos premios y de amplio reconocimiento aunque también ha sido fuertemente criticada. Se trata de la fusión de estructuras propias del flamenco con referentes propios de la música urbana. Por ejemplo, en Malamente, primera canción del álbum, durante sus primeros cinco segundos se escuchan unas palmas (típico instrumento del flamenco) que bien podrían asemejarse a los platillos que suelen servir de fondo para el trap, o bien, los refuerzos musicales también propios de éste y otros géneros urbanos que se presentan en este caso como ecos, sonidos vocales y otros sonidos típicamente alarmantes y asociados con la violencia como cuchillos, motores o sirenas.
La parte lírica resulta aún más potente y quizá por mis predilecciones literarias es la que más me ha impactado. En especial la frase “pienso en tu mirá (mirada) clavá (clavada) [como] una bala en el pecho”, parte de la canción Pienso en tu mirá, que me permitió imaginar la angustia y el miedo en el que vive una mujer en una relación abusiva. Sé que por más que intente entender nunca voy a entender en su totalidad el miedo con el que viven las mujeres día a día, porque yo no soy mujer, no tengo esa experiencia. Sin embargo, lo que siento cuando escucho esta frase me basta para empatizar con ellas aunque esto sea sólo una fracción de lo que una mujer en maltrato siente. Y es que hay que imaginar el terror, la angustia y la vulnerabilidad que debe sentirse para que la mirada de otro ser humano se sienta como una bala que atraviesa el pecho y llega al corazón. Ese vacío en la boca del estómago que es historia de todos los días para muchas mujeres que, simbolica o literalmente, se encuentran aprisionadas. Como ésta, el disco abunda en frases esclarecedoras y potentes.
Finalmente, lo que toca a lo visual hace también referencias simbólicas muy profundas a estos amores oscuros que aún hoy se viven. Desde escenas de hombres destruyendo jarrones con bates de beisbol, hasta representaciones de mujeres ahogándose en sus propias lágrimas. Asimismo, me parece, existen sutiles referencias a la sexualización de la violencia que pueden leerse en algunas imágenes presentes en los videos de estas canciones, por ejemplo, una escena donde Rosalía se encuentra en cuclillas rodeada por varios hombres que la rodean ostentando distintas armas o, en lo musical, los gemidos de dolor con los que se representa la disputa entre el hombre y la mujer.
El amor cortés es el reflejo literario del amor caballeresco que nosotros hemos heredado como el amor romántico típico de los cuentos de hadas y las representaciones artificiosas del amor que aún hoy reproduce y anhela la cultura popular. Sin embargo, debemos hacernos conscientes de que una parte de esta idealización que nos ha educado emocionalmente también nos ha educado en la asociación del amor con un heroismo y un ímpetu salvador ilusorios que sólo han preservado la idea de que la mujer está subordinada a la iniciativa y al deseo del hombre lo cual legitima acciones irracionales, invasivas y violentas en favor de una pasión desmedida.
En el escenario en el que se encuentra nuestro país en el que cada día se incrementa el número de víctimas de las diversas formas y niveles que tiene la violencia de género debemos cuestionarnos por el amor que estamos persiguiendo, qué estamos dando y qué estamos recibiendo. Hoy, más que nunca debemos caminar en la dirección de relaciones humanas que evidencien más autenticidad en nuestra simpatía con otros, menos violencia en nuestra masculinidad y más luz en nuestro amor.