Lo que esperamos en seguridad
¬ Augusto Corro miércoles 9, Ene 2019Punto por punto
Augusto Corro
¿En qué consistirá la estrategia del nuevo gobierno contra la violencia e inseguridad que azota a México?
Uno de los ángulos más importantes sobre el tema es la regulación del uso de la mariguana y de la producción de opio.
En el asunto del cannabis ya existe el consumo como medicina, falta la aprobación para la práctica recreativa. La aprobación parece cercana.
En el caso del opio, el problema es más complejo porque surge desde la siembra de la amapola, continúa su proceso para convertirla en droga y sigue con su trasiego y finalmente la comercialización.
Es importante atender los tres pasos para evitar que deriven en actos de injusticia y violencia. Las autoridades tendrán que plantarse en la realidad y auxiliarse de estrategias serias para combatir a la delincuencia.
México tiene zonas donde el cultivo de la mariguana o de la amapola son parte de la economía local, porque los campesinos o son obligados a realizar cultivos prohibidos, o es tal su pobreza que no tienen otro camino para conseguir recursos económicos.
En Guerrero, los gobiernos ineptos no pudieron evitar la presencia de los cárteles de la droga que ofrecen la semilla y los medios para el cultivo de la amapola.
¿Qué autoridad recorrió antes las montañas guerrerenses para ofrecerles mejores condiciones de vida a los habitantes de las regiones abandonadas desde siempre?
¿Quién llegó hasta esa gente humilde para ofrecerle créditos para la siembra de maíz o trigo? Nadie. ¿Hay mejor escenario para el abuso del crimen organizado como el que hay en Guerrero, una de las entidades más pobres de nuestro país?
La nueva estrategia en la lucha contra el crimen deberá contemplar con detenimiento el origen del problema y observar los factores de su desarrollo, con el propósito de erradicarlos o por lo menos controlarlos.
Disminuir los asesinatos
La guerra entre los cárteles de la droga y estos contra las autoridades colocó a México como uno de los países más peligrosos del mundo.
Van dos sexenios que se aplican estrategias fallidas en el combate a los grupos criminales. Fueron tan erróneos los planes antinarcos que son más de doscientas mil las personas inocentes o culpables que perdieron la vida. A lo anterior deben sumarse los altos índices de gente desaparecida, del elevado número de fosas clandestinas y de la confabulación de policías y maleantes para delinquir sin ningún problema.
La lucha por las rutas y mercados de los estupefacientes se significó por la ola de muertes en diferentes entidades. En algunos estados la violencia alcanzó cifras superiores a las registradas en países en guerra.
En lugares como la Ciudad de México, en los últimos años la delincuencia se instaló en sus calles y la espiral de violencia se desató.
Porque no son delitos derivados de las acciones del crimen organizado, sino también de asaltantes y secuestradores. Total que la sociedad mexicana no se encuentra a salvo de las agresiones de los hampones.
Son varios los factores que incrementan la violencia en sus múltiples acciones. Una, muy importante, es la cercanía con Estados Unidos, donde se encuentra el mayor mercado del mundo de drogadictos.
La frontera de EU con México es muy porosa para lo que ingresa y lo que sale. Por ejemplo, el contrabando de drogas (mariguana, opio y cocaína) es mayúsculo. ¿Alguien controla el paso de armas ilegales de EU hacia nuestro país? ¿El hampa se encuentra mejor armada que nuestras policías?
El resultado del combate a las drogas de EU y México siempre fue desventajoso para el segundo, por una sencilla razón, al primero le tocó poner los viciosos y a nosotros los muertos.
¿Que esperamos de la nueva lucha anticrimen?
Pues que se elimine totalmente la estrategia fallida de Felipe Calderón Hinojosa que siguió al pie de la letra el ex presidente Enrique Peña Nieto.
Atender inmediatamente a las miles de familias que buscan a sus familiares o amigos desaparecidos. Además, en la medida de las posibilidades brindar justicia a las víctimas.
Preparar a los cuerpos policiacos para que desempeñen mejor su labor, principalmente orientar a los uniformados municipales para evitar su asociación con los grupos criminales. En fin, esperamos del nuevo gobierno una estrategia efectiva para acabar con la inseguridad que nos azota y angustia.