Fantasmas del huachicol
Alberto Vieyra G. jueves 31, Ene 2019De pe a pa
Alberto Vieyra G.
Se cumplen ya 60 días de mucho ruido y pocas nueces. Casi dos meses desde que el pasado 1 de diciembre Andrés Manuel López Obrador se convirtió en el presidente número 88 de México y el resumen es de mucho bla, bla, bla, bla…en su conferencia mañanera desde Palacio Nacional. El balance le resulta negativo.
Parece ya un régimen eterno y apenas van dos meses en los que los errores gubernamentales han sido históricos, como la cancelación del Aeropuerto de Texcoco, que tendrá costos millonarios para los contribuyentes, la descomposición social y política del país y la irritación por el desabasto de gasolinas, a razón de un supuesto “combate contra las mafias huachicoleras”, cuyas pérdidas económicas son de más de 25 mil millones de pesos, particularmente en los estados gobernados por el PAN, PRD, PRI y Movimiento Ciudadano, además de la catástrofe de Tlahuelilpan, que deja hasta ahora, casi 120 muertos y cuyos fantasmas del huachicol podrían significar para el régimen lopezobradorista la tumba política o como bien afirma el periodista Alejandro Hope “la guerra de López Obrador contra las mafias huchicoleras podría convertirse en el Vietnam del Presidente”.
Lo que nos queda muy claro a los mexicanos es que la inseguridad, lejos de bajar, se disparó con López Obrador, a pesar de sus recurrentes “llamados a las mafias a portarse bien” y de que “me canso ganso, que acabaremos con la corrupción”.
Y yo me pregunto:
¿El señor López Obrador sabrá lo que significa la vergüenza y el charlatanismo? ¿Sabrá también que los mafiosos con un mensaje tan cómico como “portarse bien”; de veras, le harán caso? Obviamente que no ¿Al señor López Obrador no le quedó claro el ejemplo de Tlahuelilpan? Sí, los mexicanos requerimos y con urgencia a un presidente que aplique la ley trátese de quién se trate para que impere en México el estado de Derecho y se acabe con la anarquía y la ingobernabilidad. De no hacerlo, los casi 120 fantasmas de Tahuelilpan podrían romperle la columna vertebral al régimem, como ocurrió con el gobierno peñista con la catástrofe de los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa. Bien dice una canción que los muertos no hacen ruido, pero es más grande su penar.
Por lo pronto, el señor López y sus canchanchanes hablan de que más de 2 mil individuos están siendo investigados como presuntos integrantes de la mafia huachicolera, entre ellos más de 200 empresas gasolineras y hasta militares, como Eduardo León Trauwitz, y según Santiago Nieto, titular de la Unidad de Inteligencia del SAT, ya suman 200 carpetas de investigación abiertas, de las cuales sólo 112 ya están en poder de un juez. Urge, pues que el ciudadano presidente justifique el supuesto “combate contra las mafias huachicoleras” o de lo contrario, su régimen habrá sido otro accidente político en la historia de México.
Otro error llamado “el error de enero” fue que López Obrador envió a Nueva York al nuevo director de Pemex, Octavio Romero Oropeza, a quien una manada de hambrientos coyotes llamados inversores, a los que Pemex adeuda unos 110 mil millones de dólares, se lo comieron vivo, tras etiquetarlo como un “retrasado mental”, pues no les supo decir: Cuál es la nueva estrategia financiera de Pemex. A raíz de esto, la calificadora Fitch Raitings le bajó dos puntos a Pemex y poco faltó ponerla como “empresa basura”, sin pies ni cabeza y sin capacidad crediticia.
El señor López montaría en cólera y calificaría a las calificadoras de “hipócritas” y cómplices del saqueo en México durante la era económica neoliberal. En este punto tiene toda la razón el señor presidente. Pero la cuestión es que México está inmerso en una globalización que no tiene vuelta de hoja y él cree que está gobernando al México de hace medio siglo, cuando no existían esos malditos organismos que son instrumento del Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y los buitres del imperio capitalista del mal.
Por desgracia, esa política de confrontación no ayuda a México, pues la confianza de inversionistas nacionales y extranjeros ha sido ya dilapidada por López Obrador.