Se acabó la campaña
¬ José Antonio López Sosa martes 4, Dic 2018Detrás del Poder
José Antonio López Sosa
Sí algo hemos notado en los primeros discursos del presidente López Obrador, es que pareciera que continúa en campaña política y no, ya está en el ejercicio del poder.
Es necesario conocer el pasado para no repetirlo, pero durante los meses de campaña, el propio López Obrador insistió en selañar los errores, corruptelas y actitudes mafiosas del gobierno de Peña Nieto, así como de los últimos sexenios que califica como neoliberales.
Sí, todo es cierto, sí, desmantelaron el país, sí, saquearon, sin embargo ya no queremos escuchar más explicaciones de lo que ocurrió, sobre todo si no son judiciales y obedecen solamente a una retórica de campaña, lo que nos urge ahora es conocer las acciones que cambiarán nuestra realidad más allá del discurso.
El presidente tiene que actuar como un hombre de estado y no más como un candidato, tiene que gobernar, dar a conocer los pasos a seguir e informarnos de las decisiones que cambiarán la vida pública de México, tal como lo ha señalado.
Se acabó la campaña, de nada nos sirve seguir escuchando que nos robaron, que cada privatización hurtaron, que en cada obra pública había un moche; por eso estamos como estamos y por eso la mayoría le dió el voto de confianza al hoy presidente López Obrador, es hora de trabajar.
¿Hay dudas?, sí y muchas, algunas mal intencionadas que obedecen más a una obsesión contra la figura del presidente pero muchas otras muy válidas y con apego a la realidad, ahora se trata que esas dudas se disipen con respuestas y sobre todo con trabajo.
Es la oportunidad que pidió Andrés Manuel López Obrador desde hace 12 años, ya es momento que ejecute los cambios para combatir el diagnóstico claro que tiene de nuestro país, tras recorrer cada municipio en sus últimas campañas.
Hoy gobierna para todos, incluyendo a quienes no lo quieren, incluyendo a gobiernos de otros partidos, incluyendo incluso a quienes lo insultan, ahí se notará si tiene esa habilidad de hombre de Estado para cumplir y no para seguir enfrascado en una retórica de caudillo.