Especulaciones
¬ Augusto Corro miércoles 26, Ene 2011Punto x Punto
Augusto Corro
Hillary Clinton pidió mantener la lucha contra el crimen organizado que emprendió el gobierno mexicano. Así será. No hay de otra. A eso nos lleva el sometimiento de nuestras autoridades ante el país más poderoso del mundo que tenemos como vecino. La flamante secretaria de Estado vino a México a efectuar entrevistas rápidas. Estuvo en Guanajuato con la canciller Patricia Espinosa y en el Distrito Federal visitó a Felipe Calderón en Los Pinos. ¿De qué se habló en los encuentros? Eso se sabrá conforme transcurra el tiempo. Hoy diremos que la película se repitió: como siempre surgieron los acuerdos de ayuda mutua, de buenos deseos y hasta la próxima. Hillary aprovechó el viaje para elogiar al mandatario mexicano y hasta declaró que es su fan. Puras acciones protocolarias.
Como se manejó la información sobre la visita de la importante funcionaria, quedó la impresión de que la visita se trató de estrechar los lazos de amistad entre dos pueblos, que se aman entrañablemente y que las relaciones entre ambos es fundamental para la paz mundial. Nada más falso. Hillary estuvo en México, se supone, para desahogar alguna cuestión urgente, que sin lugar a dudas, tiene relación con la lucha que libran las autoridades de los dos países contra el crimen organizado y el problema de los migrantes centro y sudamericanos que pasan por territorio nacional rumbo a Estados Unidos.
Esos problemas son muy importantes para la seguridad de los dos países. Mexico es el proveedor número uno de estupefacientes a la mayor plaza de drogadictos del mundo, y, por otra parte, la ola incontenible de migrantes a Estados Unidos tiene en agudos conflictos a las autoridades norteamericanas, quienes deben vigilar que entre aquellos que pretenden ingresar no vaya colado algún terrorista. Este asunto les preocupa más que el narcotráfico y para ello dedican su mayor esfuerzo, a tal grado que agentes del FBI interrogan a centro y sudamericanos sospechosos en México, en franca violación a la soberanía mexicana.
Desde luego, el pronunciamiento de Hillary es inadmisible. No es posible que se pronuncie por la continuación de la guerra contra el narcotráfico, y Estados Unidos siga con su actitud pasiva ante el crecimiento desmedido de drogadictos. Es decir, que deje solo a México en la lucha contra la narcodelincuencia y las autoridades estadounidenses sigan ciegas y sordas ante el contrabando de armas. Esto no representa mayor interés para los estadounidenses, porque, para empezar, los miles de muertos son mexicanos y eso tiene sin cuidado a los vecinos.
Sin embargo, algo interesante debe registrarse que afecta o afectará, considerablemente, a los dos países. La falta de información lleva a pensar en una lista infinita de especulaciones, todo tiene cabida y cae en el ámbito de las probabilidades. Esperaremos tranquilos, quien sabe cuánto tiempo, para conocer de que trataron los temas que provocaron tanta urgencia a los gobiernos de ambos países.
QUEBRÓ LA FAMILIA MICHOACANA
Como empresa que ve disminuida sus utilidades, que no tiene los medios económicos para subsistir, el cártel de La Familia Michoacana bajó la cortina. Es decir, dio por terminado su negocio relacionado con el narcotráfico, secuestros y extorsiones y sus derivados, una vez que sembraron de muerte y violencia el estado de Michoacán y otros sitios de México.
El negocio de la muerte entró en decadencia y los costos ya no lo permitieron, resultaron más altos que las utilidades y los capos optaron por declararse en bancarrota. Curiosa forma de enterrar una “empresa” tan lucrativa, que tienen, por ejemplo, a uno de los delincuentes, entre los hombres más ricos del mundo: “El Chapo” Guzmán. Hasta aquí la especulación.
Ahora, vamos por Punto x Punto a lo siguiente: en algunas ciudades michoacanas aparecieron mantas firmadas por La Familia en la que anuncian su extinción y obviamente “el cese de actividades del cártel; sin embargo, deja abierta la posibilidad de respaldar a otras organizaciones que brinden apoyo a la sociedad michoacana; también critican a los principales mandos de la Policía Federal y manifiestan sus idea de no seguirse confrontando con el gobierno federal”.
Aunque, aparentemente, se trata de una manifestación de derrota del cártel michoacano, bien podría tratarse de una estrategia de tregua, porque las cosas no van bien para esa organización criminal. Por ejemplo, no alcanzó a reponerse de la muerte de uno de sus dirigentes, Nazario Moreno El Chayo, fundador de La Familia, que le imprimió el carácter de secta. A raíz de ese hecho, la actitud de los líderes del cártel fue diferente. Servando Gómez Martínez La Tuta optó por evitar sus declaraciones a través de la radio y la violencia se agudizó en el estado, con una variedad de actos delictivos: el fuego atizó para luego terminar en cenizas.
Ahora las consideraciones sobre la extinción del cártel no deben ubicarse en el entorno michoacano exclusivamente, pues La Familia logró ampliar su radio de acción a otras entidades y no es remoto que grupos de esa organización se desempeñen como cárteles independientes, autónomos y continúen con él negocio de las drogas. Como quiera que se desee ver el caso de la derrota de La Familia debe festejarse, aunque parece ser que el gobierno federal entiende bien a bien que es lo que ocurrió con esa banda de delincuentes. Y eso causa extrañeza, porque si alguien tiene necesidad de cacarear logros en la lucha contra la narcodelincuencia, son las propias autoridades.
Pero el gobierno no se hizo eco de esa noticia. Es posible que espere nuevas manifestaciones que le aseguren que la empresa La Familia decidió abandonar, definitivamente el redituable negocio de las drogas. También en este asunto, el tiempo se encargará de aclarar qué ocurrió con los narcotraficantes michoacanos que prefirieron dejar las cosas por la paz. Algo muy extraño.
UN ADIÓS SENTIDO
Falleció Samuel Ruiz García, obispo emérito de San Cristóbal de las Casas, Chiapas. Se trató de un religioso entregado total y plenamente a su ministerio. Siempre apoyó a los débiles. Fue un activista de la Iglesia de los Pobres, tan criticada por los clérigos que viven en el boato, siempre en fiestas con políticos y hombres ricos. El padre Samuel practicó la humildad hasta el último día de su existencia. Descanse en paz. •