Un neurótico gobernante
Alberto Vieyra G. viernes 18, Ene 2019De pe a pa
Alberto Vieyra G.
Para la psiquiatría, la neurosis es un grupo de enfermedades que se caracterizan por la presencia de trastornos nerviosos y alteraciones emocionales sin que, aparentemente, haya ninguna lesión física en el sistema nervioso central.
Para los grupos de autoayuda, la neurosis ¡es la enfermedad de las mil caras!, y quienes la padecen son títeres de sus emociones y por lo regular actúan siempre bajo el impulso de éstas y no del sano juicio.
¿Por qué hablo de estas cuestiones que no son locura, poro están a un paso de serlo?
Mire usted, en noviembre del año pasado el quisquilloso gobernador de Aguascalientes, el panista Martín Orozco Sandoval, demandó por “daño moral” al concesionario radiofónico y periodista hidrocálido, José Luis Morales Peña, ¡un comunicador valiente!, que sabe arrastrar la pluma ante los gobernantes tiranos y corruptos.
La demanda del mandatario hidrocálido resalta tres puntos que son dignos del análisis de la psiquiatría nacional y mundial: 1.- “El estado de Aguascalientes no está mal, como lo afirma el periodista “es el único que lo dice y provoca esa percepción a la sociedad”; 2.- El gobernador se dice “afectado psicológicamente” y 3.- El mandatario se dice “afectado gastrointestinalmente”.
¿Tan amarga será la medicina del comunicador que le provoca al señor gobernador que su hígado derrame tanta bilis? La acusación es de risa, pero en ella, Martín Orozco Sandoval demuestra que su mal no es una enfermedad física, sino una enfermedad del alma y esas enfermedades de neurosis no las cura ningún médico, sino solamente se alivian cuando el individuo goza de una sana paz interna y está bien con sus semejantes.
La gastritis, por ejemplo, no es solamente la manifestación de un desorden alimenticio, sino fundamentalmente un desquiciamiento del sistema nervioso central que debe ser paliado con antiácidos, inhibidores de la bomba de protones y por la psiquiatría, con antidepresivos, como el prozac, que por cierto mantenía en pie, aunque bien turulato a Vicente Fox cuando cobraba como presidente de México, porque en realidad quién gobernaba era su mujer.
Algunas de las mil caras de la neurosis son: depresión, insomnio, migraña, gastritis, celos, odio, envidia, avaricia, dolores psicosomáticos y un larguísimo etcétera.
Y llama poderosamente la atención que el juicio contra el colega periodista avanza ¡a mil por hora!, pues el gobernador tiene en el juez Segundo de lo Civil, de apellido Piña, a un auténtico lacayo al servicio del gobernante tirano, quien en el pasado 16 de enero mandó a sus esbirros al mando del señor comisariado, Juan Muro Díaz, para que lo privaran de su libertad y lo llevaran a una sucia mazmorra en la que permaneció incomunicado periodista por más de 5 horas y bajo la amenaza de que: “Si no le bajas, para la próxima vez van a ser 12 horas de fresco bote” ¡Eso calienta hasta el alma del general invierno!
Pero me asaltan unas interrogantes: ¿Puede un individuo ser gobernante de México o de alguna entidad del país cuando es presa de la neurosis y títere de sus emociones? ¿De qué se enoja don Martín Orozco Sandoval cuando sabido es que Aguascalientes es un polvorín y una entidad con los más altos índices de criminalidad y tráfico de estupefacientes? ¿Qué no entre 2016 y 2018, Aguascalientes registró 13 feminicidios, que no aparecen como crímenes de género, pero que junto con Guerrero y Veracruz imperan los feminicidios?
En Aguascalientes, las cifras en materia de crímenes dolosos son negras o cada vez más rojas pues durante septiembre del año pasado esa entidad registró diez muertes dolosas, en comparación con un mes antes que sumaron siete crímenes.
Pareciera que la neurosis de don Martín Orozco Sandoval lo está llevando a meterse a terreno barrido, peleándose con la prensa y habrá que recordarle que ninguna democracia aquí y en China, es democracia si no hay respeto a la crítica y la libertad de expresión.