Agallas para gobernar
Freddy Sánchez jueves 20, Dic 2018Precios y desprecios
Freddy Sánchez
Después de todo, no todo lo que quiera Andrés Manuel lo podrá hacer a su gusto y a sus anchas.
Y si hay que señalar culpables, podría pensarse que “la mafia del poder”, obviamente, no está dispuesta a “doblar las manitas”, nada más porque sí.
De modo que el grave problema con los supuestamente poderosos y amafiados consiste en que no se los ha querido exhibir en público, uno a uno, aportando las pruebas de sus fechorías.
Ni mucho menos se avizora una persecución en su contra, previa integración de los expedientes judiciales que correspondan al resultado de indagatorias exhaustivas y creíbles que permitan la consignación penal de los integrantes de una mafia del poder operando hasta ahora en territorio nacional, (como podría creerse), en la más absoluta impunidad.
Algo propio de una organización archi criminal y ultra secreta, que por lo visto opera con desfachatez para “ponerle piedritas en el camino” a la actual administración sexenal.
Y en ese sentido, las dos primeras grandes “abolladuras”, que se observan en “la carrocería” del partido en el gobierno, (como uno puede imaginarse), son a causa del aparentemente activismo secreto de la “mafia del poder”.
Una maldita casta de malandrines a los que se puede acusar con “índice de fuego”.
Al fin y al cabo que nadie va a “levantar la mano” para decirse parte de esa “cofradía de mafiosos”, pretendiendo exigir pruebas de sus inmoralidades.
El caso es que en relación a la llamada ley del desafuero y la reforma legal para que nadie gane más que el presidente, las cosas no han salido como las quería Andrés Manuel.
En el poder legislativo, “Morena”, a pesar de su imponente mayoría para aprobar leyes y más leyes a su gusto, resintió un “frentazo” con el “atorón” de ambas iniciativas de ley.
Lo del desafuero sucumbió en primera instancia en lo referente a modificar cuanto requiere reformas a la constitución, porque la oposición legislativa impidió el consenso necesario.
Después, entre los legisladores contrarios al partido con mayoría en el Congreso, surgió la demanda de una controversia que con el inmediato apoyo de algunos actores del poder judicial dio lugar a suspensión de la aplicación de la ley de remuneraciones.
Así y todo, el gobierno federal se mantiene en lo dicho de que van adelante con el recorte salarial previsto en el presupuesto para el 2019.
Pero, no sin afrontar nuevas acciones en su contra, por parte de la “raquítica” oposición a “Morena” en las cámaras legislativas, aunque se trate solamente de intentos fallidos para detener los cambios.
En cuanto al poder judicial, otro podría ser el panorama.
Todo indica que las lealtades de ministros y magistrados con los partidos políticos que han influido en su ascensión escalafonaria, podrían “desdoblarse” sutil o abruptamente en cuanto el partido de los “morenistas” se muestre dispuesto a realizar reformas legales a su placer, lo que tendrá una respuesta opositora en el sector judicial.
Dicho de otro modo, el contrapeso para el poder ejecutivo que se perdió en el legislativo, (salvo en buena medida para ciertas reformas constitucionales) se tendrá en el Poder Judicial.
Y quizá estaría bien que tal cosa sucediera, si no fuera porque comúnmente es para lo mismo: poner por debajo el interés de la sociedad.
Y es que lo predominante en cuestiones legislativas y judiciales suele ser priorizar la defensa de los intereses de uno u otro grupo político, sobre todo cuando atrás se mueve con tenebroso sigilo una mafia del poder.
De tal suerte que cualquier cosa puede suceder, dependiendo de qué lado se compilan más habilidades en el ejercicio del poder y agallas para gobernar.