R.I.P. para el socialismo
¬ Mauro Benites G. lunes 4, Feb 2019Municiones
Mauro Benites G.
La lección del fracaso del socialismo es muy sencilla y tan vieja como la humanidad, solamente que a veces surge un loco que encuentra tontos que los siguen en sus fantasías. La menos mala de las fórmulas de gobierno que ha encontrado la humanidad en su largo camino, es la DEMOCRACIA. Respetar al hombre en lo que crea, es la única manera de vivir en libertad y dignidad.
Finalmente, la propiedad PRIVADA es la base de toda la economía racional, inteligente y productiva.
El socialismo ha pasado, pues, a la historia como una mentira más, independientemente de que haya habido algunos hombres buenos que creyeron en tal sistema, negador de la esencia humana. Todo socialismo, lo mismo el “utópico” que el “científico” para emplear la pedante terminología de Marx y Engels, se ha mostrado imposible porque va contra los instintos eternos del hombre: yo quiero, esto es mío, yo quiero más que tú, quiero más para mis hijos.
¿Es egoísmo?, por supuesto, porque el hombre es egoísta y/o lo aceptamos como es o recurrimos a otros Lenin y Stalin, y más dictadores para esclavizar, “liquidar” hombres y países. El arte del gobierno, absolutamente necesario para que los hombres puedan vivir en sociedad, consiste, grosso modo, en impedir que los más listos, los más fuertes, ya que eso de que los hombres son iguales es la más grande de las mentiras, abusen de sus capacidades hasta llegar a la explotación del hombre por el hombre, hasta convertir a algunos en hombres lobo para emplear la frase clásica, el gobierno elegido por la mayoría del pueblo tiene una misión principal: proteger a todas y todos formada por los menos inteligentes, los menos fuertes, los menos valientes. Por eso, porque los hombres no son iguales, se creó la Declaración de los Derechos del Hombre.
El hombre debe tener el valor de ver al hombre tal y como es para actuar en conciencia. Cuando una falsedad es creída ocurre, simplemente, que el que lo cree, es tonto o ignorante. Cuando una falsedad es propuesta todavía como una bandera de lucha, entonces el que lo hace es maligno y perverso.