Incivilidad política
Alberto Vieyra G. miércoles 12, Dic 2018De pe a pa
Alberto Vieyra G.
La incivilidad y degradación política impera en México.
El pleito entre el presidente, Andrés Manuel López Obrador y el Poder Judicial ha provocado en redes sociales el linchamiento de jueces, magistrados y ministros a los que los fanáticos del mesías de Macuspana no bajan de conformar un peligroso cártel con sueldos escandalosos en una nación de pobres, al tiempo que amenazan al más puro estilo francés hacer manifestaciones con chalecos amarillos ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación y en los domicilios de los integrantes del Poder Judicial.
¡Qué peligroso momento de crispación social y política al que ha llevado a la nación azteca Andrés Manuel López Obrador!
El señor presidente sigue actuando como candidato presidencial, urgido de llevar votos a su molino, sin importarle la confrontación a la que esté llevando al país.
Es cierto, que los miembros del Poder Judicial, los consejeros del INE, secretarios de Estado, gobernadores y el Presidente de la República se despachan sueldos escandalosos y el señor López quiere que todos ganen menos de 108 mil pesos al mes, como sueldo pelón y sin ninguna prestación pero de acuerdo a la Constitución, el Presidente de la República no puede meterse en las Instituciones Autónomas y menos en los estados y municipios de México que tienen autonomía propia y meterse en ese terreno barrido implica violaciones a las leyes.
Lo que tiene que hacer el señor presidente es dialogar para alcanzar acuerdos y no actuar con tiranía.
¿O qué no, de acuerdo al artículo 87 constitucional, el presidente de la República “jura guardar y hacer guardar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y las leyes que de ella emanen, y desempeñar leal y patrióticamente el cargo de Presidente de la República que el pueblo le ha conferido, mirando en todo por el bien y la prosperidad de la Unión”?
¿Cómo se logra esa prosperidad de la Unión? ¡Con civilidad política!.
Al señor López Obrador y sus fanáticos voceros en el poder legislativo habrá que recordarles que por civilidad política se entiende que en la nación azteca deben imperar principios tan fundamentales como: La cortesía, amabilidad, urbanidad, cordialidad, buena educación, respeto, concordia y diálogo, para lograr entendimientos con los mexicanos que no piensan igual que él.
Sí esto no lo entiende el señor López Obrador, estaremos entonces los mexicanos en el umbral del autoritarismo y la tiranía gubernamental.
Ahora, López Obrador sostiene que: “En el mundo solo la bestia trompiana, Donald Trump gana más que el presidente de la Suprema Corte de México”.
Tiene razón, Trump por sus locuras los gringos le pagan el equivalente a 8 millones 116 mil pesos al mes.
Por si fuera poco, el porro senador guerrerense de Morena, Félix Salgado Macedonio, habla de disolver a la Corte porque los señores del Poder Judicial no se quieren plegar a los dictados del Presidente de la República y porque no fueron electos de manera popular sino nombrados por el ejecutivo y ratificados por el Senado. ¡No sabe ni lo que dice!
Por ahora, a esté átomo de la comunicación le preocupa el peligroso momento de incivilidad y crispación política que impera en México, lo cual presagia mala salud para la República pues cada día se abren más boquetes como es el caso de Puebla en donde el señor López Obrador condena como antidemocrático el falló del TRIFE en favor de la panista Martha Erika Alonso, pero cuando el TRIFE avaló el Fideicomiso de Morena para la reconstrucción por los sismos, entonces si hubo democracia, lo correcto es que el presidente de la República hable menos, por la salud de la patria.