Terminó una pesadilla, ¿vendrá un cambio u otra peor?
¬ José Antonio López Sosa lunes 17, Dic 2018Detrás del Poder
José Antonio López Sosa
Terminó la administración del presidente Enrique Peña Nieto, sí, ese gobernador que tuvo el impulso de las televisoras –principalmente Televisa—, y a través de un argumento de mucho dinero invertido en imagen, logró tener una vida de telenovela para entrar en el gusto popular, prometiendo un nuevo Partido Revolucionario Institucional (PRI) y logrando una votación mayoritaria en aquel lejano 2012.
¿Qué cuentas entrega el presidente Peña?, para mi gusto muy malas, este sexenio fue como una larga pesadilla llena de corrupción, improvisación e ineficacia por parte del gobierno federal.
Casos como Ayotzinapa, La Casa Blanca, La Casa de Malinalco y Oderbretch han quedado impunes y son ahora casos de estudio para la posteridad.
Reformas como la energética, la educativa, la fiscal no lograron traer un beneficio ni a la sociedad ni a los bolsillos de los mexicanos, ahora pretenden que agradezcamos una estabilidad muy relativa que devaluó el peso mexicano casi un 40% durante esta administración.
Evidentemente hubo cosas, muy pocas quizá, que sí funcionaron, ¿habría que aplaudirles?, si para eso se les paga un jugoso salario, es parte de las obligaciones constitucionales de un gobierno, que las cosas funcionen, sin embargo si ponemos en una balanza lo que funciona con lo que no funcionó o atentó contra la ciudadanía, me parece que el resultado es negativamente claro.
Terminó una pesadilla de impunidad, de corrupción, de atentados constantes contra periodistas, de controlar la información y contener las críticas a partir de los presupuestos públicos de comunicación social, de hacer un capitalismo de cuates donde pocos ganan y muchos pierden.
Hoy todos quienes votaron y sobre todo, defendían a Peña Nieto de capa y espada, no tienen opiniones claras con relación a lo que sucedió o lo que no sucedió.
Recuerdo aún a los aplaudidores –pagados y gratuitos—, de Peña Nieto, cuando compararon el Pacto por México con el Pacto de la Moncloa, hoy todos ellos están en silencio, sin nada qué decir al respecto. Ahora bien, ¿qué sigue? un cambio u otra pesadilla, eso está por verse.
El gobierno entrante tiene la posibilidad, aún con los yerros y contradicciones en el proceso de transición, de cambiar las cosas para bien en el país, sin embargo al final del día, del PRI o de Morena, del Verde o del PAN, todos son políticos y, partiendo de esa premisa, son sinónimo de desconfianza.
Deseo que lo que sigue sea un cambio y no una pesadilla más, lo deseo sin convertirme en aplaudidor o promotor de un gobierno, esa no es la tarea del periodista, lo deseo para que a México le vaya bien, para que a todos nos vaya mejor.
Debemos ser críticos, muy críticos con el presidente entrante López Obrador, con el congreso en manos de Morena e incluso con la oposición. Es necesario discernir, dar opiniones claras y señalar cuando algo atente contra el espíritu democrático, así como lo hemos hecho muchos durante esta administración.
Me parece que sobran quienes se conviertan en voceros del gobierno entrante, así como los que desde hace años, ejercen una crítica calumniadora contra los que llegan, necesitamos seriedad en el análisis, contundencia en la crítica y firmeza para señalar cuando algo no corresponda al interés nacional, venga de quien venga.
Hoy termina una pesadilla, ¿qué sigue?, no lo sabemos, no se puede ni debe meter la mano al fuego por ningún político, pero aquí estaremos, somos muchos que ejercemos el periodismo sin que nos tiemble la mano para señalar, sin que se nos doble la voz para exigir.