La seguridad anhelada
¬ Augusto Corro viernes 21, Dic 2018Punto por punto
Augusto Corro
¿Cuándo regresará la seguridad a la Ciudad de México? ¿Alguien lo sabe? Nadie. Claro, incluidas las autoridades de todos los niveles.
En la gran metrópoli cada día más personas son asaltadas con violencia en sus negocios, calles y casas.
Se disponen de registros con horas, días, meses y sitios donde es mayor la actividad criminal en la zona capitalina. ¿De qué sirve?
En la CDMX durante 2017 ocurrió un robo cada 19 minutos; un asalto a transeúnte cada 25; y a negocio cada media hora.
El promedio de homicidios fue de cinco al día, 75 robos de vehículos, 58 atracos a transeúntes y 48 a negocios.
Entre los delitos que más crecieron en la Ciudad de México, en este año, se encuentran los asaltos, narcomenudeo y el robo a casas-habitación.
No todas las víctimas solicitaron la intervención de las autoridades. Muchas personas no lo hicieron porque sabían, de antemano, que los representantes de la ley no resolverían el problema.
La delincuencia organizada y la común trabajan a sus anchas en una megalópolis que es incapaz de brindar seguridad.
Al contrario, siempre que pueden agreden a los ciudadanos como ocurrió recientemente en San Juanico.
Ante la espiral de violencia, los capitalinos van más ligeros de objetos personales. Dejan el celular y las tarjetas del banco en casa y poco dinero en efectivo. El capitalino vive angustiado. Sabe que está expuesto a un asalto y que no habrá autoridad alguna que lo proteja.
Triste y temerosa Ciudad de México donde impera la delincuencia y la incertidumbre.
Los migrantes menores de edad
Como usted sabe, hace más de un mes se desató una corriente migratoria de centroamericanos que tienen como destino Estados Unidos.
Son muchos los obstáculos que enfrentaron los migrantes hondureños, salvadoreños y guatemaltecos en su largo camino.
Los adultos no tuvieron tantos problemas como los niños que se sumaron a la larga marcha de miles de kilómetros por sus países de origen y por territorio mexicano.
Más de cien menores de edad llegaron solos en la primera oleada de centroamericanos que llegó a Tijuana.
Esos pequeños corrieron con la suerte de no ser interceptados por la delincuencia organizada relacionada con la trata y tráfico de órganos, etc.
La organización Save The Children consideró que de los migrantes que entraron a México, 28% son niños. También se refirió a la necesidad de buscar programas para que los niños puedan insertarse en familias o ver cómo regresarlos a sus comunidades, pero sin ser expuestos a la violencia o pobreza de las que huyeron.
En el conflicto migratorio, que no es nuevo, los principales afectados son miles de niños que viajan sin acompañantes o son separados de sus madres.
Los niños como inmigrantes en EU son enviados a albergues improvisados en calidad de detenidos.
En su xenofobia galopante a Trump no le importa dañar a los niños que buscan mejores condiciones de vida que no tienen en sus países de origen. Las caravanas del hambre serán muchas y en ellas no dejarán de sumarse los niños menores de edad frágiles, sin las armas suficientes para enfrentar las pruebas que les depare la vida.
La pesadilla
Transportarse en Metro cada vez es más difícil. Es un verdadero problema para millones de personas que tienen que trasladarse a diferentes puntos de la Ciudad de México.
El número de vagones es insuficiente para la demanda de viajeros. Y si esto se le agregan las fallas comunes por el mantenimiento irregular, el caos es inevitable.
Por ejemplo, una falla eléctrica (incendio, etc.) en la Estación Xola interrumpió el servicio de ese transporte durante varias horas.
Los usuarios tuvieron que esperar en las estaciones la llegada de los convoyes, sin saber el porqué de su demora.
Los viajeros reportaron, a través de las redes sociales, que el servicio era lento y que además los trenes iban llenos. Esa falla ocurrió en la Línea 2 del Metro.
Como ocurre siempre, las filas para abordar los vagones se convierten en un problema, pues los usuarios quieren salir al mismo tiempo, mientras que quienes desean entrar, en medio de su desesperación, no se hacen a un lado para ceder el paso.
¿Algún día habrá más líneas del Metro en la Ciudad de México? ¿Continuará el desorden en el transporte urbano? ¿Usted qué opina amable lector?