Los campos de guerra de Verdún
¬ José Antonio López Sosa miércoles 6, Feb 2019Detrás del Poder
José Antonio López Sosa
Verdún, Francia.- No es lo mismo leer y escuchar sobre la Primera Guerra Mundial, que caminar entre los bosques que hace poco más de cien años fueron campos de batalla, donde murieron en promedio mil hombres por día —tanto alemanes como franceses—, durante más de 300 días, la visita a los campos de Verdún representan una forma de entender el duro proceso histórico de esta guerra, que cobró cientos de miles de muertes por unos pocos kilómetros de control disputados entre ambas naciones, Francia y Alemania.
Memoriales, monumentos y un gran osario yacen en lo que hoy es bosque, un gran museo de sitio explica cómo vivieron y padecieron los militares que vivieron por años en esta región de Francia, protegiendo la frontera y después, en una encarnizada lucha que cambió el rostro de la guerra para la humanidad.
Tal es la fuerza del recuerdo en esta región, que en la Segunda Guerra Mundial la Alemania Nazi al conquistar Francia, respetó los monumentos y memoriales y los mantuvo intactos durante la ocupación.
Recorrer los fuertes y las trincheras son sólo el principio de la experiencia, entender las razones importantes en aquel momento, quizá vanas para nuestro siglo, son parte de la historia no sólo de Europa, sino de la humanidad entera.
Aquí además en aquel inicio del siglo XX, se inició la presencia de los Estados Unidos como la policía del mundo, cargo que quisiéramos quitarlo hoy, pero que salvó a miles hace cien años.
Pocos saben que la Alemania de la Primera Guerra Mundial, intentó —a través de un mensaje a su embajador en México interceptado en Londres— convencer al presidente Carranza de aliarse con Alemania, Austria-Hungría y el imperio Otomano para permitir, llevar tropas por la frontera para atacar a los Estados Unidos, a cambio se comprometían a devolvernos los territorios perdidos en la guerra contra Estados Unidos en 1848 (California, Utah, Nuevo México, Arizona, Nevada, Colorado e incluso Texas) al finalizar la guerra. Carranza no aceptó y el resto de la historia es conocida.
Estos hechos sangrientos, marcaron la historia de Lorraine y en particular de Meuse. Lo positivo de los hechos es que gestaron una sociedad tolerante, de mutuo respeto por el pueblo alemán (y visceversa), además de un valor por la vida y por la paz, que sólo al escuchar sus historias podemos entender.
Algo que da enseñanzas de vida, independientemente de la edad a la que viajemos para acá.