Deportación inmediata y corresponsabilidad internacional, nueva política de migración
Roberto Vizcaíno martes 8, Ene 2019Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
En medio de un arranque de año y sexenio plagado de conflictos —desabasto de gasolinas, creciente número de ejecuciones, fuerte debate por lo de la Guardia Nacional, ola de despidos en el gobierno, dudas sobre el helicopterazo de Puebla, inconformidades por el relanzamiento de Barbosa en ese estado y otros más—, el presidente Andrés Manuel López Obrador aprovechó el encuentro anual con embajadores y cónsules de México para lanzar su política migratoria.
Como ya va siendo costumbre, la encargada de hacerlo fue la secretaria de Gobernación, la ex ministra Olga Sánchez Cordero quien, además, en un ejercicio novedoso se sometió a una sesión de preguntas por parte de los diplomáticos.
Así la ex ministra dejó en claro que el gobierno de México ya no permitirá el libre y desordenado e ilegal paso de migrantes centroamericanos hacia la frontera de México y Estados Unidos.
Y para ello ha ordenado desplegar fuerzas de migración a lo largo de la frontera con Guatemala, para impedir que los migrantes de Honduras, El Salvador y la propia Guatemala puedan ingresar a México por el río y sólo se dará paso a quienes se presenten en orden y con sus documentos en regla ante los puestos migratorios.
A quienes no lo hagan, se les deportará en no más de 72 horas.
De igual forma indicó a embajadores y cónsules mexicanos, que “aunque México no es la causa del fenómeno migratorio, estamos dispuestos y decididos a ser parte de la solución”.
¿Cuál es esta?, se le preguntó a lo que respondió:
“Para atender este tránsito humanitario es condición indispensable que la comunidad internacional y los organismos multilaterales, en particular la ONU y la OEA, asuman su corresponsabilidad en la atención del fenómeno de migración masiva, así como la activa participación de los gobiernos de los países de origen”.
Recordó que es compromiso del gobierno de López Obrador estar abierto y dispuesto al diálogo serio, respetuoso y constructivo con el gobierno de los Estados Unidos, “para atender de manera conjunta y coordinada a los migrantes centroamericanos que ingresan a territorio mexicano, con el único objeto de llegar al vecino del norte”.
Y agregó:
“Por instrucciones de nuestro Presidente López Obrador, la política migratoria del gobierno de México estará basada en una visión humanitaria para regular el ingreso de los migrantes a nuestro territorio, para que sea legal y ordenada”.
Sánchez Cordero explicó que se cambiará el paradigma porque, “nuestra visión es que los migrantes son seres humanos, no delincuentes, ni mucho menos constituyen una amenaza a la seguridad de México o de los Estados Unidos; son personas que buscan escapar de una realidad de inseguridad y de carencias en sus países de origen, que piden acceso a lo más elemental, que es la posibilidad de seguir con vida y acceder a un empleo que les permita, con dignidad, progresar”.
La titular de Gobernación indicó que pronto estas medidas se pondrán a prueba, cuando una nueva caravana de migrantes hondureños que ya viene en camino llegue a la frontera con México.
Una vez que lleguen a nuestra frontera, dijo, tendrán “acceso ordenado y seguro por los puntos de acceso legal y controlado en la frontera sur, como paso indispensable para brindar a los migrantes centroamericanos protección a sus derechos humanos, y a los que así lo decidan libremente, facilidades para una estancia segura y digna en nuestro territorio.
“Nuestra política consistirá en ordenar su estancia y movilidad con plazos ciertos para que, llegado el caso, retornen a sus países de origen, si es el caso de que no sea posible su acceso a Estados Unidos”.
En las intervenciones ante los diplomáticos destacaron además la del secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard; la del presidente del Senado, Martí Batres así como la del coordinador de los diputados de Morena y presidente de la Junta de Coordinación Política de San Lázaro, Mario Delgado.
México, reactivo
Pero quien le puso el cascabel al encuentro fue el líder de la mayoría senatorial de Morena, Ricardo Monreal, quien indicó que el México gobernado por Andrés Manuel López Obrador tiene el reto de cambiar la inercia reactiva y poco coordinada en sus relaciones con el mundo. …
Precisó que para ello el Senado mexicano está preparado para acompañar al mandatario a fin de impulsar una visión de Estado dentro y fuera de México para enaltecer el nombre de nuestro país.
Indicó que como nuevo gobierno el de López Obrador hereda justamente una diplomacia reactiva y desordenada que deberá dejar atrás los “discursos vacíos y las añoranzas del pasado, e ir a acciones concretas, consistentes y congruentes con el momento que se vive”.
Presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado, Monreal indicó que el panorama anterior se deriva de la eterna encrucijada del país, físicamente entre el norte y el sur e ideológicamente cambiante, situación que ha permitido que se simplifique la política exterior como la gestión de dos fronteras, o bien, la eterna cuestión sobre si México pertenece a una región más que a la otra.
Nuestro país, agregó, es mucho más que dos fronteras y “más allá del Río Bravo y el Río Suchiate, México pertenece al mundo”.
Reconoció que el deseo de diversificar nuestra economía y nuestras relaciones más allá de Norteamérica, es una tarea pendiente.
“El mundo al que ahora pertenecemos, hay que reconocer, es aquel en el que no hubo el “fin de la historia”, que auguraban algunos neoliberales, y no lo hubo porque en parte los beneficios del libre mercado se quedaron estancados en las élites que gobernaban.
“Hoy la Cuarta Transformación es la respuesta a una exigencia de cambio en México, pero es solamente una de las tantas mutaciones que están ocurriendo simultáneamente alrededor del planeta.
La política exterior y la interior dejarán de ser discordantes y lo haremos con una visión de Estado”, indicó.
Es por ello que hoy los embajadores y cónsules mexicanos en el exterior tienen la tarea, dijo, de promover la imagen de México como un país ordenado, atractivo para las inversiones; una nación en donde se pueden hacer negocios y un socio confiable:
Y desde el Senado, agregó, se cuidará que el cuerpo diplomático de México pueda realmente tener todos los recursos y normas, políticas y programas, “para que la representación diplomática no sea simplemente un acto protocolario de toma de protesta de embajadores, cónsules y representantes de México en el exterior”.
Monreal se lamentó de que en el mundo se instauren mecanismos tendientes al “proteccionismo y a un nacionalismo vitriólico”.
Ante ello, señaló, México debe ser el arquitecto de su realidad y de su posición de este nuevo paradigma.
En medio de todo eso, precisó, México vive una relación compleja con Estados Unidos,” porque es claro que las posturas antiinmigrantes y la retórica contra México, han resultado electoralmente redituables, y no debe extrañarnos que existan descalificaciones lesivas para nuestro país y nuestros connacionales en este nuevo proceso electoral”.
En fin, un nuevo gobierno y un nuevo estilo de encuentros de esta naturaleza.