Mark Anthony… El payaso
Opinión lunes 7, Ene 2019De la carpa a las letras
Arturo Arellano
Mark Anthony, El Payaso, así es Mark con “K”, casi homónimo del puertorriqueño salsero Marc Anthony, pero no, éste no era salsero, ni baladista, mucho menos se consideraba un buen actor, Mark con “K” se decía un simple payaso de circo, de esos donde en su simpleza hacían brillar su genialidad.
Mark Anthony fue introducido en el salón de la fama de los payasos en 1989, nació en Connecticut en 1915. Durante la depresión, se unió al circo en 1937 en Carolina del sur. Excepto por un período de dos años cuando se unió a los marines mercantes durante la Segunda Guerra Mundial, pero posteriormente pasó la mayor parte de su vida trabajando con varios circos, como el Harris show, Dan Rice Circus, Clyde-Beaty-Cole Bros. y Ringling Brothers & Barnum & Bailey.
Aunque en los primeros años fue visto como un “cara blanca”, a lo largo de las últimas décadas ha sido un payaso vagabundo único e inconfundible. Pasó cuatro años trabajando con un circo en Australia, y 10 semanas en la Unión Soviética. Mark Anthony además era un maestro escultor y creador de utilería, puesto que le encantaba tallar y ha creó cientos de payasos diferentes de madera, espuma, papel maché y otros productos. Sus accesorios de animales tallados eran muy realistas.
De este icónico personaje se decía que era lo que llamarías ‘gente de casa’, y que era amigo de todos. Todos eran sus amigos, y todos lo querían. “Su amabilidad, el deseo de ayudar a otros a aprender y su naturaleza humilde son cualidades que no se olvidarán pronto”, comentan aquellos que lo conocieron en vida.
En tanto, de Mark se recuerdan varias citas, tomadas de charlas con amigos y periodistas, de las cuales compartimos algunas aquí: “Me encanta mi trabajo, si quieres llamarlo así. Es muy diferente de la mayoría de los trabajos, pero sigue siendo trabajo”. El recordaba que “Tenía unos ocho años cuando vi a un payaso trabajando en una comedia. Decidí que eso era lo que quería hacer”.
“El circo es siempre viejo y siempre nuevo”, decía y vaya que tenía razón pues es uno de los espectáculos más antiguos de la humanidad y dentro de las artes escénicas es uno que debe estar en constante evolución.
A los futuros payasos les dejó un consejo “Tienes que seguir con el mismo entusiasmo y energía que siempre has tenido. Claro, tienes algunos dolores más a medida que te haces mayor, pero no puedes simplemente salir con la idea de terminar con esto. Tienes que exigirte a ti mismo y llegar al límite. Haz lo que realmente tienes en tu corazón y nunca te lo vas a arrepentir. Sabiendo que los payasos son felices, pero también hay días tristes a los cuales debemos hacer sonreír o dar un aire de esperanza”.
Con lo anterior, recordamos a Mark Anthony, uno de los payasos “Tramp” o vagabundo más queridos y conocidos del circuito circense en Norteamérica.