¿Quién pierde en Guerrero?
Ramón Zurita Sahagún jueves 27, Ene 2011De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
La pregunta es quién perderá en Guerrero y la respuesta es muy sencilla, el pueblo, la ciudadanía del estado que de nueva cuenta se verá atropellada por unos partidos y unos políticos sedientos de saciar sus ambiciones.
Ninguno de los partidos contendientes y mucho menos sus candidatos a gobernadores reúnen los condicionamientos que se requieren en la entidad para sacarla del atraso en que vive y mucho menos para frenar la violencia o contribuir al bienestar común.
En la disputa por el control del gobierno del estado privan las ambiciones personales de unos y otros y se carece de intenciones que conlleven a remontar la creciente pobreza en que se encuentran varias zonas de la entidad.
Manuel Añorve Baños y Ángel Aguirre Rivero, son parecidos en todo, aunque uno representa los presuntos partidos de la izquierda y de facto al de la derecha y el otro al partido del centro y sus satélites.
Por algo son familiares que hicieron carrera al alimón, que vivieron juntos, que compartieron sueños, anhelos y alcanzaron algunos de sus propósitos primarios, entre ellos la consolidación de una posición económica holgada.
Se protegieron y se cubrieron en la administración pública, hasta que las ambiciones de uno y otro los llevaron al rompimiento.
En el pasado reciente uno fue acusado de represor, el otro de indolente ante la extrema violencia, aunque eso no hizo mella ante los dirigentes de los partidos que los promovieron a la candidatura.
Uno y otro hacen gala de su cinismo y se presentan de nueva cuenta ante un electorado al que no le han cumplido en lo mínimo.
Guerrero es el prototipo de la política actual, donde los partidos abandonan su ideario para volverse pragmáticos y buscar el poder por el poder mismo, como una forma de financiamiento de sus campañas y de hacer creer a los electores que cuentan con el respaldo suficiente para convertirse en opción política.
Lo importante para ellos es ganar, sin importar el cómo y el para qué.
En la elección del domingo próximo, un senador con licencia que unas cuantas semanas antes de ser postulado por el partido que lo acusó de represor militaba en el organismo político que hoy combate.
Otro que en dos ocasiones, ambas fortuitas, gobernó el principal municipio del estado. En la primera el cese fulminante de un alcalde que andaba de farra en pleno huracán lo posicionó y en la segunda la división de perredistas y sus satélites (Convergencia) fraccionó el voto y le permitió triunfar en las urnas.
El tercero en discordia, que ya no lo es, tiró la toalla ante el poco respaldo obtenido y vendió su escasa clientela electoral a los principales detractores de su partido, los que consideran espurio a su principal activo político, el Presidente de la República, al que se han cansado de insultar.
La elección de Guerrero es el reflejo de los reacomodos que se han dado en los años recientes, donde aflora el cinismo de los actores políticos.
Hace seis años, gobernaba el PRI y su principal activo era René Juárez Cisneros, a quien no lo convenció el candidato de su partido, Héctor Astudillo, por lo que movió todas sus piezas a favor del abanderado de la izquierda Zeferino Torreblanca.
Un sexenio después, el gobernador del estado, Zeferino Torreblanca, regresa el favor y respalda al candidato presentado por el PRI y no al postulado por la izquierda que lo llevó al poder.
Y en medio de todo esto, un cochinero, donde políticos de todos lados hacen acto de presencia, llevan respaldos económicos en moneda y especie, realizan amagos de violencia y sumen en el desconcierto a una población que deberá elegir entre uno malo y otro peor.
Sin duda, el gran perdedor de la elección del domingo en Guerrero es el pueblo de esa entidad.
MÁS OPCIONES EN EDOMEX
Por fin, parece ser, los perredistas encontraron una opción ciudadana que les pueda levantar la votación en el Estado de México.
Las pláticas con Purificación Carpinteyro avanzan en ese sentido y la ex subsecretaria de Comunicaciones y Transportes se siente halagada con esa posibilidad, lo que la convierte en una opción más atractiva para el electorado.
Es cierto que Carpinteyro no es perredista y que su eventual candidatura echaría abajo toda posibilidad de alianza con el PAN, partido con el que mantiene distanciamiento desde su salida de la administración pública federal.
La también ex directora del Sistema Postal Mexicano fue acusada de filtrar información concerniente al entonces secretario de Comunicaciones y Transportes, Luis Téllez, lo que la llevó a la piedra de sacrificios y hasta ahora mantiene un litigio por el tema.
Apenas el martes, Purificación entrevistaba en un programa de radio al panista Luis Felipe Bravo Mena sobre la eventualidad de que compita por el gobierno mexiquense y un día después ella misma se destapa en su página de FaceBook.
Purificación explica que resultó sorpresivo que el dirigente estatal del PRD Luis Sánchez Jiménez revelara parte de las conversaciones sostenidas en torno al tema, pero destaca que como ciudadana promueve la idea de que la sociedad civil se incorpore a la vida política, por lo que se compromete, en caso de ser postulada, a entregarse totalmente a ese propósito.
Con la incorporación de Purificación crece la baraja perredista, en la que ya están incluidos Alejandro Encinas y Héctor Bautista, además de la senadora Yeidckol, quien fue bajada de último momento.
DERECHOS HUMANOS
Según cifras dadas a conocer por el presidente de la CNDH, las secretarías de la Defensa Nacional, Marina y Seguridad Pública, así como el IMSS, la PGR y Migración, son las dependencias con mayores violaciones a los derechos humanos.
Raúl Plasencia precisó que 111 personas sin vinculación con delito alguno perdieron la vida en 2010 durante los operativos contra el crimen organizado.