Mensaje navideño
Mauricio Conde Olivares lunes 17, Dic 2018Municiones
Mauro Benites G.
La Navidad es el nacimiento de Jesucristo y es el personaje más importante de la historia de la humanidad que nos hace reflexionar.
Ni los grandes conquistadores —Aníbal, Alejandro, César, Napoleón-, ni los primeros pensadores —Sócrates, Aristóteles, Platón Newton-, ni siquiera los primeros científicos que ha dado la humanidad, desde Pitágoras hasta Einstein, o los más famosos médicos, de Hipócrates a Freud, han significado apenas nada junto a la total validez, de por siempre, de lo que hizo y dijo el hombre.
Para mi Cristo es un hombre, que jamás poseyó un arma, ni poseyó nada en realidad, que cubierto con una túnica desgarrada, los pies descalzos, habló su primer mensaje para algunos hombres de un pequeño país dominado por el Imperio Romano.
Pues era bueno sobre todo y sobre todos, era el pobre entre los pobres, careció de todo instrumento de resonancia de su doctrina, formidablemente sencilla:
“Ama a tu prójimo como a ti mismo”.
Aquellas palabras pronunciadas bajo el mandato de César el Emperador Romano y en una época de intensa brutalidad en el trato entre los hombres, no fueron oídas por muchos, pero si leídas o escuchadas gracias a Saulo de Tarso (San Pablo), que había de convertir a Santo Tomás en el camino de Damasco y dejó para todos los tiempos la receta infalible de la propaganda: “haz lo que dices con amor.”
Jesús El Cristo: Su ejemplo es maravilloso porque no hay en él nada sobrenatural, a mi particular punto de vista. Es hijo del pueblo, y de Dios, y el más tremendo luchador imaginable porque sus armas fueron su infinita Bondad, su inmensa Sabiduría, Amor, su incomparable valor cuando puso la lección de su vida y de su muerte, la más maravillosa de las muertes, al servicio de la humanidad
Desde entonces la historia humana quedó dividida en dos, antes y después de Cristo, y un ajusticiado de todos los días, pues sigue en la cruz, fue convirtiéndose con el tiempo en la regla y en el faro de la Humanidad.
No dudo en absoluto, que su mensaje, aún sin la iglesia católica, se adueñaría de la mente y del corazón de la humanidad porque era precisamente el más auténtico y noble, y el que salva definitivamente a nuestro género humano, que en este siglo XXI ha dado y sigue dando, espectáculos más horrendos y ha producido hombres, que en un mundo donde vivió y murió Cristo no deberían de existir.
Ahora más que nunca con el corazón y la mente este comentarista les desea.
“GLORIA A DIOS EN LAS ALTURAS, Y PAZ EN LA TIERRA A LA GENTE DE BUENA VOLUNTAD”