Presidente de Filipinas anima a matar a obispos
Mundo viernes 7, Dic 2018- Llama “inútiles” a representantes católicos
- País, donde el 85% de la población profesa el catolicismo
El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, arremetió de nuevo contra los obispos católicos al afirmar que “son inútiles” y animó a matarlos, en un país donde el 85 por ciento de la población profesa el catolicismo.
“Estos obispos que ustedes tienen, mátenlos. Esos estúpidos no sirven para nada”, cita el portal Rapper las palabras del mandatario filipino, pronunciadas en el palacio Malacañang en la ceremonia de entrega del Premio Presidencial a los Municipios y Ciudades Amigos de la Infancia.
“Sus obispos, mátenlos. Lo único que hacen es criticar”, aseveró el miércoles el mandatario en un discurso en Manila, cuya transcripción fue difundida ayer jueves por la oficina presidencial.
En un acto posterior, el presidente señaló que la Iglesia católica era la institución “más hipócrita del mundo” y que “el Papa lo sabe”. Asimismo, Duterte aseguró que el 90 por ciento de sus sacerdotes “son homosexuales”.
La Conferencia de Obispos Católicos de Filipinas ha rehusado responder a los comentarios de Duterte.
“No queremos añadir más leña al fuego. Cualquier comentario sólo exageraría el asunto”, indicó ayer jueves en un comunicado un portavoz de la conferencia episcopal, Jerome Seciliano.
El portavoz presidencial, Salvador Panelo, defendió el jueves que las palabras de Duterte no hay que entenderlas como algo literal, sino como el empleo de una “hipérbole” para lograr un “efecto más dramático” en sus comentarios.
Hace sólo dos semanas, el presidente insultó a obispos y sacerdotes católicos, con los que mantiene una cruzada verbal desde hace más de un año, al declarar a los filipinos que no deberían ir a la iglesia para “pagar a idiotas”.
Duterte ha agregado que su Dios “tiene mucho sentido común” en comparación con el “estúpido” Dios de los obispos católicos.
“Nunca dije que fuera ateo. La presidencia es un regalo que me ha dado Dios. Estoy seguro de que Dios no me hubiera dado el puesto si yo fuera una farsa”, concluyó.