Indocumentados se concentran en Tecún Umán
Nacional* viernes 18, Ene 2019
La Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred) de Guatemala, señaló que el gobierno le ha entregado a los integrantes de la nueva caravana de migrantes un pase de 30 días para que puedan transitar sin problemas por el país.
El delegado de la Conred, Franz Kis, indicó que ese documento y una identificación oficial podrían servir para los trámites que pudieran hacer en México.
De acuerdo con la Dirección de Migración de Guatemala, poco más de mil 700 migrantes hondureños lograron ingresar y registrarse en los controles migratorios de Agua Caliente, ciudad fronteriza de Guatemala, con el objetivo de cruzar a este país, aunque se espera que la cifra aumente en el transcurso de los días.
Varios migrantes no realizaron los trámites y decidieron pasar por los puntos ciegos de la frontera.
“Dios me envió a formar parte de este éxodo migratorio”
Entre los integrantes que ya se encuentran en Ayutla, Tecún Umán, está José Roberto, que asegura fue Dios quien lo envió a formar parte de este éxodo migratorio. Narró cómo ha decidido probar suerte en México, sin embargo, si no le va bien, sí considera la posibilidad de llegar incluso a la frontera norte del país, con la intención de pasar a Estados Unidos.
José Roberto explica que en su país se desempeñó como chofer por casi 16 años, pero tuvo que dejar su empleo por temor a perder la vida, pues la inseguridad era excesiva y mataban a los choferes en caso de no pagar cuotas impuestas por las distintas bandas que operan en su natal Honduras.
Asegura que no le importan las penurias que pueda enfrentar en su andar por México, pues tiene una encomienda divina que piensa cumplir, además considera que le irá bien, pues él, dice, viene a trabajar y no a delinquir como muchas personas aseguran que podrían hacer los integrantes de esta caravana.
Sonriente, con la esperanza reflejada en el rostro, se despide expresando su esperanza de que las autoridades mexicanas les apoyen para poder llegar al norte del país, donde esperan poder mejorar su calidad de vida.
Tulio Marcía Caballero, otra de las personas que aguardaba paciente en la fila para entrar al país, reconoció que la experiencia del viaje ha sido “bastante dolorosa”.
En especial, por “ver familias, madres que vienen con sus hijos durmiendo a la intemperie”.
Tulio salió con su familia del país buscando “una mejor oportunidad” que espera encontrar en México, descartando por ahora la opción de alcanzar Estados Unidos.
Nolvia Enríquez, otra mujer que hacía fila con su hijo de 10 años para entrar al país, sí quiere llegar al “sueño americano”.
Según dijo, el pequeño padece distrofia muscular y sólo allí parece haber esperanza para curar la enfermedad.
“La idea es seguir por mi hijo, porque en Honduras no tiene cura la enfermedad que tiene. Eso me dijeron, sólo la curan en Estados Unidos”.
A unos minutos de entrar a México, reconoció sentirse “muy feliz” ante lo que está por venir. Mientras, las autoridades atienden a estas primeras cien personas, se espera que llegue una nueva tanda por la tarde.
A mediados de octubre de 2018 miles de centroamericanos -en su mayoría hondureños y salvadoreños- abandonaron sus países en distintas caravanas con el afán de llegar a Estados Unidos y solicitar asilo, en un éxodo que causó choques diplomáticos entre países. En los últimos días, al menos dos nuevas caravanas han partido desde Centroamérica; una de hondureños conformada por unas mil 700 personas y otra de salvadoreños más pequeña, de unos cien migrantes.
México se prepara para el arribo
de más centroamericanos
El gobierno mexicano prepara un albergue en el sureño estado de Chiapas, frontera con Guatemala, para recibir a una nueva caravana de migrantes hondureños que busca llegar al norte del país para intentar cruzar o pedir refugio en Estados Unidos.
Autoridades locales y federales tenían ya acondicionado el albergue a unos 400 metros de un puente en el río Suchiate, frontera entre Guatemala y México.
El gobierno ha advertido que no permitirá que el millar de hondureños que partió, y otros centroamericanos que en el camino se les puedan unir, entren por la fuerza a México, como ocurrió con otras dos enormes caravanas en 2018.
“Acordamos trabajar en cuatro vertientes: seguridad, atención de control migratorio y ayuda humanitaria, gobernabilidad, y una atención a temas laborales”, dijo el fiscal de Chiapas, Jorge Luis Llaven.
Días atrás, la secretaria de Gobernación (Segob), Olga Sánchez, dijo que sólo permitirán un “ingreso seguro y ordenado de esta caravana”, “sin portazos” (por la fuerza) en la frontera con Guatemala. Anunció que el gobierno enviaría agentes a 370 puntos de cruce en la frontera con Guatemala.
México ha puesto en marcha un programa en el que da empleo a los centroamericanos que acepten regularizar su situación migratoria.
El comisionado del INM, Tonatiuh Guillén, descartó la intervención de la Policía Federal.
“Descartada completamente la perspectiva del escenario que ocurrió el año pasado, lo que quiere decir que no estará la Policía Federal en el puente fronterizo, no habrá una estrategia de contención física”.
Para acceder al país, los integrantes de la caravana só necesitan mostrar una identificación para posteriormente recibir una pulsera que los identifique.