Alta burocracia y ley de remuneraciones
¬ Augusto Corro miércoles 12, Dic 2018Punto por punto
Augusto Corro
Los ministros y magistrados decidieron enfrentar al poder ejecutivo encabezado por Andrés Manuel López Obrador.
¿El motivo? La reducción salarial en la alta burocracia, cuyos sueldos mensuales son 600 mil pesos.
Muy superior ese ingreso a lo que ganará el mandatario que no rebasa los 108 mil pesos mensuales.
Claro a los ministros y magistrados que forman parte de la élite en el poder les cayó como cubetazo de agua helada que les bajaran el salario; y optaron por la defensa de sus sueldos privilegiados y el conflicto amenaza con crecer.
Estamos en la etapa de los dimes y diretes de quienes participan en la pugna que a alguno de los dos le dará la razón.
¿A los de la reducción salarial para que ningún funcionario público gane más que el Presidente de la República o al Ejecutivo que se inclina por la remuneración económica justa para la élite del burocratismo?
Pienso que por sentido común el presidente López Obrador derrotará a los inconformes. Por ejemplo: ¿alguien en su sano juicio estaría de acuerdo en que la alta burocracia continúe con sus privilegios?
Basta con ver hacia el interior del territorio mexicano que tiene a flor de piel alrededor de 56 millones de pobres. La gran mayoría tienen salarios de hambre. Los servicios médicos para esos necesitados son insuficientes. Los hospitales no tienen las medicinas necesarias y conseguir una consulta del especialista es casi un milagro.
En cambio un elemento de la burocracia privilegiada cuenta con seguro médico, sin la preocupación de cómo pagar tratamientos para su salud o intervenciones quirúrgicas, etc.
La alta burocracia siempre estuvo insensible a las carencias de millones de personas que en un número considerable se encuentran en la pobreza extrema.
Si los ministros y magistrados quieren o pretenden hacerse millonarios en sus cargos no podrán lograrlo.
Tendrían que incursionar en la banca o convertirse en empresarios o comerciantes para cumplir sus sueños de riqueza.
En una conferencia de prensa el jefe del Ejecutivo, López Obrador, dijo, al referirse al tema, que los integrantes del poder judicial son los funcionarios mejor pagados del mundo, sólo por debajo de lo que percibe el presidente de Estados Unidos.
También declaró que se respetará la decisión que tome el Poder Judicial, pero señaló en que no puede haber gobierno rico con pueblo pobre, ya que es una injusticia.
A una pregunta sobre si el gobierno buscaría un acuerdo con los inconformes, el mandatario López Obrador agregó: “No es una negociación, es un asunto de principios”.
En fin, vamos a estar pendientes del desenlace de este diferendo entre el Poder Ejecutivo y Legislativo por la Ley Federal de Remuneraciones de los Servidores Públicos, publicada el 5 de noviembre en el Diario Oficial de la Federación (DOF) para entrar en vigor cuando se apruebe el Presupuesto 2019.
Porros en la UNAM
Otra vez el campus de la UNAM se convirtió en un escenario de violencia. Un grupo de encapuchados estalló petardos con la idea, se supone, de provocar miedo.
En la UNAM desde hace varios meses se recrudeció la violencia.
En septiembre, el rector Enrique Graue se comprometió a que en esa casa de estudios no se registrarían hechos delictivos. Sin duda, el problema estudiantil no logra controlarse en un territorio universitario marcado por la falta de vigilancia. ¿Alguien informará sobre la identidad de los encapuchados y sus prácticas
¿Intimidantes? La pólvora mortal
Cinco personas perecieron y nueve más resultaron heridas durante la explosión de una bodega donde se almacenaban cohetes, en la comunidad de Fuentezuelas, en el muncipio de Tequisquiapan.
En la temporada de fin de año los festejos en los templos siempre están acompañados del uso de la pólvora en cohetones, cuetes, castillos, “toritos”, etc., que implican un riesgo para los feligreses.
El peligro de explosiones amenaza a quienes se dedican a la pirotecnia. En Tultepec, Estado de México, por ejemplo, siempre está latente la tragedia. Decenas de personas perecieron en los últimos años a causa de los estallidos de pólvora. Sin embargo, las autoridades poco o nada se preocupan por la aplicación de medidas preventivas que ayuden a salvar vidas. Es necesario que se preste mayor atención en estas fechas de fiestas para evitar pérdidas de vidas humanas.