Raterías contra México
Freddy Sánchez jueves 17, Ene 2019Precios y desprecios
Freddy Sánchez
Por una y mil razones hay que ir contra los políticos y empresarios, coludidos con el “huachicoleo”. Pero una de esas razones es la más importante: la de dejar constancia de que de ahora en adelante, se acabó la tolerancia para los corruptos de altos vuelos.
Porque en la lucha contra la delincuencia organizada, es una inmoralidad insostenible que “la vara de la justicia” comúnmente termine por recortarse y no llegue jamás hasta donde debe de llegar.
Todo a causa de la insana práctica de aplicar “la guillotina” sólo a los de “medio pelo” en el escalafón de pillos consumados, en vez de perseguir y “ajusticiar” a los “de arriba”. Aquellos que podrían ser llamados por la moda sexenal como los “fifís” de la corrupción.
Nada menos que encumbrados políticos y hombres de negocios que hasta la fecha han gozado de impunidad ante sus fechorías.
Y justo es que eso cambie radicalmente.
Para que en verdad se siente un precedente contra los delincuentes de “cuello blanco”.
Los que, el más elemental sentido común, hace pensar que están involucrados en el tráfico de drogas, el contrabando, la trata de blancas, la pornografía infantil, la “piratería” y, obviamente, en el saqueo a Petróleos Mexicanos.
Así que llegó el momento de poner en acción lo prometido por Andrés Manuel, en cuanto a que “las escaleras” de la corrupción se tienen que barrer de arriba para abajo.
Y con ello, ir más allá de los emotivos discursos en los que se augura un cambio nacional que hará que México deje de ser uno de los países más corruptos del mundo para convertirse en uno de los más honestos.
Una promesa hecha por Andrés Manuel en una reunión con vecinos de Iztapalapa, el día de ayer.
En ese contexto, es preciso hacer mención que la “guerra” contra “el huachicoleo” debe llegar hasta sus últimas consecuencias.
De manera que es imperativo apresar a los concesionarios de gasolinerías y propietarios de flotillas de medianos y grandes vehículos de transporte que hayan tenido alguna participación en el robo la gasolina para su traslado a fuentes de venta.
Junto con ellos, naturalmente también, cualquier alto funcionario, líder sindical o jefe policiaco, que hubiera incurrido en encubrimiento o complicidad con el robo de combustible o de cualesquier otros productos indebidamente sustraídos de las “entrañas” de Pemex para su comercialización subrepticia e ilegal en detrimento de la hacienda pública.
De ahí, la importancia de evitar que el saqueo de gasolina se vuelva a repetir en perjuicio de la paraestatal y de la nación.
Tal cosa sería tan criticable como la monstruosidad del saqueo descubierto. Ante lo cual, es de desear que eso nunca más ocurra y para ello es imprescindible que se proceda a sancionar con máximo rigor a los responsables de estas fechorías.
Como lo es, naturalmente, que se recuperen los dineros robados a la nación, mediante la expropiación de los bienes privados, cuya legitima procedencia no se acredite por parte de los coludidos en el robo de combustible.
Y en esa lista los primeros a perseguir tienen que ser los políticos y empresarios, a los que se compruebe haber hecho negocios con “huachicoleros”, recurriendo a la venta de gasolina robada en establecimientos formales. Sean quienes hayan sido los autores de estas fechorías deben pagar por sus culpas.
Sólo así se estará en el camino de erradicar la corrupción y las raterías contra México.