Por nombres no paramos
Freddy Sánchez martes 22, Ene 2019Precios y desprecios
Freddy Sánchez
Con mando civil y operación militar, (salvo lo que se decida en el Senado de la República), la Guardia Nacional se apresta a recuperar la tranquilidad pública con la firme consigna de restaurar la seguridad en el país.
Un noble objetivo del gobierno de la “Cuarta Transformación”, que la sociedad en general clama con vehemencia.
No más violencia e impunidad del crimen organizado, a fin de que la mayoría pueda vivir en paz y las actividades económicas formales e incluso las de la economía informal, puedan desarrollarse sin sobresaltos ni la angustia diaria de estar expuestos a un sinfín de tropelías de mafiosos.
Y es que resulta inconcebible que varios sexenios gubernamentales se hayan venido encima, sin que se note la fuerza pública y el poder de las instituciones para contener la ola criminal que afecta la estabilidad nacional y pone en estado de indefensión a la nación entera.
Así que, en ese contexto, bienvenida sea la Guardia Nacional.
Sólo que más allá de la nominación institucional con la que se decidió debutarla en sociedad (un nombre para unos rimbombante y para otros atemorizador), lo que realmente importa es que dicha institución de nuevo cuño logre combatir a los delincuentes, con máxima efectividad y prontitud.
Una vez que quedó en claro que no se pretende militarizar las actividades que deben ser básicamente dirigidas por mandos civiles, el escalofrío que produce sentirse bajo el mando de una bota militar, aunque sólo fuera en operativos de seguridad para obligar a los grupos mafiosos a replegarse y dejar de ensangrentar al país con sus crímenes y exacciones del patrimonio colectivo, no tiene por que ser más causa de inquietud entre la gente.
En particular, de políticos e intelectuales e incluso los que llegaron a augurar que de una posición castrense de alto mando en cuestiones de orden, (con pleno poder de decisión en México), podría provenir el designado para hacerse de la presidencia para el siguiente sexenio. Exageraciones o no, este tema parece haber quedado fuera de discusión.
Y ahora lo que debe puntualizarse, es qué se hará con la Guardia Nacional para dotarla de los medios apropiados para que su ejercicio contra los grupos delictivos, sea diferente y mucho más eficaz que el tenido en los tres últimos sexenios, lo que en esencia corresponderá realizar a la Policía Federal con sus respectivos elementos en activo que sumandos a una selección de marinos y soldados, en buena medida simple y llanamente cambiarán de adscripción, de uniformes y de emblemas de identificación para seguir a cargo de las mismas tareas de seguridad.
Aunque, justamente, en este punto debería estar la gran diferencia.
Porque hacer lo mismo en materia de seguridad, no es precisamente lo que el país requiere, sino más bien un cambio sustantivo en tácticas de investigación y persecución de criminales, a fin de que la lucha contra los mafiosos, resulte algo diferente a lo consumado sin gran éxito en el pasado.
Y en ese sentido, es menester precisar que seguir con las abruptas guerras a balazos, sería pecar de lo mismo: terquedad, ineptitud y falta de sentido común para enfrentar y diezmar el poderío de las mafias criminales en operación, expansión y arraigo en distintas áreas del territorio nacional.
Cosa que hay que cambiar, a como dé lugar.
Para ello, ciertamente, será bueno que se legisle sobre el uso de la fuerza, determinado hasta dónde y cómo debe actuar la Guardia Nacional en su misión de combatir a los delincuentes hasta lograr que la comisión de los delitos deje de ser uno de los negocios más rentables en México.
Huelga mencionar que pegarle a los mafiosos con la expropiación de sus bienes, será el mejor camino a seguir, ahora que, supuestamente, se tendrán las herramientas para hacerlo con una nueva institución, con nuevo nombre, aunque la verdad esto último es intrascendente si consideramos que en la lucha institucional contra el crimen la retórica demagógica oficial ha puesto de manifiesto que al rebautizar la nomenclatura institucional sin mayor éxito en el tema de la seguridad por nombres no paramos.